Después de la batalla (Bobadilla)
Apariencia
DESPUÉS DE LA BATALLA
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La batalla ha cesado; la noche hospitalaria
al través de la lluvia isócrona se alonga,
sobre la inmensa mancha de tierra visionaria
que el fúnebre silencio con su ritmo prolonga.
La luna va saliendo y en la ruta desierta
traza sobre los charcos trémulos arabescos
y como estatuas rotas, en un jardín, abierta
la boca, vénse mútilos cadáveres grotescos.
Los árboles proyectan siluetas inquietantes;
el camino se alarga reluciente, aguanoso,
con reflejos sutiles; lucecillas distantes,
y a lo lejos —muy lejos— resuena todavía,
escondido en el bosque el cañón fragoroso,
—estertor del combate en su horrenda agonía—.
1918.