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Discurso de Elisa Carrió a los jóvenes del ARI en Mendoza

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«Discurso de Elisa Carrió a los jóvenes del ARI en Mendoza»
de Elisa Carrió
Nota: Discurso emitido en las jornadas de jóvenes del partido ARI en Mendoza (12 de junio de 2004)

Elisa Carrió: Los felicito por las conclusiones y voy a tratar de explicar porque pareciera que, estamos fritos, porque un poco lo que transmitían los compañeros y voy a comparar esto con la Reforma del "18. Es decir, si a vos se te quebró la idea de futuro, porque se quebró la idea de progreso; y en consecuencia vos no podes mirar para adelante, es muy difícil, porque si la juventud es una proyección para adelante y la espistéme es el estado cultural.

Esa espistéme está frita, porque en realidad el gran problema de Occidente es que el estado cultural de Occidente está degradado, entonces vos no tenés un imaginario, vos no tenés una epistéme. ¿Qué es la epistéme?, es un lugar desde donde mirar.

Por ejemplo, pongámoslo en los estudiantes de antes del "18, de la Reforma del "18. Tenías instituciones absolutamente esclerosadas, con todos los trogloditas metidos en la Universidad; pero vos tenías una epistéme, un estado cultural donde la juventud tenía una idea de progreso. Vos vas a ser doctor, vos vas a crecer, vos vas a estar en esto. La ruptura era un caminar para romper la institución esclerosada desde una cultura que podía mirar hacia adelante, que en realidad la institución era un estorbo a ese camino, pero nada más que un estorbo. El camino estaba y la institución era un estorbo.

El problema ahora es que la epistéme es la que se rompió. Es la mirada, entonces yo no sé a donde mirar, por eso habría que repensar si el ocio no es vacío. El ocio es bueno, siempre que no sea vacío, por si es vacío es angustia. En realidad hoy, en occidente, el vacío es angustia y el ocio es entretenimiento, que es una cosa distinta, que es cómo cubrís el vacío.

Pero en realidad vos te vas al boliche, volvés a las 6 de la mañana y seguís con el mismo vacío anterior, nosotros cambiábamos el mundo a la madrugada, por supuesto, después nos dormíamos todo de todo lo que habíamos bailado. ¿Me van siguiendo? El problema, este problema, no es sólo de la juventud, es un problema de todos. Y es un problema de todos, donde la pregunta es: ¿si lo qué estaba se cayó? Porque en realidad Occidente se cae por sí mismo, Occidente se cae porque no puede sostener la idea de progreso y de razón moral frente al cinismo de las prácticas.

Si por un lado buscamos la igualdad, si por un lado buscamos la libertad, si por un lado buscamos la solidaridad; pero por el otro lado la satisfacción es el éxito, la satisfacción es el consumo o es la privación, pero también en el consumo. Hoy el que está afuera, está privado del consumo, no le importaría estar privado del trabajo. Porque el trabajo ya era alienante en la época industrial, yo ahí repensaría un poco más la cuestión. De lo que estás privado vos vivís, hay un hábitat de consumo, y en todo caso, el que está afuera es un privado del consumo; consume a través de Mirtha, de Susana Jiménez.

Me parece que el reconocimiento de esto, lo otro que tenemos que decir que el trabajo industrial no dignificaba, era alienante, porque si no estamos casi como remitificando el pasado. La mayoría del trabajo industrial era alienante y en consecuencia, la satisfacción era el consumo. El único trabajo no alienante es el artesanal, sea intelectual o sea manual, pero si yo estoy en la fábrica todo el día. Yo consigo trabajo, por ejemplo, me pagan mil pesos, estoy en un supermercado 16 horas diarias atendiendo las góndolas, si eso dignifica. Eso da los recursos suficientes para satisfacer el consumo, y el consumo no dignifica, sino que llena el vacío existencial.

Entonces estamos en problemas todos, lo primero que tenemos que decir es "estamos fritos". Digo, estamos fritos por crisis de epistéme en la cultura occidental y degradación en América Latina. Entonces vos tenés un problema que es distinto al de la Reforma del "18, porque tenés crisis de epistéme, de mirada cultural, y en consecuencia quiebre de la idea de futuro y por el otro lado tenés instituciones esclerosadas, pero absolutamente funcionales a esa falta de epistemé.

