De sus hermosos ojos, dulcemente
Apariencia
De sus hermosos ojos, dulcemente, un tierno llanto Filis despedía que por el rostro amado parecía claro y precioso aljófar transparente. En brazos de Damón, con baja frente, triste, rendida, muerta, helada y fría, estas palabras breves le decía creciendo a su llorar nueva corriente: «¡Oh pecho duro, oh alma dura y llena de mil durezas!, ¿dónde vas huyendo?, ¿do vas con ala tan ligera y presta?» Y él, soltando de llanto amarga vena, della las dulces lágrimas bebiendo, besola, y solo un ¡ay! fue su respuesta.