Discurso Luis Donaldo Colosio Murrieta en su protesta como candidato del PRI a la Presidencia

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1993 Toma de protesta del candidato del PRI a la presidencia Luis Donaldo Colosio

Luis Donaldo Colosio

Lic. Fernando Ortiz Arana, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y presidente de esta Octava Convención Nacional; Señores dirigentes de los sectores y organizaciones de nuestro partido; Señoras y señores delegados a esta Convención; Distinguidos representantes de los partidos políticos de América Latina que nos honran con su presencia;Señoras y señores delegados a esta Convención;Señoras y señores de los medios de comunicación;Señoras y señores invitados; Entrañables amigos:

Por decisión de ustedes, hoy, por primera vez, tomo la palabra como Candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República.

Muchas imágenes me acompañan en este momento, pero la de mayor significado, la más profunda y la que más me exige es la mirada de esperanza de nuestros niños, de nuestros jóvenes. Ellos saben que está en nuestras manos su destino y confían en nuestro compromiso.

Por eso no podemos ver al pasado con indiferencia ni despreciar sus lecciones. Tampoco podemos pensar que todo está hecho. Las nuevas generaciones nos reclaman certidumbre en su futuro y estamos obligados a satisfacer su legítimo anhelo.

Preservar la soberanía de la Nación y garantizar las libertades, son condiciones indispensables para lograrlo.

En la Nación coinciden nuestros afanes, ahí la diversidad se vuelve unidad y la pluralidad se convierte en fuerza. Resolver nuestra vida política a través de las reglas de la democracia, otorga seguridad a la Nación.

El trabajo de todos, para alcanzar mejores niveles de vida, es sustento permanente de nuestra unidad. Democracia y justicia son caminos para engrandecer a la Nación. No avanzar por ellos, pretender ignorar sus reclamos, sería vulnerar y debilitar nuestra soberanía.

Recordemos: la Nación es el valor más elevado para la sociedad y la libertad el bien más preciado del hombre.

La plena expresión de las libertades se alcanza cuando el hombre decide entre opciones, cuando elige entre propuestas políticas, cuando participa en el esfuerzo productivo y escoge su propio camino hacia el bienestar.

La más grande de las injusticias es la carencia de oportunidades. Sin opciones, la voluntad se somete, se sujeta a promesas irresponsables. Por eso propongo que juntos trabajemos para fortalecer a la nación y ampliar las libertades, afirmarnos como la sociedad abierta.

El gobierno con el que México cerrará el siglo habrá de iniciar su gestión con una economía más fuerte, con un estado más vigoroso, una sociedad más participativa, segura de sí misma.

Se han realizado las acciones de cambio, tanto en estructuras económicas, como de prácticas sociales. Y éstas han sido las más importantes de nuestra historia moderna. Entonces, tenemos las herramientas para enfrentar el futuro.

En estos grandes logros está presente, ante todo, el ánimo renovado de la sociedad mexicana, el ánimo renovado de nuestras familias. Así recuperamos la estabilidad de nuestra economía y también el crecimiento.

Con base en la concertación se avanzó en la democracia, con apego a la ley se protegieron nuestras libertades, se innovó la vida del campo y de la educación. Se hizo renacer la esperanza y la confianza en nosotros mismos, en especial de quienes más lo necesitan.

Mi reconocimiento al Presidente de la modernización de México, el de la nueva mentalidad, el que construyó la nueva presencia de México en el mundo. Mucho me enorgullece haber servido al lado del Presidente Carlos Salinas de Gortari.

Ahora... ahora los mexicanos queremos ir más lejos, queremos alcanzar más progreso; nuevas aspiraciones y nuevas necesidades están presentes en el México de hoy. Para enfrentarlas, amigas y amigos, propongo los siguientes compromisos estratégicos:

Por el pleno ejercicio de nuestra soberanía, los mexicanos conquistamos un lugar de respeto en el mundo. Me propongo mantener fidelidad a nuestros principios, defensa de la igualdad jurídica de todas las naciones, de la autodeterminación, de la soberanía popular, de la no intervención. Son valores irrenunciables, no están sujetos a negociación. Ofreceremos respeto a todos los pueblos y así lo exigiremos en reciprocidad.