¿Cómo funcionan entonces las instituciones?, y las instituciones cuando no hay idea de futuro funcionan con ideas de poder, funcionan con ideas de fuerza; por eso es que muchos muchachos de los ´70, que veían el futuro, fueron gerentes políticos en los "80, ladrones en los "90, y nuevamente progresistas en el "2000. Es la historia de los mutantes.

Pero acá hay un problema, yo lo viví, fui de la Franja, nosotros peleábamos en el "75, ahora cuando viene de nuevo el ´83, yo soy profesora de la Universidad, en realidad el chico que estaba en la Franja en el "84, era financiado por el Coti Nosiglia; y ya no estaba pensando en cómo construíamos el futuro, sino que estaba pensando en cuántos cargos iba obtener en el negocio de participar en el Cuerpo Directivo de la Facultad, claro, nosotros éramos el papelito.

Entonces, el gerente, no era sólo el gerente político allá arriba, el gerente político era el gerente político allá abajo. Y después nació Lautaro García Batallán. Porque en realidad el sujeto juvenil, como dice la subjetividad que es obra del ambiente, se construyó en ese esclerosamiento institucional, porque cuál es el cargo que corresponde a la política, cuando la epistéme es consumista: la gerencia. Vos podes ser gerente de la Coca Cola o podes ser gerente de un partido, y en todo caso decís que haces política, pero no construís futuro y menos renuncias a algo en función de ese futuro.

Me parece que la primera cuestión que tendríamos que empezar a discutir es "estamos fritos", en términos de epistéme cultural y en términos de degradación institucional. No se depriman, pero el principio de reconocimiento de la realidad es un principio central. Si no reconocemos esto, la verdad es que seguimos simulando, hablamos de cosas maravillosas mientras las prácticas van para el otro lado. Entonces, ¿quiénes estamos fritos?, estamos fritos todos los sujetos, está frito el sujeto moderno, el sujeto juvenil, el sujeto mujer, el sujeto adulto, el sujeto anciano está frito, y además todos los parientes quieren que se muera el tipo, porque el PAMI no funciona bien. ¿Me van siguiendo?, entonces acá el primer problema.

Segundo problema, nos enseñaron toda la visión del "18, del "19 y de parte del "20, es, miren la gran cuestión es el poder. El problema, el poder es una energía, podríamos estar de acuerdo, ahora a dónde ubicaron el poder, allá arriba. En toda la concepción estado-céntrica del poder, el poder está allá arriba y vos dónde tenés que ir. ¿Qué entonces tenés que pelear si el poder está allá arriba?: el cargo. Y en consecuencia la política se tradujo en una pelea por los cargos, si primero estamos fritos, segundo, miren todo lo que hay que escalar para llegar allá arriba y parecerse a Duhalde.

También puede ser un problema del sentido, si se justifica la escalera. Digo, me parece que por ahí no pasa la cuestión, vos tenés gerencia y tenés escalera, ¿se dan cuenta? En esto se transforma la política cuando no hay epistéme. Pero yo creo que hay, primero esto segundo es mentira. El poder no estado-céntrico, el poder circula por todos lados y te disciplina desde que sos chiquito, vaya el problema de los padres, la madre, el maestro, el director, la institución, el lugar.

Los disciplinamientos, hay que ir al boliche a las 2 de la mañana, vos estás dormido, pero no importa, hay que estar a las 2 de la mañana como acto supremo de libertad, que es acto supremo del negocio del tipo. En nombre de la libertad vos tenés un montón de instituciones de disciplinamiento que pasan por la ropa que te ponés, por las zapatillas que usás, por la novia de mercado que tenés que elegir, por la estructura de la universidad donde vas; y cuando no terminás todos esos disciplinamientos te dicen: y bueno, ahora que transitaste con libertad la juventud, tenés que empezar la escalerita del poder. El poder está abajo, no está arriba. El poder circula por todos lados, y es disciplinamiento. El poder está en los intersticios, y en consecuencia, si el poder está en los intersticios y circula por todos lados, mi posibilidad de autonomía y de contra-poder está en todos lados. Y acá paso a la tercera cuestión.

