Al rey don Felipe, nuestro señor
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Desde la eternidad, antes que el cielo amaneciese al mundo el primer día, nombrado —¡oh gran Felipe!— Dios te había por rey universal de todo el suelo. Y así como esparció con tanto celo Bautista la venida del Mesía, así ora Juan de un polo al otro envía tras su fama inmortal tu cetro a vuelo Ha seis mil años casi que camina el mundo con el tiempo a consagrarte la grey diversa reducida en una. ¡Oh cómo en ti paró la edad más dina bien dinamente, y va tras tu estandarte la gente, el mundo, el tiempo y la fortuna!