Detén el curso a la veloz carrera
Apariencia
- Soneto XXVI
Detén el curso a la veloz carrera, desbocado apetito, que me pierdes, pues ya es razón que a la razón recuerdes, no se nos vaya la ocasión ligera. Si te disculpas con la edad primera, no puedo yo creer que no te acuerdes, que por los pasos de los años verdes llegaste al puerto de la edad postrera. ¡En qué esperanza mis errores fundo, blancas las sienes y las venas hielos, vil nave, airado viento, mar profundo! Corre a tu engaño los fingidos velos, porque lo que es vergüenza para el mundo, ¿cómo no lo será para los cielos?