Coplas a una beoda que tenía empeñado un brial en la taberna
I
Hanme dicho que se atreve
una dueña a decir mal,
y he sabido cómo bebe
continuo sobre un brial;
y aun bebe de tal manera
que, siendo de terciopelo,
me dicen que a chico vuelo
será de la tabernera.
II
Está como un serafín
diciendo ya: -«¡Ojalá
estuviese San Martín
adonde mi casa está!»
De Valdiglesias se entiende
esta petición, y gana
por ser de allí parroquiana
pues que tal vino se vende.
III
Y reza de cada día,
esta devota señora,
esta santa letanía
que pondremos aquí ahora,
(en medio del suelo duro
hincados los sus hinojos,
llorando de los sus ojos
de beber el vino puro:)
IV
-«¡Oh, beata Madrigal
ora pro nobis a Dios!»
«¡Oh, santa Villa Real,
señora, ruega por nos!»
«¡Santos Yepes, Santa Coca,
rogad por nos al Señor,
porque de vuestro dulzor
no fallezca a la mi boca!»
V
«¡Santo Luque, yo te pido
que ruegues a Dios por mí;
y no pongas en olvido
de me dar vino de ti!»
«¡Oh, tú, Baeza beata,
Úbeda, santa bendita,
este deseo me quita
del torontés que me mata!»