Cata Francia, Montesinos...
Apariencia
Cata Francia, Montesinos, cata París, la ciudad, cata las aguas de Duero do van a dar en la mar; cata palacios del rey, cata los de don Beltrán, y aquella que ves más alta y que está en mejor lugar, es la casa de Tomillas, mi enemigo mortal; por su lengua difamada me mandó el rey desterrar y he pasado a causa de esto mucha sed, calor y hambre, trayendo los pies descalzos, las uñas corriendo sangre. A la triste madre tuya por testigo puedo dar, que te parió en una fuente, sin tener en qué te echar; yo, triste, quité mi sayo para haber de cobijarte; ella me dijo llorando por te ver tan mal pasar: -Tomes este niño, conde, y lléveslo a cristianar, llamédesle Montesinos, Montesinos le llamad. Montesinos, que lo oyera, los ojos volvió a su padre; las rodillas por el suelo empezóle de rogar: le quisiese dar licencia que en París quiere pasar y tomar sueldo del rey, si se lo quisiere dar, por vengarse de Tomillas, su enemigo mortal, que si sueldo del rey toma, todo se puede vengar. Ya que despedirse quieren a su padre fue a rogar que a la triste de su madre él la quiera consolar y de su parte le diga que a Tomillas va buscar. -Pláceme, dijera el conde, hijo por te contentare. Ya se parte Montesinos para en París entrare, y en entrando por las puertas luego quiso preguntar por los palacios del rey que se los quieran mostrar. Los que se lo oían decir de él se empiezan a burlar, viéndolo tan mal vestido piensan que es loco o truhán; en fin, muéstranle el palacio, entró en la sala real, halló que comía el rey, don Tomillas a la par. Mucha gente está en la sala, por él no quieren mirar. Desque hubieron ya comido al'jedrez van a jugar, solos el rey y Tomillas sin nadie a ellos hablar, si no fuera Montesinos que llegó a los mirar; mas el falso don Tomillas, en quien nunca hubo verdad, jugará una treta falsa, donde no pudo callar el noble de Montesinos, y publica su maldad. Don Tomillas que esto oyera, con muy gran riguridad, levantando la su mano, un bofetón le fue a dar. Montesinos con el brazo el golpe le fue a tomar, y echando mano al tablero a don tomillas fue a dar un tal golpe en la cabeza, que le hubo de matar. Murió el perverso dañado, sin valerle la maldad. Alborótanse los grandes cuantos en la sala están; prendieron a Montesinos y queríanlo matar, sino que el rey mandó a todos que no le hiciesen mal, porque él quería saber quién le dio tan grande osar; que no sin algún misterio él no osaría tal obrar. Cuando el rey le interrogara él dijera la verdad: -Sepa tu real Alteza soy tu nieto natural; hijo soy de vuestra hija, la que hicisteis desterrar con el conde don Grimaltos, vuestro servidor leal, y por falsa acusación le quisiste maltratar. Mas agora vuestra Alteza puédese de ello informar, que el falso don Tomillas sepan si dijo verdad, y si pena yo merezco, buen rey, mándemela dar, y también si no la tengo mándesme de soltar, y la buen conde y la condesa los mandéis ir a buscar, y los tornéis a sus tierras como solían estar. Cuando el rey aquesto oyera no quiso más escuchar. Aunque veía ser su nieto quiso saber la verdad, y supo que don Tomillas ordenó aquella maldad por envidia que les tuvo al ver su prosperidad. Cuando el rey la verdad supo al buen conde hizo llamar, gente de a pie y de a caballo iban por le acompañar, y damas por la condesa como solía llevar. Llegado junto a París dentro no quería entrar, porque cuando de él salieron los dos fueron a jurar que las puertas de París nunca las vieran pasar. Cuando el rey aquello supo luego mandó derribar un pedazo de la cerca por do pudiesen pasar sin quebrar el juramento que ellos fueron a jurar. Llévanlos a los palacios con mucha solemnidad, y hácenlos muy ricas fiestas cuantos en la corte están. Caballeros, dueñas, damas les vienen a visitar, y el rey delante de todos por mayor honra les dar, les dijo que había sabido como era todo maldad, lo que dijo don Tomillas cuando lo hizo desterrar. Y porque sea más creído allí les tornó a firmar todo lo que antes tenían y el gobierno general, y que después de sus días el reino haya de heredar el noble de Montesinos y así lo mandó firmar.