Calmante
Apariencia
Coro inmenso de voces rumorosas
que en la tranquila soledad resuenas
y de misterio incomprensible llenas
las horas de la siesta perezosas:
zumbar de las abejas oficiosas
en torno de las próvidas colmenas;
murmullo de la mar en las arenas
por las desiertas playas cadenciosas:
de mi existencia en el desnudo yermo,
sobre la superficie movediza,
con vuestro dulce cántico me duermo.
¡Así, cuando el dolor le martiriza,
concilia el sueño al fin el niño enfermo,
al sabido cantar de la nodriza!