Lo único que puede salvar a estas dos cosas, es la política. Ahora, ¿qué es la política? Si la política es la disputa por el acceso a los cargos, si la política en consecuencia es la formación de cuadros para el acceso a los cargos y si la política es sublimar y tapar el vacío que deja la lógica de consumo y de exitismo; en realidad nada de esto tiene sentido, dedicate al arte, hacete pintor, poeta, buscá, decidí que tu vida tenga sentido. Esto no tiene sentido. Si la política es esto, no tiene sentido.

En consecuencia, la política, podría reinventarse porque el sujeto humano es histórico; como dijeron acá el sujeto humano va cambiando con su ambiente. No es lo mismo un chico que nació en la Dictadura y que construyó su subjetividad en la dictadura, no es lo mismo un joven que estuvo en Malvinas, no es lo mismo un chico de 4 años que pasó por el cacerolazo, no es lo mismo. No es lo mismo la juventud que vivió en Alemania, no es lo mismo ser judío ahora, que ser judío en Europa en el siglo pasado.

El sujeto se va construyendo en su ambiente y la epistéme que tiene que ver con la búsqueda de la verdad, de la justicia y los valores también se construye y se reconstruye políticamente, esta es la verdad. Entonces, la política es capacidad de invención, no es ocupación de cargos y roles. La verdadera política es el arte de volver a comenzar, y el arte de volver a comenzar la política pasa por crear epistémé, es decir, por estar en condiciones de crear una nueva cultura que le de sentido a nuestras vidas, que le de sentido a una forma alternativa de poder y que le de sentido a la vida del otro.

Si estamos fritos por pérdida de sentido, la discusión no pasa por cuántos cargos vamos a obtener, yo sé que esto sigue, a mí me aburre enormemente. Pero ojalá que ustedes no entren en la misma lógica, porque sino están fritos, yo se los digo sinceramente. Esa contradicción, y en todo caso yo soy el ejemplo de que se puede estar fuera de los cargos. Cuál era la discusión el año pasado de algunos, mirá no te vayas porque vas a dejar de existir, y dije no, si yo soy gorda, todo, existo. Yo existo independientemente de la televisión, existo independientemente del ARI, existo independientemente de la política. Yo voy a seguir existiendo, pero fíjense que era de buena lecha, pero la noción que si vos no tenés un cargo, vos dejás de existir. Es la noción clara de la alineación. En realidad vos tenés que perderte en el objeto, como ahora porque estoy más flaca una mujer me dijo "yo, si hubiera estado Ud. así, yo la hubiera votado", mejor que no me vote.

Entonces la tarea de la política es la invención. Hay muchas cosas que no podemos hacer los seres humanos, pero hay cosas que podemos hacer. Si el problema es la pérdida del sentido por el vacío, si además estamos condenados a un ocio, podríamos reinventar la vida, el sentido de la vida; y en consecuencia, reinventar el sentido de la política. ¿Lo podemos hacer en la Argentina? Obviamente, lo puede hacer cualquier sujeto, en cualquier lugar del mundo; siempre y cuando tome conciencia, siempre y cuando quiera ver, siempre y cuando tenga voluntad de saber y no sólo obtener un curro. Para eso, hay que ser capaz de renunciar, para eso hay que ser capaz de entregar, para eso hay dejar el cursus honorum e incluso mirar como parece que otros tienen éxito, frente a "mi supuesto fracaso", en términos de esa lógica.

Ahora, hay que jugar "la furia", hay que poder inventar esto. No hay sentido de la vida, si entre el deseo y la acción no hay un espacio moral, que es el de la reflexión. Si yo sólo obro por deseo, deseo de poder, deseo de sexo, lo que Uds. quieran; y en consecuencia, entre el deseo y la acción no hay nada, me gana él más fuerte. Porque si entre el deseo y la acción no hay nada, es el reino de la fuerza. En el animal, entre el deseo y la acción, no hay nada. Cuando un perro quiere hacer el amor no se preocupa si la perra es de otro, entre el deseo y la acción no hay nada. En el único lugar donde entre el deseo y la acción puede haber algo, es en el hombre, puede no haberlo y el nazismo es la ruptura de todas las categorías morales entre el deseo y la acción.

