Discurso de Cristina Fernández en el acto de asunción de la Presidencia pro tempore del MERCOSUR (2011)

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Discurso de la Presidenta de la Nación Argentina, Dra. Cristina Fernández de Kirchner en el acto de asunción de la Presidencia pro tempore del MERCOSUR. 21 de diciembre de 2011.


Muy buenas noches a todos y a todas, querido “Pepe”, primero, dónde te vas a sentar “Pepe”, acá al lado mío, cómo usted diga Presidente, querido “Pepe” gracias una vez más por recibirnos en esta Montevideo maravillosa; querida Dilma, querido Hugo; querido Fernando, querido Rafael, todavía me acuerdo de aquellas conversaciones de cuando estabas en el hospital atendiéndote de tu problema en la pierna y charlábamos: la verdad que hace exactamente cuatro años y unos días, creo que hace exactamente cuatro años me sentaba en este mismo lugar para asumir por primera vez como Presidenta recién electa, en la Argentina, la presidencia del MERCOSUR, por primera vez. Yo nunca me imaginé ese día que cambiaría tanto mi vida y el mundo, en estos cuatro años, inclusive nuestra propia relación bilateral “Pepe”, había otro presidente, había un conflicto también entre ambos países, entre Argentina y Uruguay, que finalmente pudimos superar de la única manera que pueden superar los amigos y los que no lo son también cualquier situación de conflicto, que es el diálogo y la concesión mutua para arribar a una solución. Nadie daba un peso por nosotros.

Yo me acuerdo que entre otras cosas lo mencioné en mi discurso inaugural, ante la Asamblea Legislativa, el 10 de diciembre, como una de las prioridades a resolver para reconstruir este lazo fraternal e histórico entre Argentina y Uruguay y lo logramos porque hoy hablamos mucho de economía, hoy hablamos mucho de comercio pero yo creo que en definitiva siempre todo reside finalmente en la política y en la voluntad para poder hacer las cosas.

Y digo esto porque me tocó vivir en lo personal y en lo político, institucional e internamente en mi país también una crisis muy importante, casi destituyente y luego, más tarde la crisis más importante que se desató, en el año 2008, a partir de la caída del Lehman Brothers, a partir de la caída de Wall Street y que la verdad la enfrentamos en los países emergentes con mucho éxito. No había llegado acá casualmente, en ese 2007 había sido precedido por una decisión política de dos hombres, como fueron el Presidente Ignacio Lula Da Silva y Néstor Kirchner de reflotar el MERCOSUR, al que todos daban por hundido porque tanto quienes presidían, hasta ese momento en nuestros países; Lula asumió el 1 de enero del año 2003, y me acuerdo que lo recibió a Kirchner como candidato a Presidente, el único candidato a Presidente de la Argentina que no sabíamos qué posibilidades tenía. De hecho llegó al Gobierno con el 22 por ciento, así que vemos que Lula es un valiente, pero fundamentalmente además de un valiente alguien con visión y decisión política de qué era lo que necesitaba Brasil y qué era lo que quería el MERCOSUR, cuando lo recibió a Néstor. Y viajó Néstor a entrevistarse con él y juntos comenzaron la dura tarea de reflotar un instrumento al que todos consideraban hundido, en pleno auge del neoliberalismo, que todavía se paseaba por el mundo como una bandera inderrotable e infranqueable.

Nosotros, cuando vemos lo que está pasando en el mundo, lo que pasó en el año 2008 en realidad es bastante parecido a lo que padeció Argentina en el año 2001, muy parecido. Y por eso tuvimos la inmensa voluntad de poner a la política nuevamente en el centro de las cosas, pero no identificando a la política como ideología vacía. Porque en realidad la ideología deja de ser ideología cuando las ideas que vos proponés se convierten en realidad y las hacés política. Eso es hacer política, que lo que todo en la vida pensamos y predicamos como ideología lo podamos llevar a la práctica, lo demás es dogma o ejercicio onanístico de las ideas. Nosotros pudimos llevar a cabo lo que toda la vida pregonamos: retornamos a casa, que es la región; propusimos la construcción de la UNASUR, trabajamos fuertemente y la verdad que actúo como un mecanismo para resolver conflictos como no se vio otro mecanismo en el mundo global de la diplomacia para resolver conflictos.