Desplegaremos, con nuestros principios, una nueva iniciativa internacional para que nuestra posición estratégica tenga dimensiones multiregionales en satisfacción de los intereses de la nación.

Hoy el intercambio comercial abierto contribuye a que nuestras decisiones económicas se definan en una perspectiva de más largo plazo. Los Tratados de Libre Comercio con los países de América del Norte y de Latinoamérica, así como los arreglos comerciales que se perfilan con otras regiones del mundo, lo que hacen es brindar certeza, brindar claridad a nuestras relaciones comerciales.

Hay condiciones favorables para elevar la competitividad. Estamos frente a nuevas oportunidades, queremos beneficios concretos para México en la globalización económica. Los ganaremos compitiendo.

Con fortaleza interna, vamos a garantizar nuestros intereses en el exterior. Por eso, consolidar nuestra economía, impulsar la participación social, arraigar nuestra cultura, no son propósitos aislados. Todos ellos tienen que ver con la capacidad para cumplir con los fines de la nación.

No son razones externas las que nos guían. Desde dentro, forjamos el destino del país. Mi compromiso es defender la soberanía del país y promover los intereses de México en el mundo como instrumento de mayor progreso.

Ante ustedes afirmo, también, mi compromiso con la democracia. Los ciudadanos quieren ejercer el derecho al voto y demandan respeto al sentido que le otorgan. Quieren elegir - y lo quieren hacer con libertad, con seguridad - sobre la opción que represente sus intereses.

Tenemos hoy mejores reglas para la competencia política. En esta campaña habremos de convocar el voto del convencimiento. Lo afirmo categóricamente: el PRI no necesita - ni yo quiero - un sólo voto al margen de la ley. Trabajaremos para que éstas elecciones sean ejemplo de práctica democrática.

No se nos olvide que lo que hagamos hoy, será determinante para las generaciones futuras, para que ellas - que son nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos - fortalezcan su confianza en México, en sus instituciones, en su vida política.

El PRI contribuirá decididamente a que cada paso del proceso electoral sea clarificado con la mayor amplitud posible.

Pero es necesario, además, abolir las prácticas de descalificación a ultranza, los juicios y las apreciaciones que no se concreten puntualmente en los datos y en los eventos de la elección.

A través de mi Partido propondré al Consejo General del Instituto Federal Electoral la realización de una auditoría externa al padrón electoral, con empresas propuestas y aceptadas por el conjunto de los partidos políticos.

Asimismo, propondré que el Registro Federal de Electores informe a la ciudadanía, informe a los partidos y a sus candidatos, que informe sobre los avances alcanzados en la distribución de la Credencial con Fotografía y que se establezca un Comité de Ciudadanos que evalúe este proceso.

Estoy a favor de un grupo plural de observadores nacionales, prestigiados e imparciales, integrado con propuestas de todos los partidos; el que entre sus responsabilidades, deberá conformar un sistema para disponer de información electoral oportuna y confiable.

Por decisión propia, mi Partido presentará en forma periódica, ante la ciudadanía, ante la opinión pública, un informe del financiamiento de mi campaña.

El PRI será un Partido en competencia. Por nuestra parte, ofrezco que la contienda se realice en un ambiente de pleno respeto y tranquilidad. Tengo confianza en que habrá reciprocidad.

Lo reitero: creo en la democracia, creo en las reglas de la competencia, rechazo cualquier conducta al margen de la ley.

La invitación pública que realicé, que formulé a los candidatos de los distintos partidos para que pudiéramos contrastar programas y puntos de vista, tuvo aceptación. Existen - pues - signos alentadores de una voluntad democrática compartida. Que no quede duda: el PRI hará su parte en el fortalecimiento de nuestra vida democrática.

Iré al encuentro del electorado, iré para ganar y convencer. Legalidad y democracia para el progreso de México.

Tengo también un firme compromiso con la estabilidad y la modernización económicas. Son éstas, la estabilidad y la modernización económicas, son las condiciones para generar más empleos y mejor remunerados.

