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Discurso: 27 de octubre de 2007

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Buenos Días. El jueves viajé a California para visitar a comunidades devastadas por incendios fuera de control. Caminé con una pareja casada a través de los restos carbonizados de su hogar. Me reuní con respondedores de emergencia. Hablé con familias desplazadas en un centro de asistencia para desastres. Y me comprometí con el pueblo de California en nombre de todos los estadounidenses: Les ayudaremos a apagar los incendios, a superar la crisis, y a reconstruir sus vidas.

Las autoridades estatales y locales de California estaban bien preparadas para esta crisis – y respondieron rápida y eficazmente. Los oficiales alertaron a los que corrían peligro… movieron a los residentes fuera del camino de las llamas… y montaron docenas de refugios para miles de personas.

Los oficiales estatales también solicitaron ayuda del gobierno federal. Y nosotros respondimos. Poco después de que los incendios estallaron, comenzamos a movilizar y proporcionar asistencia – incluyendo el despliegue de bomberos federales y aviones para echar retardador de fuego sobre los incendios. Al propagar las llamas los vientos muy fuertes, el Gobernador Schwarzenegger pidió más ayuda federal. Dentro de una hora de esa solicitud, aprobamos una declaración de emergencia que autorizó a las agencias federales dentro del gobierno a ayudar a los respondedores estatales y locales a salvar vidas, proteger propiedad y mantener la salud pública y la seguridad.

El miércoles emití una segunda declaración. Esta acción puso a disposición más financiamiento federal a los residentes de los condados afectados por los incendios – para que puedan recuperar y reconstruir. Esta asistencia federal cubre subvenciones para vivienda temporal y reparación de casas…préstamos de bajo costo para cubrir pérdidas de propiedad no cubiertas por seguro… préstamos para dueños de pequeños negocios… y financiamiento para ayudar a limpiar los escombros.

Me impresionó el desempeño de los primeros respondedores que conocí en California. A pesar de los retos de los vientos elevados y del clima seco, los bomberos están ganando la batalla – y ganándose la gratitud de sus conciudadanos. Muchos de estos valientes hombres y mujeres han batallado las llamas en temperaturas de tres dígitos. Algunos han trabajado sin parar. Y más de una vez, los equipos de bomberos tuvieron que buscar refugio de emergencia en sus carpas al verse amenazados por muros de llamas que avanzaban sobre ellos. Me siento agradecido de haber tenido la oportunidad de conocerlos - y les agradezco por su coraje.

También me sentí alentado por el espíritu de las familias que conocí. En un centro de recuperación conocí a una joven increíble llamada Alyssa Lamborn. Alyssa me dijo: “Perdí mi casa, pero no perdí mi hogar – porque mi familia y mis mascotas están a salvo”. Yo vi este mismo espíritu en muchos otros que están agradecidos por su seguridad y decididos a reconstruir.

Personas como Alyssa y su familia están recibiendo ayuda de sus conciudadanos estadounidenses. Algunos han abierto sus hogares a personas desconocidas que fueron evacuadas y no pudieron encontrar un cuarto de hotel. Médicos y enfermeras han respondido al llamado para ayudar a personas mayores que fueron forzadas a dejar sus casas de reposo. Y voluntarios de todas las profesiones se han presentado ofreciendo alimentos, ropa y cobijas – así como una mano de apoyo.

Fui a California del Sur con un mensaje: queremos que ustedes sepan que el país siente afecto por ustedes. Nos preocupan ustedes, sus vecindades y sus hogares. Las cosas actualmente podrán parecer desconsoladoras – pero hay mejores días por delante. Y no nos olvidaremos de ustedes en Washington, D.C.

Gracias por escuchar.



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