Ir al contenido

El capítulo de la conquista española y las guerras civiles

De Wikisource, la biblioteca libre.


Nueva corónica y buen gobierno
Capítulo 19: El capítulo de la conquista española y las guerras civiles
de Guamán Poma de Ayala

PRIMER CONQVISTA DESTE REINO: CONquista que se hizo deste rreyno y descubrimiento y primer español de Castilla:

De Jerusalén descubrió el apóstol de Jesucristo; el señor San Bartolomé salió a este tierra y se bolbió en tienpo que rreynaua el Ynga Cinche Roca sólo el Cuzco y parte del Collau.

Y después, ciendo papa Bonefacio nono, niapolitano pontífise, y después se descubrió el camino de la mar en el año de 1493 años. Ciendo papa Alexandro sexto, español, enperador de Roma Maximiliano, rreyna de España doña Juana, se supo la Mar de Sur setecientas leguas a Paraguay a las Yndias. Y auido nueua en toda Castilla y Roma de cómo se auía hallado el Mundo Nuebo, que ací lo llamaron los hombres antigos de Castilla.

Estaua esta tierra en más alto grado, ací lo llamaron Yndias. Quiere dezir tierra en el día, como le pucieron el nombre tierra en el día, yndias, no porque se llamase los naturales yndios de yndias rrodearon yndios el qual esta tierra está en más alto que todo Castilla y las demás tierras del mundo. El primer bocablo fue el Mundo Nuebo; este título y uerdadero nombre tiene y se llama naturales. Y ací los chapetones les llama yndios y se llama hasta oy y hierran. Como a los españoles le llama en común españoles uira cocha, tanbién en común dirán uira cocha ací yndios, cada parcialidad se tiene sus nombres, Castilla, Roma.


De cómo lo descubrió dos hombres, el conpañero de Culúm y Candía:

El conpañero de Culúm se murió y dexó los papeles a su conpañero, al dicho Culúm. Y Candía dio noticia en Castilla que auía saltado en tierra en Santa. Por señas que dixeron que los primeros hombres saltaron y trayýa muy largas barbas y que estaua amortajado como defunto. Esta dicha nueua le dieron al dicho Guayna Capac Ynga en el Cuzco. Luego lo hizo lleuar en un guando [andas] por chasque [mensajero] para que lo biese el Ynga chapetón y el español chapetón, que por señas hablaron. Y preguntó al español qué es lo que comía; rresponde en lengua de español y por señas que le apuntaua que comía oro y plata. Y acinab dio mucho oro en polbo y plata y baxillas de oro. Con todo ello le mandó tornar otra ues con el chasque al puerto de Sancta. Quando llegó, dizen que el conpañero se abía muerto y ancí se fue este dicho Candía a España con su oro y plata y rrequiesas.

De cómo llegó este dicho Candía con la rriquiesa a España con todo lo que llebó y publicó de la tierra y rriquiesas. Y dixo que la gente se bestía y calsaua de todo oro y plata y que pisaua el suelo de oro y plata y que en la cauesa y en las manos trayýa oro y plata. Esto dezía del bestido que se bisten para dansar y baylar taquies que hazen los yndios con bestidos de plata, oro, culque curi cusma , cacro, chipana, canipo, culqui uayta, topos [ornamentos], todo de oro y plata. Y dezía que abía camellos chiquitos de los carneros de la tierra.

Con esta nueua y cudicia y publicamiento de oro y plata se hizieron gente. Éstos lleuaron hurtado a un yndio Guanca Bilca, después se llamó Phelipe, y trageron por su lengua a la conquista deste rreyno. Y los capitanes y los soldados benieron muy contentos; no tenía ora que deseauan llegar de la codicia de oro y plata.


Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, dos capitanes generales, y los demás se ajuntaron, trecientos y cinqüenta soldados. Todo Castilla ubo grandes alborotos; era de día y de noche entre sueños. Todo decía: “Yndias, yndias, oro, plata, oro, plata del Pirú.” Hasta los múcicos cantauan el rromanse “Yndias, oro, plata.” Y se ajuntaron estos dichos soldados y mensage del rrey nuestro señor católico de España y del santo padre papa.

De mil quini[en]tos doze años papa Julio dos de su pontificado ciete, enperador Maximiliano dos de su enperio dies y ciete, rreyna de España doña Juana de su rreynado cinco, Uasco [Nu]ñes de Ualboa tubo noticia de la Mar de Sur. Con esta nueua más se alborotaron la tierra. Que ci la rreyna le dejara uenir, me parese que todo Castilla se beniera con tan rrica nueua deseada oro y plata, que la gente andaua bestido todo de oro y plata, y todo el suelo lo que pizauan era todo oro y plata macizo, que como piedra amontonauan oro y plata. Aún hasta agora dura aquel deseo de oro y plata y se matan los españoles y desuella a los pobres de los yndios. Y por el oro y plata quedan ya despoblado parte deste rre[y]no los pueblos de los pobres yndios, por oro y plata.

