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Compendio de Literatura Argentina: 16

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Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


CAPÍTULO XI.

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POESÍA GAUCHESCA

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La poesía popular ó gauchesca, tanto en su expresión sencilla y rudimentaria, como en la que adquiere cultivada por verdaderos artistas, es una de las manifestaciones más importantes de la literatura argentina, no sólo por sus tendencias generosas encaminadas á levantar al hijo de la Pampa, al noble y altivo gaucho, sino también por encerrar inapreciables tesoros de la tradición nacional.

Es el gaucho, iniciador y héroe al mismo tiempo de esta clase de producciones, ya líricas ya descriptivas, el tipo original de estas vastas regiones, que sin más compañero que el caballo, ni otras armas que el facón, el lazo y las boleadoras, atraviesa las solitarias pampas, rodando de pago en pago, en medio de una vida semi-salvaje.

Dotado de una facilidad asombrosa para versificar; no es raro encontrar quien improvise con rapidez admirable unas redondillas ó unas décimas sobre cualquier asunto, y aun otros que sostengan diálogos en verso, los que constituyen verdaderas luchas de imaginación, en que abundan las ocurrencias oportunas y chistosas. Estos últimos son designados con el nombre de payadores y es lástima que, por su falta de estudio, no siempre se ajusten á las leyes del verso.

«El habla gaucha [1] no es en su fondo diversa de la lengua general, oficial y literaria, aunque difiere de ella en algunos accidentes analógicos y con especialidad en lo que atañe á los sonidos».

Su origen se remonta á aquella época en que por la carencia, por más de tres siglos, de escuelas en las regiones de la Pampa, cada generación aprendía el idioma por tradición oral, trasmitiéndolo á su vez con todos los vicios de pronunciación inherentes á la gente analfabeta.

El predominio de este lenguaje data de la época revolucionaria en que se unieron, en las campañas militares y en los consejos parlamentarios, los hombres del campo y los de la ciudad: y al ciudadano le agradó adoptar aquella forma íle expresión por las circunstancias especiales porque atravesaba, repugnándole los purismos españoles que empleaban aquellos mismos á quienes combatía.

La poesía gaucha ó «género popular realmente curioso y típico», recién presenta sus primeras manifestaciones durante la revolución de Mayo en que surgieron «vates anónimos, cuyas décimas, cantadas al son de la guitarra y á la lumbre del fogón, eran recogidas por algún entusiasta admirador».

Su forma genuina fué el cielito, en el cual la musa popular fundía todos los acontecimientos públicos que impresionaban su espíritu.

Este género, hoy poco menos que olvidado realizó desde su aparición hasta la época de su apogeo, una evolución perfectamente lógica.

La poesía gaucha «primeramente con Hidalgo, glorificó al gaucho patriota, valiente y cristiano, de la época de la Independencia, luego con Ascasubi, al gaucho condenado á guerrear perpetuamente, durante el período de las luchas civiles; después con del Campo, se convierte en un pretexto para aludir á su vida pintoresca, haciéndola servir á críticas de que no era capaz, y empleando su lenguaje como simple capricho literario; por fin después de Caseros (1852), normalizada la existencia de la república, aparece Rafael Hernández, autor de la verdadera epopeya de la raza gaucha».




  1. Ernesto Quesada — «El Criollismo.»