Dejadme un rato, pensamientos tristes
Apariencia
- Soneto 42
Dejadme un rato, pensamientos tristes, que no me he de rendir a vuestra fuerza. Si es gran contrario Amor, amor me esfuerza; penad y amad, pues que la causa fuistes. No permitáis, si de mi amor nacistes, que la costumbre, que a volver me fuerza, de mi firme propósito me tuerza, pues en los desengaños me pusistes. No queráis más que amar, amar es gloria; no la manchéis con apetitos viles; vencedme, y venceréis mayor victoria. Si en Troya no hay traidor, ¿qué importa Aquiles? Mas, ¡ay!, que es mujer flaca la memoria, y vosotros cobardes y sutiles.