Diario Oficial de El Salvador/Tomo 18/Número 142
NUM. 142
San Salvador, Miércoles 17 de Junio de 1885.Sección Oficial
[editar]Manifiesto dirigido a los Salvadoreños por el Presidente de la República, General don Fernando Figueroa
[editar]Sinembargo de la ostensiva declaración de los propósitos que traía consigo la revolución acaudillada por el señor General don Francisco Menéndez, abrigaba la consoladora esperanza de que llegaríamos á un avenimiento pacífico, evitando así que se pusieran en práctica odiosos planes de destrucción y ruina, y de que volviera el país á sufrir nuevos infortunios, como si las calamidades de ayer no nos hubieran dejado ni un solo destello de experiencia para lo porvenir.
Pero estas esperanzas han sido defraudadas, en mala hora, desde que la ambición personal de unos pocos se puso de por medio, entre las justas aspiraciones del Gobierno y los sentimientos patrióticos que quizá la animaban, como antes de ahora, al caudillo de la facción armada, quien por desgracia no ha querido mostrarse fuerte contra las miserables flaquezas de sus adeptos, y sí animoso y audaz para oponerse á la autoridad legítima con una insurrección, que tiene que ser combatida victoriosamente por las fuerzas del Gobierno constitucional.
A riesgo de que se tomase por indecición y quizás por culpable incuria la conducta observada por el Gobierno, y de que llegaran á adquirir, en consecuencia, mayor brío las turbulencias de los amotinados, no he querido apelar á medidas extremas antes de agotar todos los recursos aconsejados por sana razón, la humanidad y el patriotismo; al contrario he procurado dominar el ardor que impulsa á los corazones de los que defienden la causa del orden y de la ley; porque he querido, á todo trance, que no se derrame mas sangre salvadoreña, y que no demos al mundo el escándalo de seguir por el mismo sendero que á tantas desgracias nos han conducido, en las épocas anteriores de nuestra historia.
Infructuosos han sido, pues, mis esfuerzos emprendidos para evitar la desunión entre hermanos, y para que posponiendo mezquinos intereses, se restable-
Se ha hecho al jefe de la facción toda clase de proposiciones compatibles con la dignidad del Gobierno, á fin de llegar á la paz; y como segura garantía de que
El patriotismo exigía, pues, que tanto el señor General Menéndez, como el Doctor Gallardo, hubieran aceptado estos elevados puestos, en los que habrían po-
Posteriormente se autorizó de una manera amplia á los señores General don J. J. Samayoa y don Miguel Yúdice, para que, juntos ó separadamente, trataran de
La conferencia celebrada en la hacienda llamada "El Molino", y continuada en Santa Ana, no condujo á ningún resultado provechoso en obsequio de la paz, sin-
A esta primera tentativa para un avenimiento, en obsequio del cual el Gobierno no reclamaba sino lo estrictamente necesario para conservar incólume su dig-
Han sido tales mis propósitos respecto de la paz, que, no obstante las dificultades puestas por los rebeldes, accedía gustoso á que, una vez invitado por ellos el
El Gobierno de Guatemala interpuso últimamente su mediación, robustecida por la de los señores Ministros Diplomáticos de España y Méjico, quienes lleva-
A las indicaciones de estos generosos amigos que se empeñaron por la paz de la República, he accedido en cuanto á mí dependía y me lo aconsejaba la honra del Gobierno y el principio de autoridad, que no puede ni debe ser propuesto á la idea de una revolución que no tiene fines laudables ni dignos, desde que sus caudillos, aspiran únicamente á llegar al poder supremo, pasando por encima de cadáveres y de torrentes de sangre salvadoreña.
Por los documentos que acompañan á esta breve exposición, se conocerá cuanto he hecho por evitar una guerra fratricida, cuyas consecuencias lamentables para todo corazón patriota, no recaerán, como he dicho, sobre el Gobierno que ha agotado todos los recursos para llegar á un avenimiento honroso y digno.
Después de haber cumplido con el sa- grado deber que me impone la humanidad y el amor á mi patria, cúmpleme hoy la dolorosa tarea de seguir llenando los no menos estrictos deberes de la posición oficial que me ocupo, y hacer que las armas nacionales combatan á las que el señor general Menéndez ha traído para turbar la tranquilidad del país.
El Gobierno tiene los elementos suficientes para debelar completamente la facción; y enter estos cuenta con el valioso concurso del Gobierno leal y amigo de Nicaragua, que inspirándose en los sentimientos de verdadero patriotismo centro-americano, y á fin de cooperar para el pronto restablecimiento de la paz interior de la República, ha enviado á territorio salvadoreño fuerzas comandadas por jefes dignos y valerosos, que han sido recibidos aquí con el entusiasmo y cariño merecido por hermanos que vienen á compartir con los soldados de nuestro ejército las fatigas de la guerra y los honores del triunfo á que es acreedora la noble y justa causa que defendemos.
San Salvador, Junio 15 de 1885.