Del año de mil quinientos treze, papa Julio dos y de su pontificado ciete, enperador Maximiliano dos de su enperio dies y ciete, rreyna de España doña Juana y de su rreynado cinco, descubrimiento del Río de la Plata. Juan Díaz de Solís, uezino de la uilla de Librexa, piloto, cetecientas leguas a Paraguay al rrío grande se descubrió. Comensaron los capitanes a aliñarse sus uiajes y matalotaxes, mucha comida y arma, todo biscocho y tocino, secina. Y procuraron traer otros rregalos y rropa blanca pero de hazienda pobre. No quicieron traer nada, cino armas y escopetas con la codicia de oro, plata, oro y plata yndias, a las Yndias, Pirú.


Año de mil y quinientos y ueynte y cinco, papa Clemente ciete de su pontificado tres, enperador don Carlos cinco de su enperio ciete y de su rreynado cinco, don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, dos capitanes generales en el descubrimiento deste rreyno del Pirú, y Hernando de Luque, maystre escuela, saltaron en esta tierra. Luego comensaron a tener deferencias del dicho descub[r]imiento deste Mundo Nuebo de las Yndias deste rreyno. Y con la cudicia de oro y plata que ya en su corasó trayýa, “matarte he o matarme has”, y unos y otros se mordía y los dichos soldados andauan espantados.

Año de mil y quinientos ueynte y seys, papa Clemente de su pontificado cinco, enperador don Carlos cinco y de su enperio nueue, de su rreynado dies, nacimiento del rrey don Felipe segundo deste nombre, ubo muy grandes fiestas en España y en toda Castilla y Roma.

Año de mil y quinientos y treynta y dos, papa Clemente ciete y de su pontificado dies, enperador Carlos cinco y de su enperio catorze y de su rreynado quinze, don Francisco Pizarro, don Diego de Almagro tubieron el primer enbajador del lixítimo y rrey capac apo Ynga Tupa Cuci Gualpa Uascar, ynga, rrey y señor deste rreyno. Le enbió a dar pas al puerto de Tunbes al enbaxador del enperador y rrey de Castilla. Le enbió a su segunda persona, uirrey deste rreyno, capac apo, excelentícimo señor, don Martín Guaman Malque de Ayala; fue el enbaxador de la gran ciudad del Cuzco, cauesera deste rreyno.

Y los españoles don Francisco Pizarro y don Diego Almagro y don Martín de Ayala se hincaron de rrodillas y se abrasaron y se dieron pas, amistad con el enperador. Y le honrró y comió en su mesa y hablaron y conuersaron y le dio presentes a los cristianos. Acimismo le dio al señor don Mar[tín] de Ayala que fue primer enbaxador que de Atagualpa Ynga en el puerto de Tunbes, adonde saltó primero.


Al defunto Guayna Capac Ynga lo lleuan a la ciudad del Cuzco adonde es cauesera deste rreyno a enterrallo. Lo traxeron desde la prouincia de Quito. En este tienpo que tubieron grandes dares y tomares los dos Yngas, el lexítimo Uascar Ynga y el uastardo Atagualpa Ynga desde Quito, y porfía de capitanes y se hicieron el rreyno dos partes. Desde Xauxa hasta Quito y Nobo Reyno fue lo de Atagualpa, y desde Xauxa hasta Chile, lo de Uascar. Y con ellos ubo grandes contradiciones y batalla y muerte de los capitanes y de yndios deste rreyno. Entonses fue lleuado el cuerpo de Guayna Capac Ynga a la gran ciudad del Cuzco. Le llamaua al defunto yllapa [el rayo] del dicho Ynga Guayna Capac. Pensaron los yndios de Quito que uino bibo el Ynga y ací no se alsaron ni ubo alboroto del rreyno de la muerte del Ynga. Y lo lleuaron a su bóbeda rreal enbalsamado.

De manera desde Xauxa se supo questaua muerto y en la ciudad del Cuzco hizieron grandes llantos y lloros de la muerte de Guayna Capac Ynga. Y la promesa y lo que le denunciaron los demonios al Ynga desde sus antepasados Yngas fue declarado: Que abía de salir unos hombres llamado uira cocha . Como dicho fue; en este tienpo salieron los hombres uira cochas cristianos en esta rrebuelta deste rreyno. Y fue bentura y primición de Dios que, en tanta batalla y derramaniento de sangre y pérdida de la gente deste rreyno, saliese los cristianos. Fue Dios seruido y la Uirgen María adorado y todos los sanctos y santas ángeles llamado de que fuese la conquista en tanta rrebuelta de Uascar, Atagualpa, Yngas.


