Discurso: 21 de febrero de 2004
<Discursos del Presidente George W. Bush
Buenos días.
Esta semana viajé a Fort Polk, en Louisiana para visitar a soldados y miembros de sus familias que están prestando un servicio vital en la guerra contra el terror. Fort Polk sirve de hogar a varias de las más antiguas y mejores unidades del Ejército. Desde el 11 de setiembre, 2001, Fort Polk ha entrenado y desplegado a más de 10,000 tropas para luchar contra el enemigo terrorista por todo el mundo, incluyendo Afganistán e Iraq.
Gracias a su valentía y habilidades, Estados Unidos está librando esta lucha con enfoque y determinación. Durante los últimos 29 meses, muchos terroristas han aprendido el significado de la justicia. Casi las dos terceras partes de los conocidos líderes de al-Qaida han sido capturados o muertos. Los terroristas están en fuga, con buena razón de temer lo que podrá traer la noche.
Éxito en la guerra contra el terror también exige que confrontemos regímenes que podrían armar a terroristas con las armas máximas. Estados Unidos está resuelto a enfrentar este peligro, y a negarle a los terroristas y a los regímenes peligrosos la capacidad de amenazarnos con las armas más mortales del mundo.
Durante 12 años, el ex - dictador de Iraq desafió a la comunidad internacional. Se negó a desarmar o a rendir cuentas por sus armas y programas ilegales. Mi Administración estudió la información de inteligencia, y vimos una amenaza. Miembros del Congreso miraron a la inteligencia y vieron una amenaza. El Consejo de Seguridad de la ONU miró a la información, y vio una amenaza. Todos nosotros conocíamos la historia de Saddam Hussein. Había librado guerras agresivas contra países vecinos, y aspiraba a dominar el Medio Oriente. Cultivaba lazos con terroristas. Construyó armas de destrucción masiva. escondió esas armas.y usó armas químicas contra miles de Iraquíes e Iraníes. Saddam Hussein dudó de nuestra resolución de cumplir con nuestra palabra - y ahora está sentado en una celda mientras su país sigue adelante hacia un futuro democrático.
Hoy en Iraq, nuestra coalición enfrenta ataques mortales de un remanente de partidarios de Saddam, a quienes se unen terroristas extranjeros. Recientemente interceptamos una carta enviada por un asociado principal al-Qaida, de nombre Zarqawi, a uno de los principales tenientes de Osama Bin Laden. La carta describe la estrategia terrorista - de destrozar a Iraq con violencia étnica, socavar las fuerzas de seguridad de Iraq, desmoralizar a nuestra coalición, y evitar que suba al poder un gobierno democrático soberano. Este terrorista describe sus esfuerzos por reclutar y entrenar a terroristas suicidas con bombas, y se jacta de 25 ataques contra Iraquíes inocentes y personal de la coalición. E incita a miembros de al-Qaida a que se unan a él para librar la guerra contra nuestra coalición y contra el pueblo de Iraq.
Zarqawi y hombres como él han hecho de Iraq el frente central en nuestra guerra contra el terror. Los terroristas saben que la aparición de un Iraq libre será un golpe duro contra el movimiento terrorista mundial. En esto tienen razón. Pero hemos visto este enemigo antes - y sabemos cómo lidiar con ellos. Luchando al lado del pueblo de Afganistán, estamos derrotando a los terroristas en ese país. Y luchando al lado del pueblo de Iraq, allí también derrotaremos a los terroristas. Iraq, como Afganistán, será libre.
Nuestra coalición está trabajando con el Consejo de Gobernación de Iraq para redactar legislación básica, con una declaración de derechos. Estamos colaborando con iraquíes y con las Naciones Unidas para preparar una transición hacia soberanía total para Iraq. El establecimiento de un Iraq libre será un hito en la historia del Medio Oriente, ayudando a avanzar la extensión de la libertad a través de esa región vital. Y a medida que la libertad se arraigue en el Gran Medio Oriente, los pueblos de la región encontrarán nueva esperanza. y habrá más seguridad en Estados Unidos.
Hace dos años y medio, en una mañana clara de septiembre, los enemigos de Estados Unidos trajeron una nueva clase de guerra a nuestras orillas. Tres días después, me encontré en medio de los escombros de las Torres Gemelas. Mi resolución hoy en día es la misma que fue entonces. No descansaré hasta eliminar la amenaza terrorista contra Estados Unidos.
Gracias por escuchar.
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