Cartas a Lucilio - Carta 6
Séneca a su Lucilio saluda,
Percibo, Lucilio, no tanto me enmiendo como me transfiguro. No pretendo ni espero que ya nada quede en mí que no haya que cambiar. ¿Por qué no tendría todavía mucho que sujetar, que extenuar, que fortificar? Y esto es ya en sí la prueba de una mejoría del espíritu: que los vicios que hasta ahora ignoraba, veo. Algunos enfermos son dignos de halago cuando se descubren a sí mismos enfermos.
Quisiera por eso, compartir contigo esta tan súbita mutación mía; entonces, nuestra amistad comenzaría a tener esa confianza más certera, aquella de la verdadera amistad, la que ninguna espera, ningún temor ni el cuidado de interés alguno puede romper, aquella con la cual los hombres mueren, por la cual mueren.
Muchos puedo mencionarte que, no de amigo, pero de amistad carecieron. Esto no puede suceder cuando el ánimo de compartir es impulsado por la voluntad de buscar lo noble. ¿Y por qué no es posible? Porque saben que todo lo tienen en común y aún más todavía: la adversidad. No puedes concebir en tu espíritu cuánto impulso me aporta consigo cada día.
"Envíanos entonces" - dices - "todo aquello cuya eficacia tan bien conoces". Yo deseo ciertamente transfundir todo en ti. Y en esto, si en algo aprender me regocija, es para enseñar. Ningún conocimiento me deleitaría, si eximio y saludable que fuere, si yo fuese su único depositario. Si me fuera dada sabiduría bajo tal condición, para enclaustrarla y no transmitirla, la rechazaría: de ningún bien la posesión es jocunda sin socio.
Te enviaré en consecuencia los libros mismos y, para que no dilapides esfuerzos buscando aquí y allá las citas más provechosas, colocaré marcas que te lleven inmediatamente a los pasajes que apruebo y admiro. Sin embargo, de mayor provecho te serían la palabra de viva voz y la vida en común que la palabra escrita. Es necesario que vengas en persona, primero, por que los hombres creen más ampliamente a sus ojos que a sus orejas, segundo, porque largo camino es el de los preceptos, breve y eficaz el del ejemplo.
Cleantes [1] no habría reflejado tan bien a Zenón [2] con sólo haberlo escuchado: estuvo presente en su vida, penetró sus secretos, observó si vivía de conformidad con sus principios. Platón, [3] Aristóteles [4] y toda la hueste de los que por las diversas vías de la sabiduría se dispersaron, fueron conducidos más por las costumbres que por las palabras de Sócrates. La camaradería, no la escuela de Epicuro, hizo de Metrodoro, [5] de Hermarcho, [6] de Polieno [7] grandes hombres. No tanto te convoco para que progreses sino para que hagas progresar: mucho es, en efecto, lo que el uno al otro aportaremos.
Entretanto, te revelo aquella pequeña recompensa cotidiana que te debo, que hoy en lo de Hecatón me deleitó: "Me preguntas" - dice - "¿qué he ganado? Comencé a ser mi amigo." Mucho progresó: ¡nunca estará solo! Sábelo, ese amigo existe para todos.
Que sigas bien.
Notas
[editar]- ↑ Cleantes de Aso (En gr. Κλέανθης) (circa 331 a.C. - 232 a.C.) filósofo griego, discípulo de Zenón de Citio, fue el continuador de éste en la dirección de su escuela hasta su muerte. No fue un pensador muy original, pero difundió ajustadamente las enseñanzas de su maestro hasta el día de su muerte.
- ↑ Zenón de Citio, (en griego Ζήνων ο Κιτιεύς) (el Estoico) (333 a.C. - 264 a.C.), filósofo griego considerado como el fundador de la escuela de la stoa (que quiere decir pórtico en griego), vocablo de donde derivó el famoso nombre de esta corriente: el estoicismo.
- ↑ Platón (en griego Πλάτων) (circa 427 a. C. / 428 a. C. – 347 a. C.) filósofo griego, discípulo de Sócrates. Uno de los máximos exponentes de la filosofía universal.
- ↑ Aristóteles, (en griego Ἀριστοτέλης) (384 a. C. – 322 a. C.) filósofo griego, se lo considera el creador de la lógica. Juntamente con Platón, se le atribuye una influencia crucial en la génesis de las bases del pensamiento occidental.
- ↑ Metrodoro de Lámpsaco (el joven) (331 a. C.-277 a. C.) fue un filósofo griego de la corriente epicúrea.
- ↑ Hermarco de Mitilene, (gr. Ἕρμαρχoς) ( s.IV a.C.) fue un filósofo griego seguidor de Epicuro. A la muerte de éste, lo sucedió en la dirección de su escuela. Sus escritos eran de naturaleza polémica y habrían sido dirigidos en contra de Platón, de Aristóteles y de Empédocles según relata Diógenes Laercio en su libro Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres.
- ↑ Polieno de Lámpsaco (gr. Πoλύαινoς Λαμψακηνός) ; circa 340 a.C. – 278 a.C.), fue un filósofo y matemático griego de la escuela de Epicuro.
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