Boletín Oficial de El Salvador/Tomo 1/Número 60
America Central.
EL BOLETIN—admitirá abonos á razon de 6 reales anticipados por cada 12 números en la Imprenta del Gobierno en esta Capital; y en los Departamentos en las Direcciones de Correos;—número suelto á real.
Tomo 1 Num. 60.
Acuerdo Gubernativo
[editar]El Supremo Gobierno considerando: que es preciso hacer algunas economias en los ramos que la admitan, para mejorar en cuanto sea posuble el estado de las rentas públicas, y siendo muy pocas las causas de que conocen los Jueces de 1ª instancia militares, ha tenido á bien acordar: que el Mayor de las milicias departamentales desempeñe el Juzgado de 1ª instnacia militar, quedando escluida de esta disposicion la Judicatura de la Capital.
departamento de Hacienda y Guerra;
Contra-observaciones
[editar]Hemos ofrecido una respuesta á La Verdad, y hoy se la damos.
Ese órgano clerical ha mostrado el deseo de impugnar lo que digimos contra la protesta del Sr. Obispo Coadjutor y los Canónigos en el asunto de los dos jesuitas que acaban de ausentarse del Salvador; y nosotros no dejaremos pasar las revelaciones de semejante deseo sin someterlas á la crítica de la razon para que resalte otra vez el mismo error que combatimos, poniendo de manifiesto la verdad que tata de oscurecer el periódico que lleva ese bello nombre.
Antes de responder á las observaciones de nuestro adversario, hagamos un epílogo de los puntos en que fundamos nuestra réplica á la protesta en cuestion.
Hemos dicho que los autores de aquel documento pretenden apoyarse en la autoridad de la Iglesia, en las garantías individuales y en la proteccion debida á la Religion oficial.
Hemos sostenido la supremacía del Estado en cuanto concierne á los negocios temporales.
Hemos afirmado que los jesuitas no son el catolicismo, que no reasumen ni personifican los dogmas que constituyen esa Religion.
Hemos dicho que identificarla con los jesuitas es proclamar un absurdo, una idolatria personal que equivale al ateismo.
Hemos dicho que con el extrañamiento de los jesuitas la Iglesia no sufre aquí persecucion alguna ni la Religion oficial deja de recibir el apoyo y proteccion que la ley le acuerda.
Hemos demostrado que las garantias individuales invocadas, en favor de los Padres Paul y Pozo, no han sufrido nada con motivo del tratado Arbizú-Samayoa, que en ningun concepto se opone á la Constitucion de la República.
Hemos enunciado, por último, que el Sr. Obispo Cárcamo y los Canónigos que con él protestaron por la expulsion de los jesuitas, son ciudadanos del Salvador, y por tanto subalternos de la Suprema Autoridad civil, que no pueden injuriar sin caer bajo la accion represiva de las leyes penales, asi como no pueden sostener la necesidad de los Padres de la Compañía de Jesus para la propaganda y mantenimiento de la fe cristiana en el Salvador, sin abdicar el apostolado que ejerce el Clero nacional, y sin hacer una triste declaracion de impotencia en el ejercicio de su ministerio.
Hemos razonado extensamente para probar la exactitud de estos siete puntos, que forman el fondo de nuestro escrito á que se contrajo La Verdad número 55.
Las condiciones de una polémica rigorosamente lógica exigen no perder de vista nada de lo sustancial en la discusion, y por eso reproducimos una á una nuestras principales afirmaciones para rebatir lo que se nos ha contestado, y señalar el silencio que guarda nuestro contendor en todo aquello en que con él dá á entender que se declara vencido.
El periódico neo-católico comienza sus observaciones diciendo que todo hombre tiene derecho á reclamar la justicia que se le debe, y que la protesta no es la resistencia violenta, sino la justa queja del que padece.
Despues de la enunciacion de esos conceptos que nosotros no hemos negado ni siquiera puesto en duda, el autor de las observaciones á que aludimos agrega que sin razon nos hemos escandalizado mas de algunas palabras consignadas en la Protes[...] del hecho que la motivó; concluyendo enfáticamente con que esas palabras significan verdades que amargan no por injuriosas sino por evidentes.
