Dilatándose una pensión que pretendía
Apariencia
Camina mi pensión con pies de plomo, el mío, como dicen, en la huesa; a ojos yo cerrados, tenue o gruesa, por dar más luz al mediodía la tomo. Merced de la tijera a punta o lomo nos conhorta aun de murtas una mesa; «Ollay» la mejor voz es portuguesa, y la mejor ciudad de Francia, Como. No más, no, borceguí; mi chimenea, basten los años que ni aun breve raja de encina la perfuma, o de aceituno. ¡Oh cuánto tarda lo que se desea! Llegue; que no es pequeña la ventaja del comer tarde al acostarse ayuno.