Discurso: 14 de abril de 2007
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Buenos Días. Esta semana invité a los líderes de ambos partidos en el Congreso que vinieran a la Casa Blanca para que podamos discutir los fondos de emergencia para la guerra que nuestras tropas esperan. Cuando nos reunamos el miércoles tendré interés en escuchar cómo los miembros del Congreso piensan cumplir con sus responsabilidades y proporcionar a nuestras tropas los fondos que necesitan.
Apoyar a nuestras tropas es la responsabilidad solemne de todo oficial electo en Washington DC. Por lo tanto, hace 68 días yo envié al Congreso un proyecto de ley para gastos de guerra de emergencia que ofrecería los fondos vitales necesarios para nuestras tropas en las líneas del frente. Pero en lugar de aprobar este financiamiento, los Demócratas en el Congreso han pasado los últimos 68 días promoviendo legislación que perjudicaría a nuestras tropas. Aprobaron proyectos de ley que impondrían restricciones a nuestros comandantes militares y fijarían una fecha arbitraria para retirarnos de Irak – dándoles a nuestros enemigos la victoria que desean desesperadamente. Los proyectos de ley de los Demócratas también gastarían miles de millones de dólares en proyectos que no tienen nada que ver con la guerra – tales como financiar visitas al Capitolio de Estados Unidos y para almacenaje de cacahuates. Y después de aprobar estos proyectos de ley inaceptables en la Cámara de Representantes y el Senado, los líderes Demócratas decidieron irse de la ciudad – sin enviarme ninguna legislación.
El Senado volvió a Washington a principios de esta semana, pero la Cámara sigue en su receso de Pascua. Mientras tanto, nuestras tropas están esperando los fondos. Y para cubrir el déficit, nuestras fuerzas armadas podrán verse obligadas a considerar lo que el General del Ejército Pete Schoomaker ha llamado “medidas cada vez más draconianas”. En los próximos días nuestros líderes militares notificarán al Congreso que se verán obligados a transferir 1.6 mil millones de dólares de otras cuentas militares para cerrar las lagunas causadas por la falta del Congreso de financiar nuestras tropas en el terreno. Eso significa que nuestras fuerzas militares tendrán que usar dinero de cuentas de personal a fin de poder continuar financiando operaciones del Ejército de EE.UU. en Irak y otras partes.
Estos 1.6 mil millones de dólares en transferencias vienen encima de otros 1.7 mil millones de dólares en transferencias sobre las cuales nuestros líderes militares notificaron al Congreso el mes pasado. En marzo, el Congreso fue informado que las fuerzas armadas necesitarían tomar dinero de cuentas de personal, armas, y sistemas de comunicaciones a fin de que podamos seguir financiando programas que protegen a nuestras tropas de dispositivos explosivos improvisados, y enviar cientos de vehículos resistentes a minas a las líneas del frente. Estas acciones son sólo el comienzo – y mientras más demore el Congreso, peor será el impacto sobre los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas.
Reconozco que los Republicanos y los Demócratas en Washington tienen diferencias sobre el mejor curso a seguir en Irak – y debemos debatir estas diferencias vigorosamente. Pero nuestras tropas no deben quedar atrapadas en el medio. Han estado esperando este dinero demasiado tiempo. El Congreso debe actuar sin demoras y aprobar un proyecto limpio que proporcione fondos para nuestras tropas – sin plazos artificiales para retirarnos – sin atar las manos de nuestros generales en el terreno… y sin gastos domésticos innecesarios.
Cuando uno vive en Washington es fácil verse inmiscuido en las complejidades del procedimiento legislativo. Pero para el pueblo de Estados Unidos este no es un debate complicado. Cuando los estadounidenses fueron a las urnas en Noviembre pasado no votaron para que los políticos sustituyeran su juicio por el de nuestros comandantes en el terreno. Y definitivamente no votaron para que proyectos de almacenaje de cacahuates formaran parte del financiamiento de nuestras tropas. El pueblo de Estados Unidos votó por un cambio en Irak – y eso es exactamente lo que nuestro nuevo comandante en Irak, el General David Petraeus, está buscando lograr. Y ellos esperan que sus líderes electos apoyen a nuestros hombres y mujeres en las líneas del frente – para que tengan todos los recursos que necesitan para cumplir con su misión.
Es nuestro deber entregar nuestro apoyo completo al pueblo de Estados Unidos – y a nuestras tropas y sus familias. Yo seguiré trabajando con Republicanos y con Demócratas responsables para hacer precisamente eso. Les pido a los miembros del Congreso que suspendan el partidarismo, resuelvan sus diferencias, y me envíen un proyecto de ley limpio que le hará llegar a nuestras tropas los fondos que necesitan.
Gracias por escuchar.
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