He aquì el arrogante alarde, la repiticion alterna de un insulto lanzado contra el Ejecutivo Supremo en un documento escandaloso por la cólera y el vértigo que revela en oposicion con el espíritu del cristianismo que enseña la mansedumbre, la resignacion y la dulzura.
A pesar de que en ese documento se trata de injusto y de pérfido al Jefe de la Nacion, nosotros no nos escandalizamos al verlo—como lo aserva el periódico defensor de los jesuitas.—No nos escadalizamos, porque conocemos las aberraciones y llaquezas de todos los hombres, cualquiera que sea su carácter.—No nos escandalizamos, porque todos los clérigos del mundo estan sometidos por la naturaleza á las mismas inexorables condiciones de la pecadora y falible humanidad.—No nos escandalizamos, porque sabemos que los predecesores de los jesuitas de hoy y de sus abogados en el Salvador, emplearon el suplico, bajo sus mas horribles formas, para combatira la ciencia, la santidad y el heroismo en nombre de Dios.
¿Quièn puede negar que las hogueras de la INQUISICION achicharraron decenas de millares de cristianos, invocando la fe del Cordero inmaculado del Calvario?
¿Quién puede negar que el SANTO OFICIO ha sido el ateo colectivo mas espantoso y asolador que jamás haya visto el mundo—el rival con ventaja de aquellos emperadores paganos que primitivamente persiguieron al verdadero cristianismo?
Diga el Sr. Obispo Cárcamo, digan los Canónigos, diga La Verdad, digan los hijos de San Ignacio y todos los que los defienden, que no fueron religiosos los principales esterminadores entre tantos impíos que emprendieron la satánica obra de apagar el genio para que no alumbrara con sus resplandores el campo de la ciencia, sobre el cual quiesieron condensar las tinieblas, prodigando la muerte en nombre de la Religion.
Los que no pueden negarnos èsto, deben comprender [...] que estamos muy léjos [...] escandalizarnos por l[...]cont[...]
[...]re[...]e[...]pieza d[...] escapó [...] pues las [...]gas que expres[...] las pasiones que[...] sus autores.
El hecho del extrañamiento de los padres Paul y Pozo [...] podido escandalizarnos [...] apoya en la legislacion [...] que tiene por objeto [...] institiciones que los jesuitas minan sordamente, y porque no es mas que la repeticion de lo que ha tenido lugar en diversos paises civilizados y cristianos del globo.
Adicionando capciosamente nuestras palabras dice La Verdad que nosotros hemos escrito:—
LOS JESUITAS NO SON LA RELIGION, y por eso la injusticia de que ellos son víctima no daña de modo alguno á la Religion de que son ministros.
Los jesuitas no son el catolicismo, ehmos afirmado nosotros, y nada mas: los vocablos en que se les hace víctima de una injusticia, pertenecen á La Verdad que se ha propuesto ser la antítesis de su nombre aun reproduciendo lo ajeno.—Rogamos á nuestros lectores que vuelvan á pasar la vista sobre los conceptos aludidos. Así conoceran mejor las armas del periódico que combatimos.
Argumento gastado llama al nuestro el escritor de las observaciones que contestamos; pero la verdad no se gasta, y cuando los sofistas ocurren al recurso trivial de los calificativos prueban mejor que nunca que harto els quema, y les es imposible oscurecerla.
El mas tenaz empeño del clero neo-católico consiste en hacerse la personificacion del cristianismo; porque confundiendo las doctrinas con los hombres es fácil que estos reciban el homenaje y el culto que solo aquellas merecen.—Mantener una distincion clara entre las unas y los otros equivale á descorrer el velo del fanatismo que materializa la Religion.
Porque distinguimos lo que otros identifican se nos dice que nos comprendemos tan importante asunto.
Para probarnos esto [...] dad nos esplica que la [...] que los [...]
[...] estas preguntas.
¿El Gobierno del Salvador persigue al clero católico, persigue á los cristianos, y en ellos á la Religion que profesan los habitantes del pais.
¿El Gobierno salvadoreño es pagano, musulman ó Inquisidor?
Si es así donde estan los tormentos, los sacrificios y martirios
que haya empleado para combatir la fe y la verdad como lo hicieron los Emperadores paganos, el SANTO OFICIO y los discípulos de Mahoma?