Dulce Señor, mis vanos pensamientos
Apariencia
- Soneto LXXXV
Dulce Señor, mis vanos pensamientos fundados en el viento me acometen, pero por más que mi quietud inquieten no podrán derribar tus fundamentos. No porque de mi parte mis intentos seguridad alguna me prometen para que mi flaqueza no sujeten, ligera más que los mudables vientos. Mas porque si a mi voz, Señor, se inclina tu defensa y piedad, ¿qué humana guerra contra lo que Tú amparas será fuerte? Ponme a la sombra de tu cruz divina, y vengan contra mí fuego, aire, tierra, mar, yerro, engaño, envidia, infierno y muerte.