Divino labrador, honor de España
Apariencia
- A San Lamberto
- Soneto LXXX
Divino labrador, honor de España, que, a pesar de la bárbara fiereza, trujistes en las manos la cabeza, por no morir en la heredad extraña, el ejército muerto, la montaña de cuerpos, troncos, tanta fortaleza admira, y da lugar a la riqueza del vuestro, insigne por tan alta hazaña. Muertos responden a quien habla muerto, y la patria de tales ciudadanos de muro a muro a ser sepulcro viene. Dichosa Zaragoza por Lamberto, que tiene su cabeza por sus manos, y ella su cuerpo por cabeza tiene.