Confesión de Don Tomás de Figueroa (1 de abril de 1811)

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Tomás de Figueroa.

Confesión de Don Tomás de Figueroa

Inmediatamente se procedió a tomarle su confesión al reo de que se ha hablado en esta sumaria, y habiendo jurado decir verdad en lo que se le preguntare, se le interrogó como se llama, de donde es natural, qué estado, edad, calidad y ejercicio tiene y si sabe la causa de su prisión, y respondió llamarse Tomás de Figueroa, de la villa de Estepona, Reino de Granada, de 64 para 65 años de edad, viudo, de calidad noble, comandante del batallón de Infantería de la Concepción; y preguntado si sabía la causa de su prisión, dijo: que infería fuese por lo obrado esta mañana, que fue lo siguiente:

Que estando en su casa acabado de poner un oficio para mandarlo a Don Francisco Calderón, que viene con la tropa de Infantería de la Frontera, por conducto del capitán Don Ramón Jiménez Navia, a quien se lo pasó, entró poco después precipitadamente Don Francisco Aldunate, diciéndole con seguridad que toda la tropa de Concepción, que se hallaba en San Pablo, se había sublevado, y que pasase inmediatamente a sujetarla. Que al momento se vistió y tomando un espadín, salió para dicho cuartel; que luego los soldados lo vieron, empezaron a gritar:" Viva el Rey la justicia y la Patria, y muera la Junta, y no queremos otro que nos mande sino Ud." que entonces les dijo: "Vengan conmigo, yo los llevaré a la Junta, que os hará justicia", y saliendo con ellos se dirigió a la plazuela del Consulado, donde creyó estaba la Junta, y no encontrándola, se dirigió al Cabildo, y no encontrándole, se dirigió a la Audiencia, y haciéndole relación de lo sucedido, que queda declarado, les respondió el Tribunal que luego pasaría oficio a la Junta, con lo que se bajó a ponerse a la cabeza de su tropa; y advirtiendo el declarante que iba entrando a la plaza el Cuerpo de artillería con sus tres volantes por delante, se separó de la suya y se fue a indagar del capitán Don Bernardo Montuel el origen de aquella novedad, y por qué no venía a formar con la tropa de su mando y no acordándose de la contestación que dicho Montuel le dio, dice que se le pregunte a él. Que entonces pasó delante a buscar al oficial que estaba a la cabeza de la artillería, a quien hizo la misma pregunta que a Montuel, y entre ellos Don Juan de Dios Vial; que éste le contestó tal por cual y que no se separaba de su tropa, y que el confesante le añadió que el tampoco se separaba de la suya; y que si él era jefe, el confesante lo era de mayor graduación. Que volviéndose a su tropa, sintió una descarga general de los Granaderos y de artilleros, y yendo a los suyos a mandarles que huyeran no se sabe si haría alguna descarga sin que se lo ordenase, y con esto se fue muy poco a poco a Santo Domingo, en donde se escondió porque le dijeron que iban a matarlo; que allí fue donde le prendieron, sin darle lugar a poner un oficio que había meditado sobre todo lo ocurrido para la Excelentísima Junta. Se le hicieron los cargos siguientes:

lo - ¿Cómo dice que la tropa de Concepción era la que se suponía sublevada, y a la que iba con sólo el objeto de apaciguar para que se le hiciese justicia; cuando consta del sumario que comandaba muchos Dragones de la Frontera y de esta capital?

Responde que de su Cuerno vio pocos soldados, que los demás serían Dragones de Concepción y de aquí. Se le preguntó que dijese qué justicia iban a pedir, y responde que ninguna, que iban a buscarla. Se le preguntó que para que la buscaba, y responde que no sabe.

