Daba sustento a un pajarillo un día
Apariencia
- Soneto 174
Daba sustento a un pajarillo un día Lucinda, y por los hierros del portillo fuésele de la jaula el pajarillo al libre viento en que vivir solía. Con un suspiro a la ocasión tardía tendió la mano, y no pudiendo asillo, dijo (y, de las mejillas amarillo, volvió el clavel que entre su nieve ardía): «¿Adónde vas por despreciar el nido, al peligro de ligas y de balas, y el dueño huyes que tu pico adora?». Oyóla el pajarillo enternecido, y a la antigua prisión volvió las alas: que tanto puede una mujer que llora.