Dulce desdén, si el daño que me haces
Apariencia
- Soneto 58
Dulce desdén, si el daño que me haces de la suerte que sabes te agradezco, ¿qué haré si un bien de tu rigor merezco, pues sólo con el mal me satisfaces? No son mis esperanzas pertinaces, por quien los males de tu bien padezco, sino la gloria de saber que ofrezco alma y amor de tu rigor capaces. Dame algún bien, aunque con él me prives de padecer por ti, pues por ti muero, si a cuenta dél mis lágrimas recibes. Mas ¿cómo me darás el bien que espero, si en darme males tan escaso vives, que apenas tengo cuantos males quiero?