Al hombro el cielo, aunque su sol sin lumbre
Apariencia
- A un caballero, llevando su dama a enterrar él mismo
- Soneto 28
Al hombro el cielo, aunque su sol sin lumbre, y en eclipse mortal las más hermosas estrellas, nieve ya las puras rosas, y el cielo tierra, en desigual costumbre. Tierra, forzosamente pesadumbre, y así, no Atlante, a las heladas losas que esperan ya sus prendas lastimosas, Sísifo sois, por otra incierta cumbre. Suplícoos me digáis, si Amor se atreve ¿cuándo pesó con más pesar, Fernando, o siendo fuego, o convertida en nieve? Mas el fuego no pesa, que exhalando la materia a su centro, es carga leve; la nieve es agua, y pesará llorando.