Ahí estaba hoy el Embajador de Palestina contándonos que todavía están esperando la solución de los cuatro con su hoja de ruta para resolver uno de los conflictos que conmueven al mundo y que sigue conmoviendo al mundo, como es el conflicto del Medio Oriente. Y aquí nosotros, los americanos del Sur, no tan leídos, no tan pretenciosos resolvimos conflictos duros como fue el de Bolivia, como fue el del propio Rafael, y como luego más tarde encabezó también Néstor la mediación entre Colombia y Venezuela – que como decía el propio Hugo – que estuvo a punto de fractura. Y cómo abordamos la crisis cuando parecía que el mundo se nos venía abajo porque en el 2009 parecía que el mundo se venía abajo. De hecho cayeron nuestras tasas de crecimiento, y yo recuerdo a Lula diciendo algo así como que teníamos que convencer a nuestras sociedades, que teníamos que seguir consumiendo, que teníamos que poder seguir sosteniendo el mercado interno e integrarnos cada vez más para poder superar eso. Esto no quiere decir que seamos indemnes a la crisis, pero tenemos la obligación de proponerles a nuestras sociedades que tenemos las alternativas y los instrumentos para morigerarlas y para que este formidable esfuerzo de crecimiento económico e inclusión social. Porque esto no fue un crecimiento cualquiera el que experimentó la América del Sur, durante los años 90 la Argentina también creció al 7 por ciento, por ejemplo, sin embargo tenía un 25 por ciento de desocupados y tenía la mitad del comercio exterior que tenemos hoy y teníamos a miles, a millones de personas sin cobertura previsional; a millones de desocupados. Le pasaba lo mismo al Brasil de Lula, que merced a una política absolutamente diferente –como Dilma lo señaló en el G-20 – cuando duramente encaró a las políticas del Fondo Monetario Internacional y sus consecuencias y tomó como ejemplo a Brasil precisamente y a la Argentina - y que te cuento Dilma un secreto - en la reunión con Barack Obama luego este me manifestó que había quedado muy impresionado con esa … porque claro los americanos creían que los del Fondo éramos nosotros, que era una visión argentina por lo que le había pasado a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional. Pero cuando la Presidenta del Brasil – sexta economía del mundo, séptima economía del mundo- tiene la misma visión y dice que durante 20 años el Fondo Monetario Internacional hundió la política de Brasil con devaluaciones, con achicamientos, con ajustes, entonces el hombre cuando digo yo algo del Fondo Monetario ya me mira distinto porque no es la loca de la Argentina, que defaultearon la deuda, cosa que no hicimos nosotros porque también debemos aclarar que recibimos un gobierno con la deuda defaulteada por otros y somos los que la reestructuramos y pagamos y estamos pagando regularmente, sin acceso al mercado de capitales la reestructuración del 93 por ciento de la deuda total, el resto es fondo buitre que ni siquiera tiene radicación en Estados Unidos, ni siquiera paga impuestos en Estados Unidos pero hace un formidable lobby. ¿Qué digo entonces? Ahí nos lanzamos, la ministra de Industria lo debe recordar también, si anda por ahí, a una formidable yo no diría campaña, sino gestión para llevar adelante la economía y fundamentalmente crear expectativas en la sociedad. Porque las expectativas en economía son fundamentales.

Si todos los días le estamos diciendo a la gente que las cosas van a ir mal, como uno puede ver muchas veces en los medios de comunicación- Rafael y te concedo esto – parece que estuvieran deseando que la crisis nos alcanzara, pareciera que estuvieran deseando que los precios de los comodities se cayeran, anuncian cosas y por ahí cuando nuevamente suben los precios de los comodities no saben qué decir, cuando bajan o suben las monedas, ingresan o salen los capitales, están deseando como que nos vaya mal. Y lo que nosotros tenemos que convencer y persuadir a nuestras sociedades es que nos va a ir bien porque vamos a trabajar por el bienestar de los pueblos y en contra de las corporaciones que solamente quieren su beneficio sectorial. Esto es clave porque tienen que vernos a nosotros, que nos han elegido para que los conduzcamos, para que llevemos al país, a los 40 millones de argentinos, a los más de 200 millones de brasileros, a los 3 millones y pico de uruguayos, a los paraguayos, a Hugo que seguramente lo van a elegir para que siga conduciendo al pueblo venezolano, en octubre también; a Rafael, nos han elegido para que le solucionemos los problemas, no para que se los contemos, para que se lo solucionemos y que instrumentemos las políticas apropiadas para poder dar respuesta.

