Carta a José Hernández
Buenos Aires, junio 14 de 1872
Señor don José Hernández.
Muy distinguido amigo:
Durante su último viage a esta, tuve el honor de ser presentado a usted; en una de mis visitas, haciendo referencia a nuestra última compañía, y a los sufrimientos de nuestros soldados, me dijo, que un amigo le había hablado sobre unas producciones que yo había publicado, en el estilo originario que usan nuestros paisanos y que tuviese a bien mostrárselas, aunque escesivamente pobres, no trepidé un momento en remitírselas, esperando se dignase darme su valioso o imparcial fallo.
Después de haberlas visto me estimuló a su cultivo prometiéndome un buen éxito.
Bajo tan alhagadoras esperanzas, y comprendiendo sus buenos deseos, traté de hacer algo que, aunque quizás no bueno, por mi poco contacto con ese elemento, pudiese al menos mostrarle que no había echado al olvido sus laudables consejos.
Busqué un tópico, y lo encontré en la revolución Oriental, vasto teatro donde podía exhibirse con amplitud, el horrendo drama de las dolorosas desgracias, porque ha atravesado mi infeliz Patria.
Llené mis deseos, trabajando en las horas que me dejaban libres mis ocupaciones comerciales.
Hoy la he concluido, y esta pobre producción se la dedico; es poca cosa por cierto: hubiera deseado poder ofrecer un trabajo mejor concluido al argentino que tantas simpatías tiene por nuestra causa, y que tanto lo ha demostrado, haciendo que su periódico el Río de la Plata fuese durante nuestra justa revolución el órgano que defendía en el terreno de la justicia, los sagrados principios de vuestros derechos conculcados.
Sin más objeto, lo saluda atentamente su afectísimo amigo y seguro servidor.