Chispas y témpanos
Apariencia
Al fuego lento de tus ojos frito,
tengo en mi corazón verano eterno:
tú, en las neveras de constante invierno,
guarda, Inés, un alma de granito.
Yo me acerco a tu hielo y no tirito,
ni las llamas mitigo de mi infierno:
tú llegas de mi alma al hogar tierno
y en sus ascuas tu nieve no derrito.
¿Cómo encuentro calor donde no hay llama?
¿Cómo no da calor la llama mía?
¿Cómo mi incendio tu esquivez no inflama?
¿Cómo tu hielo mi pasión no enfría?
¡Ay! ¿cuándo nos veremos igualados,
abrasados los dos, o ambos helados?