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Discurso: 10 de junio de 2006

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EL PRESIDENTE: Buenos Días. Esta fue una buena semana para la causa de la libertad. El miércoles de noche en Irak, fuerzas militares de Estados Unidos mataron al terrorista Zarqawi.

La muerte de Zarqawi es una victoria importante en la guerra global contra el terror. Este terrorista, nacido en Jordania, fue el comandante operacional de al-Qaida en Irak. Libró una campaña de bombas en automóviles, secuestros y ataques suicidas que han costado las vidas de muchas fuerzas estadounidenses, trabajadores de asistencia internacionales, y miles de iraquíes inocentes. Zarqawi tuvo un largo historial de asesinatos y derramamiento de sangre. Antes del 11 de septiembre, 2001, operaba un campo en Afganistán que entrenaba a terroristas - hasta que las fuerzas de Coalición destruyeron ese campo. Se fugó a Irak donde recibió atención médica y estableció operaciones con terroristas asociados.

Después de la caída de Saddam, Zarqawi se escondió y declaró su lealtad a Osama bin Laden - quien lo llamó el "Príncipe de al-Qaida en Irak" y dio instrucciones a terroristas alrededor del mundo de "escucharlo y obedecerlo". Zarqawi personalmente decapitó a rehenes estadounidenses y otros civiles en Irak; fue el cerebro detrás de la destrucción de la sede de las Naciones Unidas en Bagdad; y fue responsable del asesinato de un diplomático estadounidense en Jordania y de hacer detonar bombas en hoteles en Amman. Sus metas para Irak fueron claras: quería frenar la emergencia de la democracia, expulsar a las fuerzas de Coalición, incitar a una guerra civil y convertir ese país en un refugio seguro del cual al-Qaida pudiera lanzar nuevos ataques contra los Estados Unidos y otras naciones libres. Pero al contrario, Zarqawi murió en el Irak libre y democrático que luchó tanto por evitar, y el mundo está mejor porque este hombre violento no volverá a matar.

Los iraquíes pueden estar orgullosos con razón de su nuevo gobierno y de sus primeros pasos para mejorar su seguridad. Y los estadounidenses pueden sentir enorme orgullo en los hombres y las mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, y de los oficiales de inteligencia que les dan apoyo. En los últimos tres años nuestras tropas han derrocado a un cruel dictador, han luchado casa a casa contra los terroristas y los insurgents y han entrenado a las fuerzas iraquíes a defender su nueva democracia. Todo el tiempo se mantuvieron sobre la pista de este brutal terrorista, perseverando durante años de yerros por poco y falsas pistas sin nunca perder las esperanzas. Esta semana capturaron a su hombre. Y todos los estadounidenses les agradecemos por este logro extraordinario.

Zarqawi ha muerto, pero la misión difícil y necesaria en Irak continúa. En las semanas por venir, la violencia en Irak podrá intensificarse. Los terroristas y los insurgentes querrán probar que pueden seguir adelante sin Zarqawi. Y las fuerzas de Coalición e iraquíes están aprovechando este momento para atacar a los enemigos de la libertad en Irak en este tiempo de incertidumbre para su causa. La labor por delante exigirá más sacrificio y la paciencia continua del pueblo estadounidense.

Me siento alentado por la determinación del Primer Ministro Maliki de derrotar a nuestros enemigos comunes, y traer seguridad y el imperio de la ley a todos los iraquíes. Esta semana tomó otro paso importante hacia este objetivo al completar la formación de su Gabinete - nombrando un nuevo Ministro de Defensa, un nuevo Ministro del Interior, y un nuevo Ministro de Estado para la Seguridad Nacional. Estos nuevos líderes ayudarán al Gobierno a enfocar sus principales prioridades: reconciliación, reconstrucción y poner fin a los secuestros, las decapitaciones y las bombas suicidas.

Al perseguir estas metas, tendrán el apoyo pleno de los Estados Unidos. El lunes reuniré a mi equipo de seguridad nacional y otros miembros claves de mi gabinete en Camp David para discutir el camino por delante en Irak. El martes, el nuevo Embajador de Irak a los Estados Unidos se unirá a nosotros y tendremos una discusión por tele-conferencia con el Primer Ministro Maliki y miembros de su gabinete. Juntos determinaremos cómo mejor aprovechar los recursos estadounidenses en Irak y lograr nuestra meta compartida de un Irak que por sí solo se pueda gobernar, se pueda sustentar, y se pueda defender.

Aún hay una labor difícil por delante en Irak. Sin embargo, esta semana la ideología del terror ha sufrido un golpe severo. Al-Qaida ha perdido su líder en Irak, el pueblo iraquí ha completado un gobierno democrático que está determinado a defenderlo y la libertad ha logrado una gran victoria en el corazón del Medio Oriente.

Gracias por escuchar.


Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.