Y eso fue lo que hicimos en el 2009 y nos permitió un crecimiento en el 2010, y luego en el 2011 un aumento de la productividad. Según las Naciones Unidas, el segundo país, después de China, que más medidas inyectó al mercado interno fue nuestro país, la República Argentina logrando un crecimiento que hoy está en el 9,3 de avance de la actividad. ¿Cómo lo hicimos? Fortaleciendo fuertemente el mercado interno. Y cómo creemos que tienen que ser, porque yo he leído, he escuchado a todos hablar de esta cosa del MERCOSUR como algo comercial. Y yo lo he dicho hoy en la reunión que hemos tenido los Presidentes, nosotros tenemos que tener una visión que vaya más allá de lo comercial, saber que el comercio va a ser fundamental, pero tomarlo como un instrumento de judo, apoyarnos en eso regionalmente para saber que todos tenemos que protegernos y ganar, y terminar con visiones que uno puede salvarse a costa del otro. Esto se hizo en la Argentina cuando se creyó durante el régimen de la convertibilidad, durante el régimen del Consenso de Washington donde el modelo era no de crecimiento y empleo, sino de metas de inflación y así nos fue. Primero fueron por uno, después fueron por los otros y finalmente terminaron cayendo todos, excepto los bancos. Todos excepto los bancos, que se salvaron. Y lo podemos ver, casualmente ayer se cumplen 10 años de que más de 50 argentinos, o treinta y pico de argentinos morían. Yo era Senadora, señores, yo lo recuerdo como si fuera hoy, estaba sentada en mi banca cuando entró un Senador a decir que estaban pegándole a las Madres de Plaza de Mayo, en la Plaza de Mayo, y ahí se fueron un montón de pibes jóvenes, algunos de los cuales hoy están aquí acompañándome, y el país se derrumbó.

Y me acuerdo porque no pudimos salir del Senado, hasta la una y media de la mañana, y por esas cosas de la vida era Senador el Presidente Raúl Alfonsín, el Presidente – quien junto a Sarney, fundó el MERCOSUR – pero que cuyas políticas finalmente habían sido abandonadas porque alguien había dicho que era mejor ser amigos de los ricos que ser amigos de los pobres. Esto había pasado en la década de los 90. Y me acuerdo de esa noche porque recién pudimos salir a las tres de la mañana, escoltados por la infantería de la policía, porque la gente quería matar a cuanto político, empresario, banquero, o dirigente se le cruzara por el frente porque se le habían quedado con la plata. Recuerdo todavía los tratamientos psicológicos que tuvieron que pagar a los empleados de los bancos, porque los insultaban; recuerdo cuando fueron tapiadas las puertas de los bancos con planchuelas de acero para que la gente no pudiera entrar; recuerdo todavía también la madrugada en que como Senadora voté en contra de la derogación de la Ley de Subversión Económica porque creía que se tenían que hacer responsables los que habían cometido semejante salvajada que había llegado casi al quiebre institucional; cinco Presidentes en una semana tuvimos, un endeudamiento feroz. Sostuvimos la convertibilidad, durante diez años, a costa de un endeudamiento feroz de la República Argentina, a costa de la venta del patrimonio nacional: energía, telecomunicaciones, combustible, nada quedó sin vender. O sea todo esto que está pasando, el endeudamiento en Europa, el endeudamiento de las familias, el endeudamiento de los Estados nosotros los vimos. Recuerdo hace poco tiempo, cuando estuve con Nicolás Sarkozy, en septiembre, y hablaban sobre la deuda de Grecia y le decía van a tener que hacer una quita. Y me dijo no podemos hacer una quita, en septiembre, de este año. Me lo dijo: “no podemos hacer una quita” porque Argentina no es igual a Grecia. Claro – le digo yo – que Argentina no es igual a Grecia, tiene mucho menos que Grecia, si Argentina no podía pagar 170 mil millones de dólares como va a poder pagar Grecia 350 mil millones.

