Congreso de los ratones
Apariencia
Desde el gran Zapirón, el blanco y rubio, Que después de las aguas del diluvio Fue padre universal de todo gato, Ha sido Miauragato Quien más sangrientamente Persiguió a la infeliz ratona gente. Lo cierto es que, obligada De su persecución la desdichada, En Ratópolis tuvo su congreso. Propuso el elocuente Roequeso Echarle un cascabel, y de esa suerte Al ruido escaparían de la muerte. El proyecto aprobaron uno a uno, ¿Quién lo ha de ejecutar? eso ninguno. «Yo soy corto de vista. Yo muy viejo. Yo gotoso», decían. El concejo Se acabó como muchos en el mundo. Proponen un proyecto sin segundo: Lo aprueban: hacen otro. ¡Qué portento! Pero ¿la ejecución? Ahí está el cuento.