Cayó la torre que en el viento hacían
Apariencia
- Soneto 101
Cayó la torre que en el viento hacían mis altos pensamientos castigados, que yacen por el suelo derribados, cuando con sus extremos competían. Atrevidos al sol llegar querían, y morir en sus rayos abrasados, de cuya luz contentos y engañados, como la ciega mariposa, ardían. ¡Oh, siempre aborrecido desengaño, amado al procurarte, odioso al verte, que en lugar de sanar, abres la herida! Plugiera a Dios duraras, dulce engaño: que si ha de dar un desengaño muerte, mejor es un engaño que da vida.