Y lo que yo veo, pese a ese cartel que había en la reunión del G-20 que decía: “G-20 Cannes, nuevo mundo, nuevas ideas”, hay un nuevo mundo, lo que no hay son nuevas ideas, este es el gran problema que hoy tenemos. ¿Por qué? Porque si uno analiza la historia de la humanidad de que siempre fueron primero las transformaciones sociales y luego vinieron los hombres que formularon teóricamente esas transformaciones sociales y las encaminaron y le dieron cauce y soluciones de conflictos. Eso fue el neoliberalismo; Adam Smith y Ricardo no escriben sobre cosas que van a pasar, hablan sobre el maquinismo, sobre el industrialismo, el capitalismo y el liberalismo, que ya había sido creado, a partir de la Revolución Francesa, no teorizan, teorizan sobre lo hecho, sobre lo que está pasando. Marx mismo – ya que a ti te gusta hablar de la Unión Soviética, quién hizo el marxismo en la Unión Soviética, digamos – Marx mismo, Marx teoriza sobre las consecuencias del capitalismo y del liberalismo, del trabajo de las mujeres, de los chicos, de la explotación, de la plusvalía, o sea todos teorizan. El problema que hoy tenemos en el mundo – queridos amigos y amigas, presidentes y presidentas – es que no tenemos un nuevo marco teórico que explique este mundo y cuáles son los caminos a seguir.

Por eso yo digo que tenemos que hacer aquí algo diferente, algo que sea algo más que el MERCOSUR que por suerte - para los que auguraban la muerte se equivocan - porque evidentemente nadie quiere entrar a un cementerio. Si Venezuela quiera entrar, si Ecuador quiere entrar quiere decir que este MERCOSUR goza de buena salud, que nos faltan cosas, muchísimas. La primera saber que tenemos que superar el criterio de vernos solamente desde un punto de vista comercial; sin perder de vista que es importantísimo un instrumento: el comercio, mirado también extrazona y también intrazona – como hoy señalaba Rafael – en lo que hace a la distribución de la diferencia neta que tengamos y que obtengamos producto de esa arancel externo común, que hoy estamos subiendo.

Pero también tenemos que saber que en la integración económica está, porque ahora viene otra cuestión, nosotros ya no tenemos niveles de endeudamiento importante, pero tenemos también altos de niveles de extranjerización de nuestra economía, que en un mundo en crisis, cuando uno observa la cuenta corriente de capital – y yo no soy economista pero en estos últimos años tuve que aprender a la fuerza, Rafael – observa que lo que antes se iba por intereses de la deuda hoy se va por remesas de utilidades, sin reinversión. Y necesitamos, además, hacer regionalmente un proceso de sustitución de importaciones urgente, y tenemos para ello los instrumentos para hacerlo. Por eso es importante, y yo vengo bregando desde tiempos inmemoriales por el ingreso de Venezuela. Nosotros con el ingreso de Venezuela estaríamos cerrando la ecuación energética, tendríamos la energía suficiente para no depender, junto a la mejor tierra que hoy está produciendo casi el 50 por ciento de los granos del mundo, con reservas acuíferas importantísimas, pero necesitamos comenzar a identificar todas aquellas cosas que podamos hacer aquí, adentro, en la región. Y no significa cerrarnos al mundo, en absoluto no estamos proponiendo cerrarnos al mundo porque sería imposible hacerlo en un mundo globalizado. Simplemente que en esta etapa de la historia, así como hubo un ciclo histórico del derecho y el intercambio comercial que favoreció a las naciones desarrolladas manufactureras, el surgimiento precisamente del sudeste asiático y de Indias es lo que tuerce ese sino histórico que teníamos nosotros de ser solamente productores de comodities y baratos además, porque comienzan a tener que alimentar a todos ellos que producen barato – como señala Dilma – y nos hacen dumping por muchas cosas, pero que necesitan también que alimentar a millones de personas que antes no comían.

Entonces – digo - debemos darnos una política lo suficientemente inteligente, cooperativa, colaborativa entre todos nosotros en la región para poder aprovechar esta oportunidad histórica, lo que algunos ven como una crisis amenazante, yo lo veo como una oportunidad histórica de la región para poder desarrollar todo lo que no hemos podido hacer en estos años, donde nos habían condenado a ser el patio trasero del mundo. Por si todo esto fuera poco también tenemos recursos humanos altamente calificados, cada uno de estos países puede aportar, Argentina puede aportar su expertise en energía atómica y su ejemplo también en el mundo de ser uno de los países del club nuclear no proliferante, respetado por todo el mundo; podemos aprovechar nuestra inmensa capacidad de biotecnología, que nos ha permitido desarrollar en materia agrícola ganadera una competitividad única en todo el mundo por hectárea, que además desarrolla toda una industria que podría pensarse es de comodities únicamente, pero que detrás de ella está la industria de los fertilizantes, está la industria de la maquinaría agrícola mecánica. Tenemos muchas cosas para hacer, la minería que algunos les parece casi una mala palabra, pero que haciéndola sustentable y respetando las normas que se hacen en otros países es todavía una actividad sub-explotada en la región.