Se le replicó que por qué siendo Comandante de Infantería y viendo pocos soldados de este cuerno, mandó a tantos de cuernos ajenos. y responde que porque lo proclamaron para su comandante y para que les defendiese sus derechos; se le volvió a replicar que ¿por que antes de ir a San Pablo, o antes de sacar la tropa del cuartel y comandaría, no pidió licencia al Gobierno? Y responde, que siendo la primera obligación de todo oficial cuando sabe o se le avisa de alguna revolución de tropa, que inmediatamente proceda el oficial a la pacificación de ella. Se le instó otra vez que ¿ por qué después de cerciorado del tumulto. tuvo por mejor sacar toda aquella tropa armada y tumultuada y no avisar primero al Gobierno antes de salir con él? Y dice que por temor de que lo matasen, y porque concibió que aquél era el mejor arbitrio de apaciguarla. Se preguntó si antes dc aquella resolución la consultó con la tropa, si le hicieron algunas amenazas, y les propuso otros arbitrios por donde pudiese concebir los temores que indica de que lo matasen si no salía con ellos? Y responde, que no tuvo mas recurso quc sacarlos para conducirlos a la Junta a que se les hiciese justicia, que no les propuso otros arbitrios, ni le hicieron amenaza alguna. Lo 20 ¿que cómo ha dicho que el principio de aquella sublevación fue gritando: ¡Viva el Rey, la Justicia y la Patria! Cuando del sumario consta: lo primero, que ellos proclamaban otro Gobierno, y lo segundo, que como contemplaba de justicia faltar u oponerse a las órdenes del que los mandaba por disposición de la autoridad superior? Responde, que sobre lo primero del Gobierno nada les oyó, y sobre lo segundo, que lo ignoraba. Se le replicó ¿que cómo lo ignoraba cuando debe saber que toda la tropa de ajenos Cuernos debe tener por ordenanza sus jefes propios dados por el Gobierno, y que ningún otro los mande, sino el jefe designado por la superioridad? Y responde, que está autorizado para hacerlo siempre que la tropa esté sublevada, aunque sus oficiales y Gobierno estén en la capital. Lo 3o se le hace cargo que cómo confiesa que sólo trataba que el comandante de la artillería se uniese a su cuerpo, cuando del sumario resulta que pedía el concurso de todas las tropas, y que contestándole el jefe que tenían a la cabeza que no reconocía mas autoridad que la de la Excma. Junta, le respondió que no mandaba nadie sino él. Y responde, que se refiere a lo que tiene dicho. Y hácesele el cargo que como dice que luego que volvió la espalda le hicieron fuego los artilleros o Granaderos sin que su cuerno los hubiese provocado, dando por el contrario órdenes para que huyesen, cuando del sumario resulta que el mandó hacer fuego a su Cuerpo, en circunstancias que los otros ni presentadas tenían las armas, y que así, estando convencido por testigos fidedignos, diga la verdad y no falte tenazmente a la religión del juramento. Y responde, que es falso el cargo, y se refiere a lo que tiene dicho. Se le replicó que como está faltando a la verdad, cuando también aparece del sumario que públicamente un sargento, mientras él estaba hablando, dio una señal para que se preparasen las armas, y de facto las prepararon e hicieron fuego al momento. Y responde, que es falso y falsisimo el cargo. Lo 4o se le hace cargo qué comó ha dicho que su intención fue dirigirse a la Junta cuando salió de San Pablo y se dirigió a la Audiencia. Responde que se vino al Consulado, creyendo hallar allí a la Junta, y que no habiéndola encontrado, se dirigió al Cabildo, y que no estando este en su sala, se fue a la Audiencia, y que a la salida se encontró con Don Rafael Sota, quien le dio un recado que no tiene presente, y que solo se acuerda que le nombró al señor Rozas, y que le contestó que le dijese a dicho señor que el confesante caminaba con sus ideas, y que trató entonces de encaminarse a la Junta, que supo estaba formada en la casa del señor Márquez de la Plata pero que no pudo consumar su marcha, por la tropa que había formada en la plaza. Se le replicó que cómo asienta que su primera intención fue dirigirse a la Junta, cuando ahora dice que esto trató de hacerlo después de salir de la Audiencia y de haber estado allí. Y responde, que no sabía donde estaba la Junta. Se le volvió a replicar que cómo no sabía cuando pudo irse solo con Don Rafael Sota, que ha confesado que le dio recado del señor Rozas. Y responde, que porque concibió que toda la tropa estaba armada a una misma causa. Se le instó que como dice esto cuando también antes ha confesado que la causa de la suya era pedir justicia. Y responde, que es cierto, que así lo creyó, porque se ha dicho en la ciudad que todas las tropas se excusaban de ir a Buenos Aires y las creía unidas para no ir a Buenos Aires. Se le volvió a instar que por que respondió al señor Rozas que sus ideas eran unas con las del confesante, cuando debe saber que mandaba una tropa tumultuada. Y responde, que solo eran umultuarias porque habían faltado a la obediencia a sus oficiales. Se le amonestó que dijese la verdad, que también constaba del sumario, que habiendo recibido un recado de la Junta, por el teniente coronel Don Joaquín Toro, después de haber salido de la Audiencia, no le hizo caso y volvió a entrar a consultar con el tribunal. Y responde, que no se acuerda de haber recibido recado por Don Joaquín Toro; pero que sí es verdad que entró (por) segunda vez al Tribunal (de la Real Audiencia), a sólo decir a aquellos señores que aguardaba la contestación del oficio que se le había insinuado iba a pasar dicho Tribunal a la Junta. Se le replicó que, ¿cómo ha dicho tantas veces que su intención era dirigirse a la Junta y ahora responde que se quedaba allí aguardando la respuesta de ella al Tribunal? Y responde, que esto nada quiere decir, porque no podía atender a tantas cosas como estaban a la vista. Se le preguntó. ¿si cuando sacó la tropa a la plaza y dijo esto al Tribunal, sabía si estaba ya en la plaza otras tropas?Y responde, que no lo sabía. Se le volvió a instar que si su intención era entenderse con la Junta y no con el Tribunal y si aún no sabia que habían tropas que le impidiesen ir a la Junta, por qué protestó esperar allí la respuesta. Y responde, que porque ignoraba donde estuviese la Junta. Se le volvió a instar que como lo ignoraba, cuando dice que la Audiencia iba a pasarle oficio a la Junta y cuando ya también había recibido el recado de Don Joaquín (Toro), antes de la segunda entrada al Tribunal. Y responde, que no se acuerda. Se le preguntó que con que motivo dijo al Tribunal estas palabras:

