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Carta de Mariano Egaña a Juan Egaña (19 de Mayo de 1824)

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VALPARAÍSO, 19 DE MAYO DE 1824.

Mi amadísimo padre,

Ayer cerré mi trato con el capitán de la Real Soberano. Me lleva 250 libras esterlinas por mi pasaje, el de Barra y un criado, pagaderos mitad aquí y mitad en Londres, ocho días después de mi arribo. No debe tocar en puerto alguno, y debe ocurrirnos con comida, almuerzo, etc. Sin embargo me han dicho que es ruin y mezquino, por lo que me he visto en la precisión de hacer un rancho separado, sin perjuicio del flete estipulado. Le pago las ganas, y el no haber otra proporción pronta. Quería hacerse a la vela ayer mismo, mas se le puso por condición que debía aguardar al menos hasta mañana a medio día. Estoy, pues, con mil afanes y sobresaltos; pero se me asegura por todos que el buque es seguro, fuerte (como que fue primitivamente corbeta inglesa de guerra) y velero.

Nuestra correspondencia continuará por Buenos Aires (de donde hay correo mensual a Londres) por medio de Riglos, a quienes preciso saber de positivo si le ha escrito a Solar. Además yo he de escribir siempre que haya proporción por Valparaíso por medio de Rosales (don Javier), o de don Andrés Blest. Así a éstos como a Riglos, es necesario abonarles el costo de conducción, especialmente de alguna encomiendita que se me ofrezca remitir, y quedan en esta inteligencia y de que con su aviso serán cubiertos por Ud. Solar prometió (y no se olvidará) instruir en lo mismo a Riglos.

Incluyo ahora la letra contra Drewek. Estos ingleses son frescos. Dinero que se me debía entregar a letra vista, lo libran para dentro de ocho días; pero no se ha de tener un pleito por todo. El trabajo es que yo no tengo más que mis pastas, y que el importe de la mitad de mi pasaje y rancho lo ha suplido aquí Rosales, librándolo yo en su favor contra Ud. porque se pague con los 900 pesos que han de entregar a Ud. entre el Gobierno y Drewek. Para que Rosales no sea demorado, es preciso que se manifieste a Drewek la letra, al punto que Ud. reciba ésta, a fin de que empiecen a correr los ocho días. Mucho sintiera que se atrasara el pago a Rosales.

Sobre el libro de don Ramón Vargas: él se pidió para ver una providencia que estaba allí copiada, y se volvió luego, según entiendo: no sé con quién, porque no es fácil tenerlo presente. Ya éste fue asunto que ocurrió antes de venirme yo, y dice lo mismo. No puede haberse perdido, porque si no se ha vuelto, estará en la Secretaría. Astorga dará razón, o puede que por equívoco lo hayan llevado al Tribunal de Cuentas (a donde yo creía que pertenecía) y aquí es preciso buscarlo con cuidado.

No falta cuaderno de Carlos Rodríguez. El mismo por una esquela que conservo me mandó pedir, y le remití el que se dice faltar. Lo entregué porque él mismo me lo había llevado. No lo ha devuelto.

En cuanto a la conversación de Mr. Canning (que no he podido conseguir), ha sido negligencia como Ud. dice.

Mucho siento la falta del papel del premio sobre la obra para los presos. Ojalá me remitiera Ud. en primera oportunidad a Londres así éste, como la conversación de Canning.

A Dios mi padre amadísimo. Mañana le escribiré. Soy su

Mariano.

P. D. Suscríbame a este Gobernador en el Correo Araucano, cargando a mi cuenta la subscripción. Es encargo suyo.