En mi país, por ejemplo, muchos critican la minería y sin embargo ponen a Chile como un modelo de ejemplo de desarrollo económico. Y yo le digo pero si el principal desarrollo que tiene Chile ha sido el cobre, porqué lo que está del otro lado de la cordillera no va a estar de este lado de la cordillera y tal vez en mayor medida porque la veta sigue hasta el mar, no hay límites geográficos para la geología, no hay límites políticos para la mineralogía.

Entonces yo quiero decirles a todos ustedes hoy, en esta presidencia pro témpore, que tenemos muchas tareas que hacer por delante. Yo me acuerdo que cuando entregué la presidencia en San Juan, si el Canciller no me deja equivocar, ahí tuvimos un gran logro: aprobamos el Código Aduanero del MERCOSUR, terminamos la presidencia nuestra, en San Juan con la aprobación del Código Minero. Ahora necesitamos abocarnos a armonizar nuestros sistemas aduaneros de los cuatro países, on line, informáticamente, de manera tal de tener un desarrollo y poder aplicar esto, y no tener que venir a discutir cosas acá, con lápiz, con doscientas posiciones. Ahí la veo por ahí a la ministra con los nomencladores, a Pimentel con lo nomencladores identificando qué cosa. Esto lo tenemos que armonizar on line, en la época de las telecomunicaciones andamos con unos mamotretos así fijándonos qué posiciones tenemos y cuáles no. Esto tendría que estar todo on line entre los cuatro países y entre los que más quieran integrarse. Pero tenemos que tener en claro que esto es el aspecto comercial, que lo debemos desarrollar, profundizar, armonizar y que sea equitativo. Porque solamente va a ser valorada por nuestra sociedad nuestra pertenencia al grupo y al bloque si todos ven en esa pertenencia al bloque que mejora su calidad de vida.

De hecho – y esto lo hemos charlado con “Pepe” muchísimas veces – cada vez que a la Argentina le ha ido mal a Uruguay le ha ido peor. Siempre me lo repite y claro como no decirlo si esto es la realidad. Y si a Brasil le va mal a la Argentina también le va a ir mal. Por eso nuestra obligación es que a toda la región le vaya bien, porque hemos podido crecer de esa manera. Si nosotros vemos como ha crecido el intercambio entre nosotros, pero todavía sigue siendo mayor muchas veces el intercambio extrazona. La propuesta debe ser entonces que ese intercambio extrazona no sea visto el comercio intrazona como una cuestión comercial si no de desarrollo, de aprovechar ese comercio intrazona para el desarrollo efectivo de valor agregado en cada uno de nuestros países y que no se reprimaricen nuestras exportaciones. Porque también, la gran ventaja de todo este proceso, han sido los millones y millones de puestos de trabajo que se han generado y que le han permitido a la gente ingresar al consumo. ¿Pero saben por qué? Porque, primero, han ingresado a la dignidad del trabajo, que es el gran organizador de toda sociedad. Cuando no hay trabajo, la sociedad se desorganiza y la familia se destruye.

Y yo creo que uno de los méritos más importantes ha sido generar millones de puestos de trabajo que han permitido la inclusión. Y para a los que todavía no pudimos llegar con el trabajo, generar programas sociales sumamente importantes que también ayudan a la economía porque incentivan a la demanda agregada, otra de las claves.

Siempre nos enseñaron las escuelas tradicionales que primero era la oferta y después venía la demanda. Mentira, mentira. Solamente cuando hay innovación tecnológica, solamente cuando Henry Ford inventó el auto, hasta ese momento nadie había andado en auto porque no lo conocían, querían más caballos en los carruajes, tuvo que venir Henry Ford, crear el auto y entonces creó la necesidad. Ahí sí funciona la oferta antes que la demanda y como es la novedad, después todos quieren eso.

Y si quieren ir más cerca porque les parece muy lejos Henry Ford, miren el Internet. Hasta que no surgió Bill Gates, no estuvo toda esta generación de innovadores tecnológicos con sus teléfonos inteligentes…La Argentina hoy tiene 50 millones de celulares, más celulares que argentinos.

Entonces allí también está primera la oferta. Pero en el resto de las actividades, rige primero la demanda agregada: alimentos, acero, construcción. Ahí rige primero la demanda agregada.

Por eso también, una de las claves es en este mundo nuevo la innovación tecnológica que podamos lograr en cada una de nuestras actividades para hacer funcionar de vuelta el tema de la oferta. O sea, que inviertan para generar demanda, porque saben que eso va a ser demandado.