"Aquí está Figueroa". Y responde, que lo dijo para defender los derechos del Rey, de la Religión y Patria y de la Junta.

Se le preguntó que a que fin se terminaban ciertas palabras que se le oyeron afuera de las que se hablaban dentro del Tribunal, que decían "efusión de sangre". Y responde, que es falso. Se le preguntó que dijese todo lo que había dicho al Tribunal cuando entró la primera y segunda vez. Y responde que lo que dijo al Tribunal es lo mismo que tiene confesado al principio. Hácesele cargo que cómo dice que eso solo dijo al Tribunal, cuando del oficio de fs... (cuyo primer capítulo se le leyó) consta lo que allí alegó.

Y responde que no habiendo podido encontrarse con la Excma. Junta, a quien se dirigió desde sus primeros principios de la salida del cuartel, ni tampoco con el Cabildo, a quien solicitó, hubo de entrar a dicho Tribunal sólo con el objeto de informar a la dicha Real Audiencia, del acaecimiento de la tropa, y pues me contestaron que iba a pasar oficio a la Excma. Junta, les añadí que aguardaba con mi tropa la contestación. En este estado se le preguntó que respondiese por panes y categóricamente si se había presentado al Tribunal asociado de varios oficiales. Responde, que con ninguno. Si con parte del pueblo; responde que tampoco. Que si había dicho que sólo deseba promover la causa del Rey, de la Nación y de la Patria. Responde que no se acuerda. Que si ocurría al Tribunal para que inmediatamente proveyese de remedio para evitar el sinnúmero de males que los perturbadores del orden e innovadores pretendían ocasionar. Responde, que no se acuerda, y que sólo ocurrió a la Audiencia por necesidad. Se le hizo cargo si al tiempo de prenderlo ; dijo en el mismo acto que él se vindicaría pues no era solo, sino que había procedido con orden de personas superiores. Responde que es falso el cargo. Replicasele que cómo decía que era falso el cargo, cuando al tiempo mismo que le estaban poniendo los grillos, dijo, en presencia de todos los que allí se hallaban, que él no tenía la culpa, que procedía de orden superior.

Responde, que también es falso. Hízole cargo, que cómo dice que es falso, cuando en aquel mismo momento se le replicó que como pudo proceder de orden superior, cuando no había mas autoridad que la Junta y respondió que ello se sabría después. Y respondió que todo es falso. Hácesele cargo que como niega la verdad y unos hechos de que está convencido por testigos fidedignos. Y responde, que es falso; y se ratifica en lo que tiene dicho y confesado. Y aunque se le hicieron otras varias preguntas y repreguntas, dijo que nada mas tenía que añadir, ni confesar que lo expuesto, en que se afirmó y ratificó, leída su confesión. Y no firmó porque dijo no poder por las prisiones que tiene en las manos; y lo hizo a su mego. - A ruego del reo, Gregorio de Echagúe. - Pérez. - Argomedo, secretario.