Me comprometo con una economía de la certidumbre. La economía sana y el equilibrio financiero son ya un patrimonio de los mexicanos y son también motivo de esperanza para las nuevas generaciones.

No derrocharemos el esfuerzo que ha realizado la sociedad para erradicar la inflación, para mantener la disciplina en las finanzas públicas y para transformar la estructura económica de México. Promoveremos el incremento en el ahorro de los mexicanos para elevar nuestra capacidad para invertir, para crecer, para generar empleos.

Alentaremos una mayor eficiencia en cada empresa y de cada esfuerzo productivo. Trabajaremos para generalizar las oportunidades de inversión y de desarrollo a lo largo y a lo ancho del país. Así es como vamos a arraigar y a crear más empleos.

La pequeña y la mediana industria, la pequeña y la mediana empresa contará con el apoyo del gobierno en sus esfuerzos de modernización.

En la apertura económica no puede haber marcha atrás. Es un proceso vigente en el mundo que norma la participación de los diferentes países. Nos corresponde ahora aprovechar las oportunidades.

La concertación social que tanto ayudó a vencer la inflación, deberá consolidarse como un instrumento para promover la productividad y una más justa distribución de los beneficios.

Comparto los ideales de un sindicalismo fuerte, nacionalista y participativo. El gobierno habrá de actuar sin paternalismos, pero lejos de la indiferencia.

Será un verdadero promotor de la eficiencia económica y del empleo productivo.

Estabilidad con crecimiento económico, son las condiciones para cumplir nuestro gran propósito, que es: empleo y bienestar para los mexicanos. Eso demandan los trabajadores de México y a eso me comprometo.

Mi compromiso es también con el desarrollo de las regiones: cada región, cada comunidad, cada rincón de nuestra Patria, es una expresión única de oportunidades; es una expresión de cultura, de talento y de recursos naturales.

Somos una síntesis prodigiosa de lo diverso. Ahí esta nuestra pluralidad. Este, nuestro país, es un patrimonio natural, cultural y social para el desarrollo de todos los mexicanos. Y ésa es precisamente la fuerza de nuestras regiones.

Aprovechar el potencial de cada una de nuestras regiones, exige un esfuerzo sin precedente en materia de infraestructura y tecnología.

Más y mejores carreteras, obras hidráulicas, ampliar y mejorar la red de ferrocarriles, mejorar las instalaciones portuarias, elevar y diversificar la producción respetando siempre, siempre, el medio ambiente; promover y realizar inversiones en la infraestructura regional y en el desarrollo tecnológico, es mi compromiso.

La reforma campesina es para la libertad y la justicia, está inscrita en mi compromiso de la nueva fortaleza regional. Vamos a trabajar para elevar el ingreso y el bienestar rural al superar los obstáculos que frenan el desarrollo de los trabajadores del campo.

Alentaremos la formación de más empresas campesinas, la asociación entre productores y la nueva inversión; promoveremos más crédito, impulsaré las cajas de ahorro en el campo, la asistencia técnica y mejores servicios para la comercialización.

Trabajaré para superar las disparidades en las condiciones de vida entre las mexicanas y los mexicanos del campo y la ciudad.

Un auténtico desarrollo regional... un auténtico desarrollo regional requiere de una vigorosa defensa de la ecología. Es necesario rescatar el respeto por nuestros ríos, por nuestros mares, por nuestros lagos, por nuestros bosques y selvas. Tenemos que preservar la calidad del medio ambiente, revertir el proceso de deterioro de nuestros recursos naturales.

La calidad de nuestra vida exige normar el crecimiento de nuestras ciudades, resolver los dilemas de las conurbaciones y hacer un uso más racional de nuestro territorio.

Nuestros hijos, amigas y amigos, nuestros hijos tienen derecho a suelos productivos, al aire limpio, al agua pura.

Somos el cuarto país en el mundo en diversidad de especies de flora y fauna. Preservarla es para todos nosotros un compromiso moral pero también estratégico. Moral y estratégico con las futuras generaciones, con la soberanía del país.

