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Discurso: 4 de diciembre de 2004

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<<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, las fuerzas armadas, los funcionarios de inteligencia y los agentes de la ley de los Estados Unidos han defendido nuestro país con destreza y honor, y han llevado la lucha a los terroristas en el extranjero. Aquí dentro del país, hemos creado el Departamento de Seguridad Nacional, reforzado nuestras defensas y mejorado la compilación y el análisis de datos vitales de inteligencia. Sin embargo, debemos hacer más.

Para proteger a los Estados Unidos, nuestro país necesita el mejor servicio de inteligencia posible. Las recomendaciones de la Comisión del Once de Septiembre trazan el camino claro y razonable hacia las reformas necesarias a la capacidad de inteligencia de nuestro gobierno. Respaldo firmemente la mayoría de dichas recomendaciones, y mi gobierno ya está implementando la gran mayoría de aquellas que pueden decretarse sin necesidad de someterlas a voto del Congreso. En agosto creé el Centro Nacional de Contraterrorismo, donde se recoge en un solo lugar toda la inteligencia disponible sobre las amenazas terroristas. Apenas el mes pasado, impart directrices que ordenaban al FBI y la CIA que contratasen personal nuevo y prosiguieran con la transformación de estas instituciones para afrontar las amenazas de nuestros tiempos.

Pero otros cambios importantes requieren leyes nuevas. Durante los últimos meses, he colaborado con el Congreso para producir un proyecto de ley de reformas al servicio de inteligencia que haga que Estados Unidos esté más seguro. El Congreso avanzó hacia una ley nueva y fuerte. Se han incluido disposiciones para mejorar nuestra capacidad de arrestar a aquellos que ayudan a los terroristas y los capacitan, mantener detenidos a los terroristas en espera de juicio y para enjuiciar a aquellos que traten de adquirir armas de destrucción masiva.

Las disposiciones más importantes de la nueva medida crearían una nueva estructura administrativa, sólida y concentrada en la tarea, para nuestros servicios de inteligencia y derrumbarían las barreras aún existentes que impiden el intercambio oportuno de información vital sobre las amenazas entre las agencias federales y el personal pertinente de los estados, las municipalidades y el sector privado. Nuestros esfuerzos de inteligencia requieren de un nuevo director de inteligencia nacional que supervise todas las actividades de la comunidad de inteligencia, en el extranjero y dentro del país. La propuesta de ley que respaldo retiene la existente jerarquía de mando y deja los 15 organismos, organizaciones y dependencias de inteligencia de los Estados Unidos dentro de sus departamentos actuales. Sin embargo, el director de inteligencia nacional supervisará todos los esfuerzos de inteligencia de los Estados Unidos para garantizar que nuestro gobierno pueda localizar y detener a los terroristas antes que nos ataquen.

Para ser eficaz, este cargo debe tener plena facultad presupuestaria de nuestros organismos de inteligencia. Los muchos elementos de nuestra comunidad de inteligencia deben operar sin obstáculos, con una misión primordial: proteger a los Estados Unidos de los atentados por parte de los terroristas o los regímenes al margen de la ley.

Continuaré trabajando con el Congreso para llegar a un acuerdo sobre esta propuesta de ley sobre los servicios de inteligencia. Insto a los miembros del Congreso a que tomen medidas al respecto la próxima semana, para que pueda promulgar estas necesarias reformas.

Hemos alcanzado muchos logros contra los terroristas que se proponen perjudicar a nuestra nación. Estamos más seguros, pero aún no estamos seguros. El enemigo aún conspira, y Estados Unidos debe responder con la mayor urgencia. Debemos hacer todo lo que sea necesario para afrontar y vencer la amenaza terrorista - y eso incluye las reformas de los servicios de inteligencia. Al permanecer concentrados y resueltos en estos esfuerzos, reforzaremos la seguridad de nuestros ciudadanos y defenderemos la nación del peligro.

Gracias por escuchar.


Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.