Carta de Mariano Egaña a Juan Egaña (14 de Mayo de 1824)
VALPARAÍSO, 14 DE MAYO DE 1824.
Mi amado padre,
Ayer remití a Ud. copia de la sentencia del falso flete. Supongo que a la fecha no sólo estará el Cónsul en ésa, sino que también habrá ya hablado, y estarán Uds. fuera de expectación. Deseo con ansia saber qué es lo que dice. Entre tanto estoy tratando un nuevo flete. Me han pintado el bergantín Shakespeare como un buque muy a propósito, y pienso elegirlo. Tiene también La ventaja de que saldrá el primero para Europa. El Franklin no asoma. Conozco que en cuanto a seguridad no deja éste que elegir, pero es muy terrible la incomodidad que ofrece. Su comandante es adusto y majadero. Estas gentes a bordo son de una insolencia inexplicable: no tienen absolutamente miramientos; y el rigor por otra parte de la disciplina militar no permite desahogos. Es preciso comer, dormir, hablar, salir a cubierta, etc., en regla y a horas determinadas: estar siempre de etiqueta; mudarse, afeitarse y peinarse diariamente y hacer la corte al señor Comodoro, a su señora y a sus niños con una esclavitud insoportable.
Mañana contestaré a Ud. sobre Trujillo. Aquí no ocurre novedad. Astorga ha salido hoy. Es suma la falta que me hace, pero yo no podía arrancarlo por más tiempo a sus obligaciones. El lleva mil instrucciones para todo el tiempo de mi ausencia.
Hágame Ud. que Juan vea luego a don Onofre Bunster, y le pregunte para cuándo saldrá sin falta el bergantín Shakespeare.
He suspendido mi oficio al gobierno sobre la orden para que se cubra en esta Aduana la libranza del falso flete, porque he averiguado que no hay aquí plata: y en tal caso me sería inútil, porque quedaría plantado el dueño del nuevo buque que yo contratase. No sé que haga.
Soy mi amado padre, su
Mariano.