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El ajedrez (Borao y Clemente)/Capítulo XIV

De Wikisource, la biblioteca libre.
El ajedrez: Tratado de sus principios fundamentales (1858)
de Jerónimo Borao
Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPITULO DECIMOCUARTO.




DEL MATE.


Llámase mate el jaque recibido por el rey, sin que le quede ni pieza con que cubrirse, ni casa á donde retirarse que no esté tomada por pieza ó por peon enemigo. El jugador que se halla en este caso pierde la partida.

El mate requiere comunmente gran número de jugadas entre jugadores de igual fuerza, pues son infinitos les modos de defender al rey, ó bien con piezas que le cubran, ó bien con piezas que prendan á las que amenacen, ó bien buscando el amparo de alguna casa vacante. Si algunas piezas se dedicasen sin oposicion á hostilizar al rey, le matarian pronto; pero á ellas hay otras que se les oponen y las con tienen por miedo de caer en presa, y esto hace al rey por mucho tiempo invulnerable.

Las jugadas que, desde el principio, conspiran á ganar tiempos y á ganar posicion, se dirigen despues,y á veces muy al principio, á estrechar al rey para hacerle morir: entonces las piezas de este van agrupándose en su defensa y, mientras son en igual número que las de ataque, el rey no corre peligro; y si, en caso de ser en número inferior, puede temer por su vida, debe aspirará cambiar piezas, pero de suerte que tome las que podrian darle mate y no las que habian de limitarse á estrecharle ú ofenderle.

Por regla general, cuando hay muchas piezas que estrechan al rey, debe este poner otras en defensa, y no prender, sino esperar á pié firme al enemigo.

La razon de esto se funda en que, para atacar, se necesita pieza de mas, y dejándose atacar, se hace la defensa con una menos, pues no se desvian las piezas de su mútua union y defensa.

El mate mas breve es el del loco, que se dá á la segunda jugada; pero esto, como se verá, depende de que el contrario juegue de un modo torpe y casual. Necesítase que el negro avance dos pasos el peon de su caballo real y uno ó dos el de su alfil real, y de ese modo deja abierto un enfile oblícuo, que aprovecha la reina contraria en su segunda jugada, dando jaque y mate en la cuarta casa de la torre real.

El mate mas pronto, despues de ese, es el del pastor, ó de l'écolier Como tambien le llaman los franceses, que se verifica á la cuarta jugada. Se dá con la reina que, apoyada por el alfil real, prende el peon del alfil real enemigo dando mate al rey. Para esto, como se vé, ha necesitado el blanco cuatro jugadas: primera, peon del rey uno ó dos pasos: segunda, alfil á la cuarta casa del otro: tercera, dama á la tercera de su alfil real: cuarta, dama al peon del alfil real enemigo. Este mate se evita de muchos modos, por ejemplo: primero, moviendo la reina, con lo cual ya tiene huida el rey: segundo, sacando el caballo real delante del peon que va á tomarse, con lo cual se ha interceptado la línea: tercero, llevando ese caballo á la tercera casa de su torre, con lo cual se ha defendido dicho peon: cuarto, moviendo un solo paso el peon real, con lo cual se intercepta la defensa del alfil: quinto, adelantando dos pasos el peon de dama, con lo cual se amenaza y hace retirar al alfil.

Aunque el mate del pastor no se dá á ningun mediano ajedrecista, ni dos veces á nadie, conviene disponerse á él, porque, aun sin darse, suele ofrecer buena posicion; y, desde luego, el alfil real está bien colocado á cuarta casa del de dama.

Los cinco modos que hemos dicho son, entre otros, los que inhabilitan el jaque del pastor, pero si se usára el tercero, deberia el alfil blanco de dama tomar el caballo y, desaparecida esta pieza, quedaba practicable el mate, ó tomado impunemente el caballo.

Otro de los mates rápidos que se mencionan es el del Calabrés, cuya esplicacion omitimos por confusa.

Los mates se dan á veces inesperada y prematuramente, y por eso conviene adquirirun buen ojo para conocer cuándo, pensada ó impensadamente, se puede tomar una energía ofensiva hasta hacer morir al rey.

Otras veces se combina un mate desde el principio, ytoda la partida es una contínua porfía de ataque y defensa hasta que llega á un término del cual no pueden pasar las operaciones.

