El Alto (15/08/1916)

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Martes 15 de agosto de 1916, El DIA, pag.4 INTERIOR

El Alto

Un contraste no siempre significa una derrota ni una retirada. En muchos casos no tiene más consecuencia que un alto, que se hace con el objeto de consolidar las posiciones conquistadas para lanzarse a realizar nuevas conquistas. En la guerra, sucede eso constantemente. Después de una serie de victorias hay que detenerse porque el enemigo ha reconocido sus fuerzas y se detiene y ataca con éxito. Los telegramas de la gigantesca lucha que se sostiene en Europa no hablan diariamente de esas cosas. LA política es una guerra incruenta en que hay avances y retiradas, en que se abandona y se toma posiciones y en que una serie de éxitos puede terminar en un contraste, ocasionado por la confianza excesiva y el victorioso desorden producido por el avance. En estos caso es necesario con frecuencia detenerse, ocupar posiciones seguras, reorganizar las fuerzas y prepararse, en primer termino, para no ceder el terreno conquistado y , en segundo, para efectuar nuevos progresos.

Es lo que actualmente sucede dentro del Partido Colorado. Marchaba con su amplia bandera desplegada, de victoria en victoria, honrándose así mismo y a la República, cuando se ha visto repentinamente detenido por una resistencia con que no contaba, producida por fuerzas diversas acumuladas contra él, entre las que puede contarse como principales la penalidad de unos, la traición inspirada en necias ambiciones de otros y una disensión abierta de sus propios elementos.

Lo que se ha impuesto antes, que todo ha sido un alto en el avance, una reorganización de fuerzas y una preparación de la resistencia. ¿Quiere decir esto que se abandone la bandera, que se inicie la marcha hacia atrás, que se renuncie a las conquistas hechas? No. Quiere decir, solamente, que no se hace lo que no se puede; pero que se preparan nuevas fuerzas y nuevas iniciativas.

El doctor Frugoni ha dicho en un reciente reportaje que los hombres de pensamiento abandonarán las filas del Partido Colorado e irán a engrosar las del socialismo. Craso error. Esos hombres lo que harán será esforzarse en el de reorganizar los elementos de que se han servido para realizar grandes adelantos, conservar con ellos esos adelantos y tratar después, de obtener otros.

Ya se insinúa entre los opositores la idea de derogar la ley de las ocho horas. ¿Cree el doctor Frugoni que si el Partido Colorado se desorganizara podría improvisarse una fuerza capaz de impedir este retroceso enorme?. No. No puede creerlo, la desorganización del Partido Colorado implicaría la preponderancia de todas las fuerzas retardatarias de partido y la marcha ascendente que ha hecho en los últimos lustros, la República se convertiría en marcha descendente.

El doctor Viera ha creído que es necesario detenerse; por todo el tiempo que resta de su período. En hora buena. Que así sea, puesto que se nos ha forzados a detenernos. Pero el doctor Viera no ha dicho que sea necesario retrogradar, ceder lo conquistado. Se debe, al contrario, conservar las posiciones ocupadas. Y para esto será necesario, también, un gran esfuerzo; habrá que librar una batalla.

Y ¿Quién puede librar esa batalla y ganarla sino el Partido Colorado, la grande y tradicional fuerza de tendencias democráticas de la República?.