Eso necesita, no solamente de buenos políticos y políticas, sino también de nuevos empresarios y de una nueva clase empresarial que comprenda el mundo en que se está viviendo.

Para finalizar, quiero agradecer especialmente el apoyo que han dado a Malvinas, que no es una causa argentina. Malvinas no es una causa argentina, es una causa global, porque en Malvinas se nos están llevando los recursos petroleros y pesqueros. Y cuando tengan necesidad de más recursos -piensen todos los que tengan recursos-, que los que tengan la fuerza, los va a ir a buscar adónde sea y cómo sea, adónde sea y cómo sea. Y si no que pregunten a algunos de los conflictos bélicos que se desarrollan distante allende fronteras a qué obedecen, a qué obedecen determinadas intervenciones, cuando se violan los derechos humanos en países petroleros y cuando se violan los derechos humanos en países que no son petroleros.

Los derechos humanos son iguales en todas partes y todos los gobiernos que los violan, deberían ser castigados. Sin embargo, son más castigados los que violan derechos humanos cuando los países tienen minerales, petróleo y riquezas que cuando no los tienen o cuando responden a cuestiones de geopolítica o ajedrez internacional.

Entonces, miremos este mundo con inteligencia, sin egoísmos. Porque no estamos pidiendo ni gente buena ni solidaria; yo solamente les pido cuando les hablo a los empresarios, gente inteligente que pueda, no saber solamente, si no entender.

Más importante que saber, es entender; hay gente que sabe de todo y no entiende nada. Uno lo puede ver muchas veces hasta cuando habla con gente muy leída y muy instruida. Podría hacer dulce –en la Argentina hay una expresión “podemos hacer dulce”- con gente de este tipo.

Por eso, quiero agradecerles lo de Malvinas, porque no es una causa nacional, es una causa global. Estamos defendiendo, no solamente soberanía, sino que también estamos defendiendo multilateralismo. Porque bueno es decirlo también acá: se nos pasan hablando de que debemos respetar y ser respetuosos de Naciones Unidas, salvo cuando los que violan las disposiciones de Naciones Unidas, se sientan en el Consejo de Seguridad. Si estás sentado en el Consejo de Seguridad con silla permanente, podés violar todos los derechos humanos y lo que se te ponga adelante sin ningún problema que nadie te va a reclamar nada. Y el Reino Unido es uno de los que se sienta en forma permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y no respeta ni una sola de las resoluciones.

No les estamos diciendo que vengan a reconocernos que las Malvinas son argentinas; les estamos diciendo que cumplan con lo que dijo Naciones Unidas: sentarse a dialogar, a dialogar, a dialogar. Y que no nos vengan con la excusa de la dictadura y de la guerra de hace treinta años, porque los que hablaban con los dictadores eran ellos, no éramos nosotros. Al contrario, muchos de nuestra generación no existen, más de 30 mil. Dilma no hablaba con los dictadores tampoco en su país y Pepe, bueno, ni hablar.

Entonces…a vos no te digo nada porque eras militar, así que, te perdono la vida porque no estabas en ninguna cosa rara, pero te perdono la vida.

Digamos las cosas como son, con nombre, apellido y letra por letra para que nadie se equivoque.

Yo quiero agradecerles a todos la inmensa solidaridad con Malvinas, pero sepan que cuando están firmando algo por Malvinas apoyando a la Argentina, lo están haciendo también en defensa propia. Como ese poema que se adjudica a Bertolt Bretch pero que me vine a enterar en un museo de los Estados Unidos, del Holocausto, en Washington, que en realidad no es de Bertolt Bretch sino de un autor judío, el pastor Martin Niemoeller, cuando habla de que “primero fueron por unos, después fueron por otros y, finalmente, cuando vinieron por ti, ya era demasiado tarde”. De esto se trata.

Acá hay países que tienen muchísima riqueza natural: ahí está el Amazonas. Me acuerdo en la FAO, cuando nos reclamaban por el precio de las commodities y no sé qué otra cosa más y Lula les dijo que el día que le pongan techo a las patentes medicinales o nos transfieran gratuitamente las patentes medicinales y todas las otras patentes, podíamos hablar de ponerle un precio a las commodities. Me acuerdo muy bien, como si fuera hoy. Fue una cumbre que se hizo allá en Roma, en FAO, sobre el tema del hambre.

