Circe, que de hombre en piedra me transforma
Apariencia
- Soneto 166
Circe, que de hombre en piedra me transforma, quiere, o lo quieren los contrarios cielos, que viva ausente, sin matarme celos, cosa imposible si de amor se informa. Tanto el temor con el amor conforma que era pedir centellas a los hielos estar ausente y no tener recelos aun a la sombra que el pensarlos forma. Al contrario presente aunque atrevido, bien puede hacer un hombre resistencia, mas no cuando a traición otro le enviste. Los celos por los ojos me han venido, pero por las espaldas el ausencia, y lo que no se ve no se resiste.