Diversas declaraciones bolivianas tras la ocupación de Antofagasta

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Al Ejército Nacional. Diario El Comercio de La Paz. 28 de febrero de 1879[editar]

Al Ejército Nacional

MINISTERIO DE LA GUERRA

ORDEN GENERAL, CUARTEL, EN LA PAZ A 27 DE FEBRERO DE 1879:

El presidente de la República, ha tenido por conveniente hacer saber al ejército Nacional los sucesos del Litoral y ha expedido la siguiente:

Soldados: A la sombra de la paz que debería ser inalterable y cordialmente sostenida entre las repúblicas de Bolivia y Chile, porque así lo exigen los intereses de ambos países y porque mi Gobierno ha cuidado de cultivar con esmero sus fraternales relaciones, el de aquella nación acaba de consumar un incalificable atentado contra la civilización. El día 14 de los corrientes dos vapores de guerra chilenos con ochocientos hombres de desembarco y apoyados por un considerable número de gentes depravadas por la miseria y el vicio, asesinos de cuchillo corvo, se han apoderado de nuestros indefensos puertos de Antofagasta y Mejillones, por sorpresa, sin previa declaratoria de guerra, sin tener en cuenta que la civilización condena los actos de bandidaje, más que los de las hordas de salvajes, si ellos se cometen por naciones y gobiernos que pretenden ser cultos. El resultado de una iniquidad internacional, natural es que haya sido el ejercicio del crimen como acción loable. Un policial boliviano, su esposa e hijo en Antofagasta, cuatro jornaleros en Carmen Alto han sido asesinados con el arma especial del bandido chileno: el puñal corvo.

Compañeros: Tan cínica conculcación de los fueros de la humanidad impone a todos los estados del continente americano un sagrado deber de alta justificación y de previsión, que pronto o más tarde tendrán que cumplir. Entretanto, el ejército boliviano hará conocer al mundo que la honra de Bolivia y la integridad de su territorio están bajo la salvaguardia de sus bayonetas, y que en esta ocasión como en otras sabrá castigar a sus cobardes agresores.

Camaradas: Todo lo espero de vuestro patriotismo, de vuestra serenidad y disciplina. Si el gobierno que ha creído humillarnos ocupando nuestras desiertas playas, no retracta honorablemente sus actos vandálicos, quedará inaugurada para nosotros una gloriosa epopeya, porque todos cumpliremos a competencia el santo deber de combatir sin tregua ni desaliento los enemigos de la autonomía nacional, a los usurpadores de nuestro territorio, a los conquistadores de pueblos civilizados: que nuestra consigna sea vencer o morir por Bolivia.

Soldados: Estad listos para el momento preciso en que se abra la campaña y marchemos a recobrar el hermoso suelo de Atacama que nos legaron los fundadores de la República.

La Paz, febrero 27 de 1879.

H. DAZA.

De [1]

Protesta de los generales, jefes y oficiales del ejército de Bolivia contra la ocupación de Chile[editar]

En los solemnes momentos en que se halla la patria, ocasionados por el inaudito atentado que el gobierno de Chile ha consumado, ocupando por la fuerza el Litoral boliviano, y provocándonos a una guerra para la que no teníamos voluntad, comprendemos los jefes y oficiales del ejército permanente toda la magnitud de los deberes que tal situación nos impone.

Esto no es bastante ni satisface la justa indignación que arde en nuestros corazones. Antes de sellar con sangre el juramento prestado a nuestras banderas, antes de cubrir con gloriosas inscripciones y laureles estas sagradas insignias, protestamos contra el incalificable acto de deslealtad y de barbarie ejecutado por el gobierno chileno en Antofagasta, Mejillones y Caracoles.

Poseídos de noble orgullo, los que tenemos al cinto una espada que la patria nos ha confiado para defenderla y conservar incólume su honra, juramos mil veces mas, que no envainaremos estas espadas antes devengar el ultraje que Chile ha inferido a Bolivia.

Y para cumplir estos juramentos estamos dispuestos a todo sacrificio, principiando por la renuncia de nuestros sueldos y sujetándonos a la ración de campaña como clase de tropa.

¡Conste así, y que la posteridad nos juzgue!

¡Viva Bolivia! ¡Abajo el salvaje gobierno de Chile!

General de brigada, ministro de guerra, Manuel Othon Jofré. General de división, inspector general del ejército, Carlos de Villegas. Mayor general, Gonzalo Lanza.

General de división, Gregorio Gómez Goitia.
Id. de id. Ildefonso Sanjinés.
Id. de id. Gregorio Pérez.
Id. de id. José Dulon.
Id. de id. Vicente Prada.
General de brigada, Casto Arguedas.
Id. de id. Mariano Torrelio.
Id. de id. Juan Mariano Mujía.
Id. de id. Manuel de la C. Pomier.
Id. de id. Bernabé Mendizábal.
Id. de id. Claudio Acosta.
Id. de id. Juan José Pérez.
Id. de id. Pedro Villamil.

Siguen las firmas de 806 coroneles, capitanes, etc.


  • De: "Historia de la Campaña de Tarapacá" de Benjamín Vicuña Mackenna