Recordemos, amigas y amigos, que el mundo en que vivimos no nos fue heredado por nuestros padres, nos fue prestado por nuestros hijos.

Me propongo trabajar para hacer de México, en este fin de siglo, un país líder en el campo de la diversidad biológica, en el campo de su investigación y en el aprovechamiento responsable de suelo y agua.

Tenemos por otra parte un gran tesoro en nuestra cultura comunitaria. Mantengámosla viva, ahí está el origen de nuestra fuerza como país: de la comunidad en los barrios, en las colonias, en los ejidos, en la empresa, en la escuela, a la comunidad regional, a la comunidad nacional.

Alentaremos también esa energía social que existe en las organizaciones no gubernamentales. El respeto y aliento a la diversidad de nuestras regiones, reclama la renovación de nuestro federalismo.

Es necesario reconocer en cada Entidad, en cada Municipio, su capacidad política y ampliar sus recursos fiscales. Con un nuevo federalismo, el progreso de nuestras regiones será el progreso de México.

Aspiración fundamental de la sociedad mexicana en este fin de siglo, es elevar el nivel de vida de quienes enfrentan mayores limitaciones y rezagos. Por tanto, combatir la pobreza extrema es la mayor responsabilidad social del Estado y es una tarea que involucra a todos. La pobreza atenta contra la dignidad de la persona y vulnera las libertades.

Mi compromiso es generar oportunidades equiparables de empleo, de educación, de bienestar para todos los grupos sociales. Combatir la pobreza es imperativo fundamental de una mayor justicia social, pero es también condición del desarrollo nacional.

Una de las más grandes aportaciones del Gobierno del Presidente Salinas ha sido Solidaridad. Yo he tenido el privilegio de constatar su arraigo en las comunidades y el entusiasmo de cada una de ellas por participar, por organizarse. Y de esa manera, elevar productivamente el bienestar de su comunidad.

Yo estoy convencido de que Solidaridad debe permanecer. Pero también estoy convencido de que debe avanzar como institución a partir de cada Municipio y de la decidida participación de los grupos organizados.

Garantizar a todos oportunidades de progreso, sólo es posible con una profunda reforma social.

Con una profunda reforma social que dé acceso a las familias mexicanas a la educación, a la salud, a la vivienda y al empleo.

Hablar hoy de elevar el bienestar, significa invertir más en la gente para que cada uno de nosotros pueda hacerse cargo del desarrollo de sus propias capacidades. El gasto social deberá mantener la más alta prioridad. Así, el gobierno promoverá las condiciones para una mayor equidad.

El gobierno es responsable de dirigir, es responsable de coordinar la acción colectiva para combatir la pobreza, la exclusión, la desigualdad de oportunidades. Pero el gobierno no debe pretender sustituir las iniciativas y las libertades de los ciudadanos, de las comunidades, de los municipios y de las regiones.

Con el voto de los mexicanos me propongo realizar una amplia reforma de nuestras instituciones de salud, vivienda y de los sistemas de seguridad para los jubilados y los pensionados.

Elevaremos la calidad en los servicios, buscaremos más opciones en la atención a los beneficiarios. Mucho debemos a quienes han entregado al país una vida de trabajo. Ellos también, nuestros jubilados y pensionados, tendrán mayor certidumbre y mayor progreso.

Las comunidades indígenas contarán con todo nuestro apoyo, también con nuestro respeto. Los marginados del campo y la ciudad encontrarán en el gobierno respaldo para superar las condiciones de vida. No olvidemos que la pobreza no sólo afecta a quienes la sufren. También debilita a la sociedad y lastima a la Nación.

Progreso para los que menos tienen: ése será el mayor compromiso de mi gobierno.

En este fin de siglo es impostergable hacer nuevamente de la educación el gran medio para el ascenso social, para la justicia, para el progreso económico y para la fortaleza nacional.

Frente a las tendencias globalizadoras o a las localistas que buscan excluir, la educación ha de ser garantía para preservar nuestros valores y afirmar nuestro nacionalismo.

