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Discurso: 4 de enero de 2003

De Wikisource, la biblioteca libre.


<Discursos del Presidente George W. Bush


Buenos días.

Hace un año este mes, nuestro país fijó un nuevo y audaz rumbo en la educación pública. Con la Ley Ningún Niño se Queda Atrás, Estados Unidos comenzó una era prometedora en nuestras escuelas públicas - una era de control local, normas elevadas y responsabilidad, que producirán mejores resultados para los estudiantes estadounidenses.

Bajo la nueva ley, decisiones claves sobre gastos para educación serán tomadas a nivel local - por padres, maestros y directores de escuela que conocen mejor a los niños.

El Gobierno no puede, ni debe, tratar de manejar las escuelas del país desde Washington, DC. Sin embargo, el gobierno federal tiene un papel importante. Estamos proporcionando mucho más dinero que nunca para ayudar a los estados y a los distritos escolares - más de 22 mil millones de dólares apenas en este año escolar. En los últimos dos años, hemos aumentado los gastos federales para educación en un 40 por ciento. A cambio, estamos insistiendo que las escuelas usen ese dinero sabiamente. Los estados deben fijar metas nuevas y más elevadas para cada estudiante - para asegurar que los estudiantes estén aprendiendo lo básico de la lectura y de las matemáticas.

La ley también exige que las escuelas regularmente administren pruebas a los estudiantes. que compartan los resultados con los padres. y que muestren cómo los resultados en cada escuela se comparan con los de otras. Mi presupuesto destina más que suficiente dinero para que los estados administren pruebas cada año a cada estudiante del tercer al octavo grado. Las pruebas son la única manera de saber si los estudiantes están aprendiendo, y cuales estudiantes necesitan ayuda extra - a fin de poder darles esa ayuda antes de que se queden más atrás.

Para padres con niños en escuelas que consistentemente fallan, la ley ofrece opciones de esperanza: esos padres pueden optar por enviar sus niños a mejores escuelas públicas, o recibir fondos para ayudar a pagar clases individuales después de horas de escuela u otra ayuda académica. Ningún padre tendrá que resignarse año tras año a escuelas que no enseñan y que no cambiarán. En lugar de recibir excusas, los padres ahora recibirán opciones.

En todo Estados Unidos, los estados y los distritos escolares se están esforzando por implementar estas reformas. Están elaborando planes para responsabilizarse por resultados, e iniciando nuevos programas innovadores de clases individuales. El camino a la reforma verdadera y a mejores resultados no es fácil, pero es esencial.

Las prioridades de las reformas del año pasado también serán reflejadas en el presupuesto que yo someteré al Congreso este año. Demasiados estudiantes en familias de bajos ingresos pronto se quedan atrás, causando una brecha terrible entre los resultados de las pruebas de estos estudiantes y las de aquellos más afortunados. Para ayudar a cerrar esta brecha de logros, pediré al Congreso que apruebe mil millones de dólares adicionales - un total de 12.3 mil millones de dólares - para el programa Título Uno en el presupuesto del 2004. Este sería el nivel de financiamiento más elevado en la historia para el Título Uno, el cual sirve a nuestros estudiantes más necesitados. Nuestras reformas no serán completas hasta que todo niño en Estados Unidos tenga igual oportunidad de lograr éxito en la escuela y salir adelante en el mundo.

Para cada niño, la educación comienza con fuertes habilidades de lectura. Con el programa de Lectura Primero, hemos fijado una meta nacional - asegurar que todo niño en Estados Unidos en el tercer grado pueda leer. Para acercarnos hacia esa meta, pediré más de 1.1 mil millones de dólares para programas federales de lectura en el presupuesto del año entrante - un aumento de 75 millones de dólares sobre el pedido en el presupuesto del año pasado. Esta inversión sólo se usará para apoyar a programas con resultados demostrado en enseñar a leer a los niños.

La Ley Ningún Niño se Queda Atrás fue una victoria para la cooperación bipartita. Con esta ley afirmamos nuestra fe básica en la sabiduría de los padres y de las comunidades - y nuestra creencia fundamental en la promesa de cada niño. El trabajo de reforma ha comenzado bien. Y estamos decididos a continuar este esfuerzo hasta que cada escuela en Estados Unidos sea un lugar de enseñanza y de logros.

Gracias por escuchar.




Este documento pertenece al Gobierno de los Estados Unidos de América y se encuentra en dominio público.