La foto de los soldados norteamericanos torturando a los iraquíes es la ruptura del espacio entre el deseo y la acción, eso en masas es Auschwitz, esto en masas es "el Vesubio"; y ese deseo como no está intermediado por la reflexión y la moral, es la humillación del otro, la vejación del otro

Ahí, entre el deseo y la acción no hay nada. Si entre el deseo y la acción no hay nada, somos animales. Ahora, si entre el deseo y la acción, sólo hay resignación, pragmatismo y cinismo hay una simulación de civilización, parece como que somos correctos, pero en realidad somos robots, en vez de ser animales. Entre el deseo y la acción está el espacio de los valores, está el espacio de la moral, está el espacio de la invención de las ideas, está la posibilidad de reinventarte un futuro, está el espacio de reconocer al otro, está el espacio de respetar al otro, está el espacio de renunciar en función del otro, está el espacio para reflexionar sobre tus propias miserias.

Ese espacio de reinvención, que es de prácticas, como dice Eduardo Macaluse, pero lo que pasa es que la práctica al no ser sólo un discurso requiere de un trabajo de interioridad, yo puedo no trabajar sobre mí mismo y tener un excelente discurso, a Manzano, a los Fernández ni eso les sale. Ahora, yo tengo que trabajar en el interior, como dice Julia Kristeva, en Sentido y sin sentido de la revuelta, que parece un título en realidad revolucionario de los "70; y lo que dice Julia Kristeva es: la única posibilidad de recrear el espacio público, que construye la subjetividad nuestra, recrear el espacio público no es sólo una cuestión de solidaridad con los otros, recrear el espacio público es recrear la epistéme que te permite evolucionar como sujeto.

Ahora, esa revuelta del sentido, sentido y sin sentido de la revuelta tiene que ser hecha desde adentro hacia fuera y no sólo desde "el afuera". En esto consiste la tarea, por ejemplo, yo les decía a los chicos, yo no pelearía por lugares en la Universidad, se los digo sinceramente; qué haría yo si fuera joven, que no soy, pero estoy "chapita", pero que haría si fuera un sujeto que estuviera construyendo subjetividad, lo menos que haría es disputar el poder donde el poder no está. Porque en realidad entonces vos sos funcional al sistema.

El poder no está en ser Consejero Superior o en vender apuntes, muchachos. El poder está en cambiar el epistéme de militantes con otra construcción y otra idea, porque entonces voy a cambiar finalmente, aún en un espacio donde te digan tonto porque no saben hacer nada, voy a cambiar el estado cultural que permita cambiar el código de organización y de disputa del poder hacia adentro de la Universidad.

Me dedicaría a exigir que los profesores me den lo que no están en condiciones de dar, que puedan sacar de ellos y que si no saben se vayan, que en todo caso es el objetivo de la Reforma del "18. Porque la Reforma del "18, no es sólo la reforma por la autonomía, la pelea por el ingreso de la participación es por el ingreso de otras ideas, no es por el poder. La Reforma del "18 es que las otras ideas, que las ideas que estaban fuera, como las de Marx, como las de tantos, pudieran entrar; y en consecuencia, la autonomía estaba dirigida a la penetración de ese estado cultural y de esa epistéme en la universidad, no en cuantos puntos yo voy a tener al final y en esto se transformó la reforma hoy, y yo soy reformista. Pero soy reformista en el sentido de la Reforma del "18.

Yo pelearía donde está el poder, el poder está en la cultura. La posibilidad de transformar las concepciones, las miradas, la epistéme, el futuro, está ahí. Lo segundo que trabajaría muy fuertemente, desmitificaría el rol de cualquier trabajo como dignificador. Plantearía algunos temas, que los plantea Rubén Lo Vuolo muy claramente, y que yo creo que el debate tiene que ir ahí.