Nuestra cultura, rica, diversa y milenaria, da sustento a nuestra identidad. Ella inspira un nacionalismo activo, ajeno a exclusiones y sin temores.

Me propongo apoyar, sin reserva alguna, una educación nacional, nacionalista y federalizada, con pleno apego al Artículo Tercero Constitucional.

Yo estoy convencido de que una educación de calidad, es requisito indispensable para una nueva etapa de bienestar y de progreso para los mexicanos. Ese es mi compromiso.

Para cumplirlo, habré de convocar a las maestras y a los maestros de México.

A las maestras y a los maestros de México, a quienes debemos lo que somos, y en quienes descansa lo que seremos.

Haremos un esfuerzo sin precedente en materia de alfabetización y educación para los adultos. Una tarea prioritaria es la capacitación para el trabajo. La globalización, la revolución tecnológica y de la informática reclaman el concurso de nuestros creadores intelectuales y culturales, de nuestras Universidades y de nuestros Centros de Investigación.

Propongo dar un gran impulso a la creación artística, al desarrollo científico y al desarrollo tecnológico de México. Responderemos al desafío... al desafío de elevar la calidad de la educación que imparte el Estado.

Me comprometo a trabajar para que nuestras escuelas y universidades públicas estén a la altura de las mejores del mundo. Lograremos una educación de calidad para el progreso de México.

Me comprometo también a que las instituciones públicas reconozcan el poder del ciudadano; y que reconozcan también la fuerza de la sociedad. Es un compromiso por un nuevo equilibrio en la vida de la República.

Con el Presidente Salinas, el Estado se reformó. Se reformó para garantizar legalidad y cumplir más eficazmente con su función social. Mucho hemos avanzado, pero debemos de ir más lejos.

Nuestro compromiso con la dignidad y con las libertades del hombre, nos obliga a buscar mejores medios para que el ejercicio del poder represente, con toda fidelidad, el interés general y fortalezca la cohesión social.

Recordemos que el poder se ejerce en representación de cada uno de los integrantes de la sociedad y a ellos es a los que se debe. El poder público no debe atemorizar al ciudadano, por el contrario: debe de convertirse y de constituirse en el defensor de sus garantías y de su seguridad.

Creo en un gobierno responsable, que cumpla y haga cumplir la ley, que haga uso honesto de los recursos, que dé seguridad, que dé certidumbre, que sea un promotor incansable de la energía social y que oriente el esfuerzo de los mexicanos por más progreso y más bienestar.

Para apoyar... para mejorar la acción del gobierno, apoyaremos la creación de mejores condiciones de vida y de trabajo de los servidores públicos. Me pronuncio por una reforma del gobierno... una reforma del gobierno que subordine los procedimientos al fin más importante: al servicio del hombre, al servicio del mexicano.

Todas las grandes organizaciones de nuestro tiempo se están preparando para ser más productivas, para elevar la calidad, para mejorar sus decisiones y para aprovechar mejor los recursos. Es imprescindible que también en el gobierno se realice esta reforma y que se lleve a cabalidad, para que de él también surja este cambio.

Honestidad y fortalecimiento de nuestra ética pública, deberán acompañar a este proceso. Dice más el ejemplo que la palabra.

Desde ahora me propongo sumar prestigios y honorabilidad en torno a mi campaña, en torno a mi candidatura; como lo quiere la ciudadanía, como lo exigen los mexicanos.

Soy hombre de principios. Yo quiero que los priístas estén orgullosos de su candidato y quiero también que lo estén todos los que me concedan su voto y quienes me otorguen su confianza.

Pocos... pocos asuntos... pocos asuntos afectan a la población de manera tan directa como la inseguridad pública y la inseguridad jurídica, fuente de agravios individuales y de tragedias familiares. Sé bien de la profunda irritación ante el maltrato, ante la prepotencia, ante los estorbos burocráticos y sobre todo, ante la inadmisible frustración, ante la impunidad.

Por eso, propósito fundamental de la reforma de gobierno es mejorar sustancialmente la procuración de justicia y la defensa de los derechos humanos.

