Al recibir una carta de Buenos Aires

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Lira póstuma (1917) de Rubén Darío
ilustración de Enrique Ochoa
Al recibir una carta de Buenos Aires
Amor

AL RECIBIR UNA CARTA DE BUENES AIRES


Has apurado, Rubén,
la célica medicina;
esperanza, amor y bien
son una poción divina,
peregrina.

Superior a toda ciencia
que le puedan dar los sabios:
ella ha vertido en tus labios
el elixir de Juvencia.

Lo que fué ya está borrado,
y el porvenir que obscuro era
es presente iluminado
por alba de primavera
verdadera.

Brille tu genio fecundo,
oriente sus ricas galas;
Alondra, tiende tus alas
sobre la aurora del mundo.

L.H.D.


Nunca ha existido doctor
crisostómico parlante
que aplicara semejante
Medicina del amor.


Y por
virtud tan linda y leal
de tal ciencia peregrina,
diamantina
la alondra alzará su vuelo,
pues le señalas abiertas
tú las puertas
de la esperanza y del cielo.


¡Ay!, hermano,
soberano
que te vas por todas partes
de las ciencias y las artes,
el corazón en la mano!
Que en los dos
se cristalice un poema
hecho de aurora suprema
y de voluntad de Dios!