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Carta de Gautier a su madre desde España

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Carta de Gautier a su madre desde España
de Théophile Gautier
Del 5 de mayo al 7 de octubre de 1840, Théophile Gautier descubre España con su amigo Eugène Piot. Esta estancia de seis meses le proporciona la materia de su Viaje a España, que dio como resultado vigorosas impresiones en sus cuadernos, caracterizadas por la frescura de su mirada, el asombro de la visión y el deseo siempre exacerbado de la exactitud en la declaración. Estas visiones dan lugar a nuevos versos, España, que aparecen en la recopilación de Poesías completas en 1845.


Carta de Théophile Gautier a su madre

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4 de julio de 1840


Mi querida mamá:

Llegué a Granada, y fui a correos; no hay cartas, al segundo correo nada aún; — quiero creer que me escribieron, la carta se perdió, y he aquí su excusa. ¿Cómo son cuatro escribiendo más o menos bien y no tienen el valor de poner la pluma en el tintero?, ¿cómo en dos meses dos cartas solamente?, les he escrito desde Tours, Burdeos, Burgos y desde Madrid otras tres veces, y ahí tienen que les envío otra carta desde Granada; me tienen pues ya olvidado, lo que me parece es que son ustedes unos canallas: Piot no recibió nada tampoco de su madre. Si continúan como hasta ahora, acabarán sobre el cadalso; ¿Están enfermos? ¿Están muertos? ¿Qué demonios hacen? Gerardo que es el más perezoso de los mortales me escribió cinco o seis veces: y sin embargo aún no tiene respuesta en pago. Bromas a parte, esto me aflige profundamente; Yo, que viajo por la llanura y por la sierra, con el sol a la espalda, que hago grandes odas políticas de 200 versos de longitud, sobre las impresiones del gran camino, que estoy obligado a asimilar un nombre infinito de catedrales tomando notas, aprendiendo el español y componiendo un volumen de versos donde hay para elegir, saco tiempo para escribirles con sudor, y ustedes nada. Y sin embargo parecían quererme. ¿Se acabó? ¿Quizás han olvidado echar sus cartas al correo? ¿O es que sólo las franquearon hasta la frontera? No sé qué imaginar, no hay diarios franceses en Andalucía e ignoro también por completo que pasaría si estuviese en China; les tengo no obstante en un altar, y a fuerza de cuidados, hago de ustedes parientes presentables. Envíenme muchos acuses de recibo familiares o les maldeciré y les desheredaré, en cuanto a mi salud es inalterable y me lleva como muchos puentes nuevos. han pasado dos meses y sólo nos queda uno: hemos visto Burgos, Vitoria, Valladolid, Olmedo, El Escorial, Toledo, Madrid, Aranjuez, Jaén, Granada —nos queda por ver Córdoba, Sevilla, Cádiz y Valencia—; desde aquí haremos el retorno a nuestra bella patria, donde apenas parecen ya preocuparse por nosotros. ¡Ah mi querida mamá, no habría creído de tu parte tan gran negligencia: si te alegras de recibir mis noticias ¿Crees que puedo prescindir de las tuyas y las de Lilly, y papá y Zoe y Alfonso? ¡Bonita familia! ¡Si mantiene esta actitud, alquilo la Alhambra, la amueblo con un colchón de trenza de paja y un par de cojines, y no vuelvo! ¡Ahí se las arregle el gobierno, tanto peor para Francia! Os envío toda clase de copias, ¿llegarán? ¿desaparecerán? No tengo conocimiento más que de las dos primeras cartas: hoy es sábado, hasta el miércoles no tendré nada, aquí no hay correo más que dos veces por semana.

A pesar de vuestra infame conducta, os llevo en mi corazón.

Su hijo y hermano,
Théophile Gautier