Bien puedo yo pintar una hermosura,
y de otras cinco retratar a Elena,
pues a Filis también, siendo morena,
ángel, Lope llamó, de nieve pura.
Bien puedo yo fingir una escultura,
que disculpe mi amor, y en dulce vena,
convertir a Filene en Filomena
brillando claros en la sombra escura.
Mas puede ser que algún lector extrañe
estas musas de amor hiperboleas,
y viéndola después se desengañe.
Pues si ha de hallar algunas partes feas,
Juana, no quiera Dios que a nadie engañe,
basta que para mí tan linda seas.