Tenemos ahí una tarea de gran dimensión. En esta campaña vamos a pedir el mandato de acometerla sin titubeos, sin detenernos hasta el final. Me comprometo a llevar a cabo una amplia consulta para proponer un nuevo equilibrio en la vida de la República.

Con ello queremos garantizar un sistema de impartición de justicia, a la altura de la exigencia ciudadana y también a la altura de las nuevas responsabilidades de México en el mundo.

Desde esta campaña, buscaré los consensos que le respondan a la sociedad.

Me pronuncio también por el fortalecimiento decidido del Poder Legislativo. Para lograrlo, habremos de promover reformas que, en los hechos, le otorguen mayor capacidad para analizar y proponer iniciativas. Pero sobre todo, para ejercer plenamente sus facultades de vigilancia en las acciones del Poder Ejecutivo.

En suma: mi compromiso es con un nuevo equilibrio de la vida de la República, a partir de una reforma del gobierno, a partir de una mejor impartición de justicia y del fortalecimiento del Poder Legislativo, todo para el progreso de la sociedad mexicana.

Amigas y amigos; Compatriotas:

Con estas propuestas iremos a la campaña. Vamos a incorporar la visión de los mexicanos, vamos a escuchar a todos los ciudadanos para enriquecer nuestras ideas, para precisar nuestras acciones.

Me propongo intercambiar puntos de vista, profundizar el diálogo, sumar el sentir popular a nuestra oferta política.

Alentado por estos compromisos, convocaré el apoyo de todos los mexicanos.

Tenemos que convocar a lo mejor de nosotros mismos: convocar nuestro más alto compromiso, fidelidad a los principios, perseverancia en los propósitos y lealtad a los fines.

Convoco a los productores rurales de nuestra Patria. Juntos vamos a consolidar la reforma en el campo: más justicia y más amplias libertades para todos los campesinos de México.

Convoco a los obreros, los convoco a seguir siendo fuerza fundamental del progreso de nuestro país. Mi compromiso es, con ellos, de trabajar por más empleos, por elevar salarios.

Los profesionistas, los universitarios y técnicos siempre han tenido un lugar destacado en la transformación de México. Esta campaña la haremos con ellos: incorporaremos su energía y también su creatividad.

A las maestras y a los maestros de México les pido que, con su gran vocación de servicio, aporten su convicción y su esperanza.

A los empresarios todos: a los de la industria, del comercio, de los servicios y los del campo, los invito a sumarse - con su iniciativa, con su dedicación - a esta gran campaña.

A los empleados públicos, que dan rostro humano a nuestro gobierno, les ofrezco mejores oportunidades para seguir sirviendo mejor a la ciudadanía.

Convoco a las mujeres de México; las convoco a participar. Necesitamos de su talento, de su sensibilidad y de su capacidad de organización, para que nuestra campaña sea la del compromiso de progreso para todos.

A los jóvenes... a los jóvenes les pido su entusiasmo, les pido su audacia, les pido su coraje, su determinación. Creo firmemente que un gran motivo de aliento para un Candidato, es la razón convencida de cada joven mexicano.

Somos un pueblo con una gran historia y con un gran destino. Somos una nación surgida de afanes libertarios, de una gran pasión por la independencia y por la soberanía, de coraje de construir nuestros propios caminos.

En este fin de siglo, la inspiración de los mejores hombres de nuestra historia estará viva, porque todos tendremos presentes sus ideales:

A Hidalgo, con su pasión por la Independencia. A Morelos, y los Sentimientos de la Nación.

A Juárez, con su fe en la soberanía y la ley.

A Madero, y su ideal democrático.

Y a Zapata, con su convocatoria a la justicia social.

Vamos, amigas y amigos, vamos a esta campaña con las propuestas de la Revolución Mexicana para nuestro tiempo.

Con nuestra fuerza, con nuestra organización, con orgullo, con dignidad, vamos a ir más lejos.

¡ Vamos por más progreso !

¡ Vamos por el triunfo !

¡ Que viva el Partido Revolucionario Institucional !

¡ Que viva Carlos Salinas de Gortari !

¡ Que viva México !