Discurso: 3 de enero de 2004
<Discursos del Presidente George W. Bush
Buenos días.
Hace dos años este mes, sancioné la Ley Ningún Niño se Quede Atrás - la reforma más importante de la educación pública en una generación. En esa ley memorable, nuestras expectativas quedaron muy claras: Todo niño en Estados Unidos aprenderá a leer, escribir, sumar y restar al nivel de su grado escolar. Actualmente se exige que las escuelas administren pruebas a los niños regularmente - para asegurar que los estudiantes están aprendiendo y que las escuelas están enseñando bien. Y cuando las escuelas no muestran progreso hacia estándares elevados, estamos ofreciendo mejores opciones a los padres - incluyendo profesores particulares para sus niños, o transferencia a una escuela pública mejor.
Sobre todo, la Ley Ningún Niño se Quede Atrás exigió un cambio de actitud de parte de los educadores y oficiales públicos responsables por nuestras escuelas: Ya no descartaremos a ciertos niños clasificándolos como sin esperanza. Ya no aceptaremos ni excusaremos a las escuelas que no enseñan efectivamente las materias básicas. Insistiremos en elevados estándares y en responsabilidad por desempeño, ya que consideramos que toda escuela debe enseñar y que todo niño puede aprender.
En los últimos 24 meses, las escuelas y los gobiernos estatales han estado implementando las nuevas reformas. Todos los 50 estados, más el Distrito de Columbia y Puerto Rico, han elaborado planes para que toda escuela pública sea responsable por los logros de sus estudiantes. Estamos midiendo los resultados. dando a los maestros la información que necesitan para mejorar la instrucción. y dando a los padres nuevas opciones para ayudar a sus niños cuando las escuelas no están a la medida.
Recientemente evaluamos los resultados de exámenes que muestran que los niños de Estados Unidos están progresando. En 2003, las calificaciones en matemáticas para alumnos del cuatro grado en todo el país fueron nueve puntos más altas que en el 2000. Las calificaciones en matemáticas para niños en octavo grado mejoraron en cinco puntos. Y un porcentaje más elevado de alumnos de cuarto grado tuvieron resultados en lectura al nivel de o por encima del nivel de su grado.
Para conmemorar el aniversario de la Ley Ningún Niño se Quede Atrás, la próxima semana visitaré escuelas en St. Louis, Missouri, y Knoxville, Tennessee. Los niños en estas escuelas alguna vez tuvieron dificultades, pero en años recientes han sabido alcanzar nuestros nuevos estándares. Su ejemplo muestra que las expectativas elevadas, un compromiso a medir los logros, y el creer en cada niño puede cambiar las vidas y hacer que una escuela logre mejorar.
Algunos críticos se oponen a estas reformas - pues consideran que nuestras expectativas son demasiado elevadas. o que es injusto exigir que todos los niños se atengan a los mismos estándares, sin tomar en cuenta sus situaciones particulares. o que estamos castigando a las escuelas que no logran progresar.
Pero ha pasado la hora de las excusas. Nuestras reformas insisten en normas elevadas porque sabemos que todo niño puede aprender. Nuestras reformas exigen exámenes ya que la peor discriminación es la de ignorar la falla de una escuela de enseñar a cada niño. Y nuestras reformas identifican a escuelas con rendimiento sub-estándar, ya que necesitamos encauzar nuestra ayuda a las escuelas que más la necesitan.
En 2003, destinamos 234 millones de dólares para asistir a las escuelas de menor rendimiento que más necesitan mejorar. En 2004, tenemos la intención de aumentar esa cantidad en más del doble.
Hemos aumentado el financiamiento federal para la educación primaria y secundaria de aproximadamente 25 mil millones de dólares en 2001 a más de 33 mil millones de dólares en 2003 - un aumento de más o menos 36 por ciento y el nivel más alto en la historia. Hemos comprometido 1.8 mil millones de dólares en subvenciones para ayudar a capacitar a decenas de miles de maestros para que usen métodos y materiales efectivos para enseñar a leer.
Esperamos que las escuelas pongan de su parte, y estamos ayudándoles a hacerlo - por lo tanto no hay excusa para el fracaso.
Cuando fijamos un estándar elevado, estamos mostrando nuestra fe en las capacidades de cada niño. Y cuando los preparamos para cumplir con un estándar elevado, les estamos dando una mejor oportunidad en la vida. Las expectativas elevadas ponen a los niños en el camino hacia el éxito. Me complace informar que la Ley Ningún Niño se Quede Atrás está ayudando a poner a más niños en Estados Unidos sobre ese camino, de modo que puedan lograr éxito en la escuela y en la vida.
Gracias por escuchar.
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