En primer lugar, lo que tendría que haber son ingresos garantizados para solucionar la satisfacción mínima de las cuestiones de la vida, y después empecemos a dignificar la vida; porque la vida no se dignifica si hay hambre, se dignifica a partir de la alimentación, que las cuestiones básicas estén satisfechas. Entonces empezaríamos a trabajar en esa construcción de futuro, es decir, que nos dignifica. Nos dignifica la coherencia, nos dignifican los principios, ¿por qué no trabajamos este desarrollo que parece que dignifica al hombre?.

Parece que si un tipo es coherente, parece que es mejor que ser traidor. Parece que si un tipo no miente, tiene una vida más feliz que el que miente. Empecemos a ver que es lo que dignifica y que es lo que nos degrada, para nosotros, el sujeto.

Lo segundo es empecemos a ver que trabajo dignifica, y en el sentido de que trabajo dignifica, cuál es reconocido socialmente y cuál no es reconocido socialmente. Porque hay mucho trabajo que dignifica no reconocido socialmente y hay mucho trabajo que no dignifica y que no es reconocido por la lógica capitalista. ¿Dignifica trabajar al lado de los hermanos para la reconstrucción de una cultura, llamado trabajo voluntario y solidario? Dignifica, y ¿por qué no lo reconocemos socialmente y además lo pagamos? ¿Dignifica el trabajo en determinadas áreas culturales? Dignifica el poeta, porque no lo reconocemos. Dignifica el filósofo a él mismo y a la vida de su sociedad, y ¿por qué está condenado a ganar 100 pesos?, mientras el gerente de una empresa fúnebre, que es una cosa tan triste, gana 5000.

Dignifica el trabajo artesanal con las manos, y ¿por qué no lo pagamos más? porque no reconocemos socialmente que ese objeto que se produce a través de un tipo que cuando labura se dignifica a sí mismo, vale la pena. Cambiemos el estatuto social del reconocimiento entre el trabajo que dignifica aunque no tenga la remuneración capitalista del otro. ¿Lo podemos hacer? Y si, tenemos tantos desocupados que lo podemos hacer.

Porque si estuviéramos inmersos en la lógica capitalista, donde el 80% está en un trabajo que no dignifica pero que da satisfacciones en términos de consumo, Uds. me pueden decir, Lilita eso es muy difícil, quién va a querer salir de ahí. Pero si vos tenés un 40% que está afuera y un 70% de los jóvenes que no entran, podés probar. Si total, que estén si hacer nada, en el vacío y en la angustia, y probar un escenario de dignificación, es lo mismo. Entre tener un ejército de pobres, como la inclusión que postula Rodríguez Saa, y empezar a elaborar a partir de ahí la dignificación del artesano, del pensador; es decir del que crea.

Segundo punto, el primer tema los valores, es en qué queremos laburar nosotros en una epistéme diferente. El tercer punto es cómo hacemos para servir a los otros y para que construir un consenso en una comunidad, y construir comunidad y construir lo que nosotros queremos, no sea un juego de miserables, aburridos y egoístas. Donde no impere la sospecha permanente sobre el otro, donde aparece uno que parece que es más inteligente que yo, y entonces lo empiezo a sospechar porque en realidad en mi imaginario yo quería ser concejal y este tipo me puede sacar la concejalía. Porque en realidad ese espacio degrada y no dignifica, y yo no me lo voy a bancar más.

Un militante nuestro, que estaba en un curso, me dijo: ¿Ud. no cree que incurrió en un abuso de poder al crear el Instituto? Y yo le contesté: ¿de tu poder? Yo usé de tu poder, o en todo caso vos usaste el mío para cerrar el partido. En consecuencia, la política debe ser un espacio de rediscusión de la epistéme, donde, evidentemente, no puede ser un espacio exclusivamente de discusión de cargos. En ese sentido, la pelea cultural es la pelea política por excelencia. Cuando esa pelea cultural de construcción y reinvención del futuro se gane, no importa quién esté. O en todo caso importa que estén aquellos que sean consustanciales a la cultura. La política no es un problema de sueldos, la política es un problema de vocación.

