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Discurso: 29 de octubre de 2005

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Buenos Días. Esta semana se marcó otro importante hito en la realización de nuestra estrategia en Irak. El martes la comisión electoral iraquí formalmente certificó la aprobación de la nueva constitución de Irak, después de que cerca de 10 millones de iraquíes fueron a las urnas para votar sobre ella hace dos semanas.

Este es un momento de importancia enorme para Irak, la región y el mundo. Hace tres años, cuando Saddam Hussein gobernaba con una mano de hierro, la perspectiva de que los iraquíes votaran en torno a una constitución democrática hubiera sido impensable. Ahora, el pueblo iraqu ha mostrado que los derechos individuales y el gobierno por el pueblo son principios universales - y que estos principios pueden formar la base para gobiernos libres y decentes en todo el Medio Oriente.

La nueva constitución iraquí recibió el apoyo de iraquíes de todos los grupos étnicos y religiosos. El partido político más grande de los Sunni, endosó la constitución y recomendó que sus partidarios aprobaran el borrador. Muchos más sunnís participaron en esta votación que en las históricas elecciones de enero, y el nivel de violencia también fue dramáticamente menor. Incluso aquellos que votaron contra la constitución ahora se están organizando y preparando para las elecciones de diciembre. Apenas treinta meses después de haber derrotado al gobierno de un dictador, y nueve meses después de haber elegido sus propios líderes, el pueblo de Irak está resolviendo problemas difíciles a través de un proceso político inclusivo - y este proceso está aislando a los extremistas que quieren descarrilar a la democracia por medio de la violencia y el asesinato.

Los terroristas también estaban observando el voto iraquí. Estos asesinos salvajes siguen una ideología radical que explota al Islam para servir una visión política violenta. Ellos esperan establecer un estado totalitario en Irak que niegue toda libertad política y religiosa. Y quieren usar a ese país como la base para ataques contra todas las personas - Musulmanes así como no-Musulmanes - que no estén de acuerdo con su perversión torcida de la fe musulmana. Las metas de los terroristas no dejan lugar para la conciencia individual o la participación democrática. Así que amenazaron con matar a cualquier iraquí que fuera a las urnas - incluyendo a mujeres y ancianos, e incluso aquellos opuestos a la constitución. Y continúan con bombardeos al azar para tratar de quebrantar la voluntad del pueblo iraquí y de las fuerzas de coalición - como vimos otra vez esta semana cuando los terroristas bombardearon a dos hoteles en Bagdad.

En lugar de rendirse a la intimidación, el pueblo iraquí una vez más arriesgó la vida por su libertad. En lugar de volcarse el uno contra el otro, el pueblo iraquí se hizo presente en las urnas para expresar su voluntad. Y en lugar de permitir que su país se convirtiera en refugio para los terroristas, los iraquíes están optando por la democracia y la libertad para su país.

El proceso político en Irak ahora sigue hacia delante. Los iraquíes volverán a las urnas en diciembre para elegir un nuevo gobierno bajo su nueva constitución. Este gobierno será nuestro aliado en la guerra contra el terror. un socio en la lucha por la paz y la moderación en el mundo musulmán. y una inspiración para que las personas en todo el Medio Oriente también reclamen su libertad.

Nuestra seguridad doméstica está directamente vinculada a un Medio Oriente que crezca en medio de la libertad y de la paz. El éxito del nuevo gobierno iraquí es fundamental para ganar la guerra contra el terror y proteger al pueblo estadounidense. Asegurar ese éxito exigirá mayor sacrificio, más tiempo y más determinación - e implicará más riesgo para los iraquíes y para las fuerzas estadounidenses y de coalición. El progreso que hemos logrado hasta la fecha ha involucrado un gran sacrificio - y la carga más pesada ha recaído sobre nuestras familias militares. Hemos perdido algunos de los mejores hombres y mujeres de nuestra nación en la guerra contra el terror. Cada uno de ellos ha dejado familias y seres queridos que sufren su pérdida. Cada pérdida de vida es devastadora.

Sin embargo esos patriotas también han dejado un legado que permitirá que generaciones de sus conciudadanos estadounidenses - y millones de otras personas que sólo han conocido la opresión - disfruten de las bendiciones de la libertad. La mejor manera de honrar el sacrificio de nuestras tropas caídas es completando su misión y ganando la guerra. Entrenaremos a las fuerzas de seguridad iraquíes y ayudaremos a un gobierno recién electo a satisfacer las necesidades del pueblo iraquí. Al hacer esto, estaremos sentando las bases para la paz de nuestros hijos y nuestros nietos.

Gracias por escuchar.


Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.