Acá hay países muy ricos, acuíferos, vos, Hugo, con tu gas y tu petróleo. Parte de tus problemas es ese gas y ese petróleo, vos lo sabés mejor que yo.

El acuífero increíble del Amazonas, el acuífero guaraní, Ecuador también con sus riquezas.

Entonces, tengamos, no digo la viveza porque es un término que en Argentina siempre fue mal interpretado, la inteligencia de entender de que cuidándonos entre nosotros, nos estamos cuidando, primero, a nosotros mismos y preservándonos nosotros mismos, generando mercado interno, generando desarrollo regional sin dejar de mirar al mundo porque sería imposible hacerlo.

Y en cuanto a ti Rafael que decías que Estados Unidos había abandonado el proteccionismo porque ya tenían el saldo tecnológico, es mentira. Yo no puedo vender limones ni cítricos a Estados Unidos por cuestiones fitosanitarias. Pero resulta que soy la primera productora de limones del mundo y Coca-Cola compra mis limones. Le dije al presidente Obama: “Si Coca-Cola compra los limones de Argentina, cómo que tengo barreras fitosanitarias en Estados Unidos”. Tampoco la carne nos dejan entrar.

Siguen con el mismo proteccionismo porque están los intereses de los que ellos llaman “los farmers” por los cuales se vota en los Estados Unidos.

Y le decía yo cuando nos amenazaron que nos iban a sacar los 30 millones de franquicias que tenemos por ahí de no sé qué cosa de productos. Ellos tienen un superávit con Argentina también de casi 5 mil millones de dólares.

Cuando la Argentina estaba en crisis, cuando Kirchner llegó a la presidencia argentina en el año 2003, la Argentina tenía superávit con Estados Unidos: 1.126 millones de dólares de superávit. Porque también vendíamos energía y había argentinos, que se dicen inteligentes, que decían “yo me acuerdo cuando exportábamos energía”.

Pero en cualquier país que se precie, no hay que exportar la energía, hay que consumirla en la propia industria, en el propio desarrollo.

Y entonces les decía y les explicaba cómo había ido mejorando la balanza comercial de los Estados Unidos a medida que Argentina crecía y se reindustrializaba. Lo mismo que también mejoró con el Brasil, que también tiene balanza superavitaria con nosotros a medida que nos vamos desarrollando porque necesitamos de mayor grado de industrialización. Entonces yo digo que hay que ser inteligentes y ayudar al círculo virtuoso.

Pero bueno, no todos los entienden porque, en realidad, o están muy condicionados en sus propios países o realmente, las cabezas que los asesoran son las que produjeron la crisis. Y es muy difícil que alguien que produjo esta crisis monumental del capitalismo, del capitalismo tal cual lo conciben ellos, no del capitalismo que produce bienes y servicios y que estaba, según ellos, en la década del 80…

Fijate vos qué curioso: la llaman “la década perdida”. La relación entre los activos financieros y lo que el mundo producía, era prácticamente lo mismo; si el dinero es un bien fungible que se ha creado para comprar mercaderías o comprar servicios y yo tengo cuatro veces más dinero que los bienes y servicios que produzco en todo el mundo, y todavía arriba me hablan de que no gobiernan con metas de inflación, qué me digan qué es eso, sino una inmensa burbuja que les está explotando en las manos y que no saben cómo hacer para resolverla.

Por eso digo para terminar y no extenderme porque sé que algunos otros más quieren hacer uso de la palabra, quiero decirles que las tareas para estos seis meses será tratar de armonizar, además de esta Comisión que se ha conformado para lograr la integración definitiva como socios plenos de Venezuela y también la de Ecuador, si así lo decide, tenemos que dedicarnos también a armonizar esta Código Aduanero, normas on line, para no tener que seguir discutiendo cosas que ya debemos resolver.

Además, tenemos que saber, que si uno mira lo que hemos hecho, hemos visto que todos hemos crecido juntos. Si porque viene una crisis provocada de afuera creemos que creciendo yo solo a costa del otro me voy a salvar, les notifico que esa salvación les podrá durar un tiempito. Esto pasó en la Argentina y finalmente, todo explotó y voló por los aires.