Lo que no se puede transformar la política es en un lugar de degradación. Y la degradación humana viene por la miseria, y no viene por la miseria del otro, sino que viene por las propias miserias. Ustedes tienen que salir de la lógica que podemos tener los adultos, porque los adultos estamos entre lo viejo y lo nuevo; operamos con las viejas categorías, de un mundo que se está terminando, de categorías políticas, sociales y culturales que no existen. Entonces tenemos la tendencia a lo que se llama la "regresión adolescente", que es lo que estamos viviendo en este país. ¿Por qué hay tanto progre qué quiere regresar a los "70? Porque no puede mirar para adelante, entonces vuelve para atrás. Son como los viejos con arteriosclerosis. Y no quiere decir que yo no tenga que mirar para atrás por adelante, ¿qué quiero decir?, que tengo que mirar Nulidad de Obediencia y Debida y Punto Final, tengo que mirar el atrás para reconstruir el futuro, por memoria, por verdad y justicia. Lo que no puedo hacer es correrlos a Uds. a mi propia historia, porque yo no me puedo convertir en un ser de 18 años, porque mi hijo tiene 30. Si yo vuelvo a los 20, y mi hijo tiene 30; mi hijo es mi padre y yo soy chico. Es lo que está haciendo nuestra generación, en este momento, en la Argentina.


Alguien les preguntó qué pensaban, ¿cómo la vivieron?, No. Porque la única vida que merece ser contada es la vida nuestra. Es decir, como si en un espacio de tiempo, donde cometimos muchísimos errores, muchísimo silencios. Miren, había que estar en la Universidad de los "70, tampoco tornemos en mito esto. Había mucho espíritu de lucha, había muchísimo idealismo; pero también había compañeros armados que no era por idealismo, sino para que le den por aprobada la materia. Hay que sacar esa foto también, porque había, como en todo el mundo, problemas de distintos lados; y esto no quiere decir justificar nada, nosotros no creemos en la teoría de los dos demonios, fuimos los que anulamos, los que todos estos años nos sentamos todos los miércoles por la nulidad de Obediencia debida y Punto Final, a ver si se entiende, como una cuestión de verdad y justicia.

Pero yo tengo miedo que las nuevas generaciones, el único relato que conocen es ese; ahora ¿qué le pasó al chico?, Uds. en los "80, los que tenían 5 años en la Guerra de Malvinas, cómo lo vivieron, cómo se construyó la subjetividad de un chico que decía ganamos, le ganamos a los ingleses y a los americanos y un día estaban los pobres correntinos muertos. ¿Cómo se construyó esa subjetividad? Tan presos estábamos de algunas cosas, que yo les digo una cosa, mi hermano mayor, que en ese momento, en la década del "70, a lo mejor militaba menos que uno, cuando se estaba muriendo me dijo: Malvinas, hermana, no pude pasar Malvinas, y yo no me había dado cuenta.

Y ¿cómo se construyó la subjetividad del sujeto joven en los "90? donde el contrato extorsivo era: si tenemos el dólar uno a uno, este tipo puede robar, puede hacer todo lo que quiera, porque que vivo que es Menem, a hasta la besa a la hija, rompe la prohibición del incesto, que vivo. Cómo quieren que después en los hábitat hacinados del Gran Buenos Aires los padres no violen a sus hijas.

Hay una esperanza profunda en la natalidad. Yo no estoy hablando resignación, hay una esperanza profunda en la natalidad, pero no en la natalidad banal de quién pare sólo un hijo, hay una esperanza profunda en la natalidad de adentro, en nuestra posibilidad de pensamiento y acción; en cubrir, entre el espacio del deseo y la acción, el espacio de la moralidad, de la idealidad, de la utopía y después poner la voluntad en la acción para dirigirla a eso, claro que vamos a cambiar. Nosotros somos la prueba de un pequeño partido nacional sin recursos, donde hace tres meses no teníamos tres mil pesos para pagar el alquiler de un local, y hoy tenemos un instituto con 1400 inscriptos funcionando. Esa es la prueba cuando entre el deseo hay un espacio de moralidad e invención que se ejecuta en actos, que con pocos recursos, si la idea funciona ocupa un nicho de muchísima gente y ahí tomamos una decisión política, que yo sé que muchos no la entienden, porque hay que formar cuadros, yo no se, porque con los cuadros no nos fue tan bien, yo prefiero "los redondos".