Este plan suele empezar con la base del jaque del pastor, ó se prepara sobre el efectuado enroque del rey.

Otras veces hayuna ó dos piezas que están escondidamente en acecho, y al parecer, muertas, aguardando el despliegue de pieza propia ó la retirada enemiga para lanzarse sobre el rey; lo cual sucede con mucha frecuencia sobre un ángulo del tablero.

Otras una sola pieza,torre ó reina, dá mate inesperado, aun estando su juego á la mas desesperada defensiva: por ejemplo, si el rey negro hubiese en rocado y tuviera delante de sí tres peones en sus casas, sin torre en la banda que le defendiera, le darian mate una torre ó la reina colocándose en la base.

Otras la reina negra sola, colocada, por ejemplo, en la casa del alfil blanco, dá mate al rey que está en la casa de su torre, aunque todo el costado de la dama blanca esté cubierto de piezas.

Los mates pueden dividirse en fáciles y difíciles: estos, en manos de un buen jugador, son tales mates, y en las de uno mediano, tablas.

En los difíciles, principalmente cuando el aventajado en piezas no parece apto para darlos, suele fijarse, á proposicion del contrario, un número de terminado de jugadas, pasadas las cuales, sin resultar mate, se considera tablas la partida.

El número de jugadas que suele fijarse á un mate difícil es el de cincuenta segun Philidor, el de sesenta segun La- Bourdonnais, y el, muy corto, de doce segun el Diccionario de Barcelona que ya hemos citado, aunque advirtiendo de él que es para nosotros autoridad muy recusable: mas, ese número fijo, sea cual fuere, nos parece injusto; pues, ha biendo mayor dificultad en unos mates que en otros, debe establecerse número proporcionado de jugadas. Este número podria ser de doce en los mates fáciles, de hasta veinte en los seguros pero no tan breves, de hasta cuarenta en los mas complicados, y de hasta cincuenta ó sesenta en los que dependen de los descuidos contrarios.

Hay mates forzados ó, como otros dicen, de apuesta, que consisten en ofrecer el mate con determinada pieza, ó en determinada casa, ó á determinado número de jugadas, ó moviendo ó dejando de mover tal ó cual pieza, pero esto ya se comprende que solo está concedido á grandes jugadores.

Hay quienes llaman mate ahogado, no sabemos si con razon, al que recibe el rey no teniendo casa alguna vacante á que moverse; pero es claro que estos mates no se parecen al empate ni son tablas, sino partida muy bien ganada.

Son mates fáciles cuando el rey contrario queda solo:

El de muchas piezas.

El de reina.

El de dos torres.

El de peon próximo á dama, cuando se puede evitar que el rey lo tome.

El de grupos de peones en las alas.

Son mates seguros pero difíciles:

1. El de peon cuando su rey ha tomado al contrario la oposicion.

2.° El de peon y una pieza, mas no si aquel es de torre, y esta es un alfil de color contrario al de la casa de la dama.

3.° El de caballos, que para los mas es imposible, y así lo creemos, aunque hay autor que lo dá como posible, si bien no como seguro.

4.” El de caballo y alfil, que se dá en ángulo del color de este, sirviendo aquel para quitar al rey las casas del color contrario al del alfil.

5.° El de dos alfiles, que se dá en un ángulo.

6.° El de torre.

7.° El de torre y peon contra alfil, pero es preciso conservar el peon, pues si se perdiere, el rey se salvaria en color contrario al del alfil: para no perder el peon, no debe empezarse por jugarle, sino jugar el rey para forzar al contrario á la última fila: cuando el rey se cubra con el alfil, juegue torre sobre el mismo número, para que el rey, por no desamparar su alfil, retroceda.

8.° El de torre y alfil contra torre, que se dá en línea estrema y fué inventado por Philidor.

9.° El de dama contra caballo y alfil.

10. El de dama contra torre. La dama debe comer por jaque doble á la torre, pero cuidar de que el rey no quede ahogado.

11. El de dama y peon contra dama.

Son mates segun juegue el desaventajado:

1.° El de dos peones contra uno, si no es que se cambia, pues obligan á ceder la oposicion, quitan el peon único y marchan á dama.

2.° El de torre y peon contra torre; mas, si este juega mal, esto es, si no jaquea incesantemente al rey hasta separarle de un peon y tomarle este, la partida será tablas.