Por eso, con lo que tenemos que seguir es cuidando esto que hemos hecho hasta ahora, con dificultades, con errores, con avances, con intereses que por ahí tenemos que discutir, que nos enojamos porque viene un lobby y presiona a tal presidente y viene el otro y le habla al otro…

Nosotros escuchemos fundamentalmente y miremos lo que hemos logrado y cuando nos vienen a reclamar, porque esto siempre nos pasa a los presidentes, te vienen a reclamar de todas partes, te vienen a reclamar desde los sindicatos, te vienen a reclamar desde las empresas, te vienen a reclamar desde la sociedad, miremos siempre lo que hemos logrado, lo que hemos hecho en estos años para poder enfrentar esto que viene de afuera y que, si somos inteligentes, como lo hicimos durante los últimos cuatro años, lo podremos y pudimos sortear.

Pero seamos inteligentes y miremos lo que hemos hecho. Qué hemos hecho, hemos hecho y mucho y creo que este debe ser el camino: profundizar la integración, es la integración económica y es la decisión política y el coraje para hacerlo.

Yo agrego esta última palabrita que es fundamental en todos los órdenes de la vida, pero en la política lo es mucho más y se los dice una Presidenta a la que muchos auguraban que no terminaba su mandato, como también se lo auguraron a él, como también se lo auguraron a él en una editorial que se publicó en un diario a los pocos días de asumir: “La Argentina ha resuelto dar su gobierno por un año”, dijeron del gobierno de Néstor Kirchner porque no había aceptado una serie de imposiciones. Y allí fuimos, con lo que creíamos, con lo que siempre pensamos, con la defensa irrestricta de los derechos humanos, que ni siquiera figuraban en ninguna agenda y en ninguna encuesta. Porque además, nunca hemos hecho política por las encuestas; las encuestan nos daban menos diez y nosotros seguíamos trabajando y redoblando la apuesta, porque creemos en la política, no en los comentaristas o en los analistas de la política y que no los desprecio, pero que se dedican a comentar o a analizar lo que hacen otros pueblos y dirigentes.

Yo sigo creyendo, fundamentalmente, en la fuerza del pueblo y en la fuerza de nuestras convicciones de nuestras ideas y de nuestras historias. Porque además, los presidentes que hoy somos presidentes y presidentas, no nacimos de un repollo, aunque algunos hayan creído que yo era presidenta porque estaba casada con un presidente. No nacimos de un repollo, somos militantes de toda la vida…que hemos enfrentado cosas mucho más duras, porque las hemos enfrentado con nuestro cuerpo, con todo lo que teníamos que poner.

Por eso, discúlpenme que yo me enfervorizó un poco cuando hablo, pero la verdad es que lo siento así y creo que tenemos una magnífica oportunidad de esa patria virtuosa que soñaron tantos hombres cuyos nombres fueron hoy aquí invocados, San Martín, Bolívar, Artigas, yo le agrego a Manuel Belgrano, a Mariano Moreno, a la Juana Azurduy, convertida en generala del Ejército Argentino por esta Presidente, a Manuela Sáenz, a tantas mujeres anónimas, a las que acompañaban a los ejércitos libertadores para darles la comida, los víveres y lo que había que darles además a los hombres cuando iban al frente, al combate sin falsos pudores o tonterías.

A esos hombres y a esas mujeres, es a los que tenemos que homenajear. Y a esos no se los homenajea invocándolos en los actos patrióticos ni en las fechas patrióticas ni en los discursos; a esos se los homenajea –no me olvido de Perón ni de Eva Perón porque si no me van a criticar en mi país y van a decir que no soy peronista- cuando se gobierna, en cada acto de gobierno, en cada decisión política que cada uno de nosotros tome, ahí tenemos que hacerlo.

Te veo a vos y mi acuerdo de Francisco Solano López. Fíjense, el primer país industrializado de la región. Cuando andábamos con taparrabos en Brasil y en Argentina, Francisco Solano López tenía ferrocarriles, altos hornos de fundición, era el país más industrializado y ahí fuimos a esa guerra que no quiero ni acordarme el nombre porque todavía me da vergüenza como argentina a abortar una experiencia fascinante como fue la de Solano López y Gaspar Rodríguez de Francia.

Esta fue la historia de la región y hoy tenemos la oportunidad de revertir todo eso. Lo estamos haciendo, con nuestros matices, con nuestras diferencias, pero lo estamos haciendo. No cejemos de hacer, homenajeémoslos, pero por sobre todas las cosas, hagámonos cargo de las esperanzas, de las ilusiones y de lo que han confiado en cada uno de nosotros cada uno de los ciudadanos y ciudadanas que ha puesto su voto para que cada uno de nosotros nos sentemos a gobernar en nombre de todos ellos.

Muchas gracias y doy por asumida la Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR.