Dos cosas despertaron mis antojos
Apariencia
- Que no es hombre el que no hace bien a nadie
Dos cosas despertaron mis antojos, extrajeras, no al alma, a los sentidos; Marino, gran pintor de los oídos, y Rubens, gran poeta de los ojos. Marino, fénix ya de sus despojos, yace en Italia resistiendo olvidos; Rubens, los héroes del pincel vencidos, da gloria a Flandes y a la envidia enojos. Mas ni de aquél la pluma, o la destreza déste con el pincel pintar pudieran un hombre que, pudiendo, a nadie ayuda. Porque es tan desigual naturaleza, que cuando a retratalle se atrevieran, ser hombre o fiera, les pusiera en duda.