De nada vale cuadros esclarecidos con una sociedad con otra epistéme, en cambio si yo creo una conciencia cultural de otra invención, obviamente de ahí se van a ir formando cuadros, que tengan, no sólo la especialidad, sino que además compartan con los demás ese proyecto político. Pero tuvimos razón, los cuadros no van porque saben, yo voy con mi cuaderno, pero los cuadros no van porque ya saben; Uds. vayan, porque lo mejor es no saber. Entonces, esta esperanza, esa esperanza profunda se puede generar. Lo que necesita para ejecutarse es tener cruzados en esa fe en el hombre.

Puede tanto la decisión cuando lleva dignidad que: ¿por qué nos construye como oposición la torpeza del Gobierno? porque los pragmáticos, porque los cínicos a lo único que tienen miedo es a los auténticos. Porque el auténtico en una mesa de un lugar desenmascara al cínico. El cínico se siente cómodo con el crápula, porque el crápula le permite seguir siendo cínico y sentirse mejor que el crápula. Menem, que es el paradigma del crápula les permite a los cínicos sentirse mejores, y les permite una transferencia donde Duhalde se hace transparente gracias al crápula. Ahora cuando en ese espacio de cinismo aparecen desde cualquier partido, nosotros no tenemos ese monopolio, hay gente realmente valiosa y extraordinaria, yo he visto en el parlamento una mina con una generosidad como Patricia Walsh, he visto acá en el PI, tipos con una entrega como Nicéforo Castellano que se banco todas.

Hay mucha gente de muchos partidos, y no es uno, no es otro, muchos dentro de nuestro partido, que siguieron, que resistieron, muchos que el día de la derrota ya sabían que se iban, sino aguantan, porque están pensando en el "papelito ese de los cargos". Hay muchos.

El espacio de la autenticidad desenmascara al cinismo, por eso el auténtico, aunque esté errado, me entienden, porque no es que el auténtico tiene la razón, el auténtico es honesto intelectualmente, es lo que dice ser, aunque este errado; y ese ser lo que se dice, que es valerse del testimonio, es en realidad lo que molesta al cínico. El cínico sólo quiere crápulas, le permite hacer una cosa maravillosa, que es hasta parecer auténtico. Cuando en el escenario aparecen algunos que son lo que dicen ser, el cínico se pone muy violento y empieza a perseguir al otro y andamos como Blancanieves, hasta que venga un rey y nos salve y yo me caso con el rey.

Uds. no hagan lo que hicimos nosotros, Uds. no hagan lo que hicieron sus propios amigos más grandes en la Universidad, no lo hagan. Pero no lo hagan, no por el ARI, no lo hagan por Uds. Peleen por otra cosa, peleen por darle sentido a su vida, no le tengan miedo al que está al lado. ¿Saben lo que me pasa a mí? Yo llego a ciudades donde, obviamente me invitan otros porque mucha gente de mi propio partido entiende que nosotros ya no podemos convocar al otro, porque están peleando en las internas entre tres o cuatro. Entonces voy a una reunión del partido, tres o cuatro; y una asociación cualquiera, a esa que se les ocurre invitar a alguien, me invita a mí y sacan un avisito en el diario y hay ochocientas personas y entonces el militante del ARI se sorprende porque no lo podía creer, es ése, no estoy diciendo todos, porque hay muchos que militan bien, estoy hablando de algunos ejemplos.

Es ese que a lo mejor se acerca y me dice ha cometido abuso de poder, porque Ud. se tiene que sentar ante el tribunal de la inquisición de los que decidimos que Ud. tiene que responder ante nosotros por lo que nosotros no hacemos. No más, muchachos, no más. La legitimidad se gana en la calle y va a ver muchos ARI, si no hay un ARI grande; y sino tendrá otro nombre, pero tendrá la misma idea. Uds. díganle a todos que nadie por miserias personales va a impedir la construcción de un partido nacional mayoritario que gobierne la Argentina. Nada más y gracias.

  • Elisa Carrió, Discurso de Elisa Carrió a los jóvenes del ARI en Mendoza, Cámara de Diputados de la Nación, (12 de junio de 2004) [1].