El alba espiritual

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Nota: Poema número 46 de Las flores del mal (edición de 1861).

Cuando entre los disolutos el alba blanca y bermeja
Se asocia con el Ideal roedor,
Por obra de un misterio vengador
En el bruto adormecido un ángel se despierta.

De los Cielos Espirituales el inaccesible azur,
Para el hombre abatido que aún sueña y sufre,
Se abre y se hunde con la atracción del abismo.
Así, cara Diosa, Ser lúcido y puro,

Sobre los restos humeantes de estúpidas orgías
Tu recuerdo más claro, más rosado, más encantador,
Ante mis ojos agrandados voltigea incesante

El sol ha oscurecido la llama de las bujías;
¡Así, siempre vencedor, tu fantasma se parece,
Alma resplandeciente, al sol inmortal!