El segundo enbajador de Atagualpa Ynga, ermano uastardo de Uascar Ynga, enbió a su capitán general llamado Rumi Naui al puerto de Tunbes al enbajador del enperador, don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, y tubieron muy grandes rrespuestas y cumplimiento. Le enbió suplicando que se bolbiesen los cristianos a sus tierras y le dixo que le daría mucho oro y plata para que se bolbiesen. Y no prouechó y dio la rrespuesta, deziendo que quería uer y bezar las manos al rrey Ynga, después se bolberían, y que uenía por enbaxador de su rrey enperador. Y ancí uino adelante.

Atagualpa Ynga como le mandó dar yndios mitayos [que cumple su turno] a don Francisco Pizarro y a don Diego de Almagro y al fator Gelín [Illán Suárez de Carvajal]. Le dieron camaricos y rregalos y mugeres a ellos y a todo sus cauallos porque decían que era persona los dichos cauallos, que comían maýs. Como no sauía ni auía uisto en su uida, y ací lo mandó dar rrecaudo.

Año de mil y quinientos y treynta y tres, papa Clemente ciete de su pontificado onze, enperador don Carlos cinco y de su enperio quinze y de su rreynado dies y seys, marcha don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro a la ciudad de Caxamarca contra Atagualpa Ynga con ciento y sesenta soldados contra cien mil yndios. Hernando de Soto, Sebastián de Balcásar [Benalcázar] y Hernando Pizarro con ueynte caualleros y Felipe, Guanca Bilca, yndio lengua, que trajo para la conquista. Entraron a Caxamarca y no [e]staua en la ciudad el dicho Ynga Atagualpa. Estaua en los baños y de los baños enbía Atagualpa su enbaxador a la dicha ciudad con el capitán Rumi Naui, deciendo que se bolbiesen.


los cristianos españoles a su tierra. Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro rresponde que no ay lugar de bolberse.

De cómo los españoles llegaron a la ciudad de Caxamarca y no se aposentaron en la dicha ciudad en ausencia del dicho Ynga Atagualpa. Y fuera se armaron sus toldos y se ordenaron como brabos animosos para lo enbestir. Y en aquel tienpo no trayýan cuellos, cino trayýan el cuello como padre. Todos trayýan bonetes colorados y calsones chupados, jubón estofados y manga larga y un capotillo con su manga larga, como caci a la biscaynada.

Cómo tubo noticia Atagulpa Ynga y los señores prencipales y capitanes y los demás yndios de la uida de los españoles, se espantaron de que los cristianos no dormiese. Es que decía por que uelauan y que comía plata y oro, ellos como sus caballos. Y que trayýa ojotas [sandalias] de plata, decía de los frenos y herraduras y de las armas de hierro y de bonetes colorados. Y que de día y de noche hablauan cada uno con sus papeles, quilca . Y que todos eran amortajados, toda la cara cubierta de lana, y que se le parecía sólo los ojos. Y en la cauesa trayýa unas ollitas colorado, ari manca , y suri uayta [adorno de pluma de avestruz]. Y que trayýan las pixas colgadas atrás larguícimos, decían de las espadas, y que estauan bestidos todo de plata fina. Y que no tenía señor mayor, que todos parecían ermanos en el trage y hablar y conuersar, comer y bestir. Y una cara sólo le pareció que tenía, un señor mayor de una cara prieta y dientes y ojo blanco, que éste solo hablaua mucho con todos.

Oýda esta dicha nueua, se espantó el dicho Ynga y le dixo: “¡Qué nueua me traes, mal mensage!” Y ancí quedaron espantados con la nueua nunca oýda y ací mandó Atagualpa Ynga que le diesen serbicios de mugeres a ellos y a sus caballos. Porque se rreýron de la pixa de los cristianos, de la espada, mandó matar Atagualpa Ynga a las yndias que se rrieron. Y tornó a dar otras yndias de nuebo y serbicios. Con todo esto rriplicó muy mucho de que se fueran y tornaran. Y no ubo rremedio, que enportunó los cristianos uerse con la magestad del Ynga.


Don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y fray Uisente de la horden del señor San Francisco, cómo Ataguálpa Ynga desde los baños se fue a la ciudad y corte de Caxamarca.

Y llegado con su magestad y sercado de sus capitanes con mucho más gente doblado de cien mil yndios en la ciudad de Caxamarca, en la plasa pública en el medio en su trono y aciento, gradas que tiene, se llama usno, se asentó Ataguálpa Ynga.

Y luego comensó don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro a dezille, con la lengua Felipe yndio Guanca Bilca, le dixo que era mensage y enbajador de un gran señor y que fuese su amigo que sólo a eso benía. Respondió muy atentamente lo que dezía don Francisco Pizarro y lo dize la lengua Felipe yndio. Responde el Ynga con una magestad y dixo que será la uerdad que tan lexo tierra uenían por mensage que lo creyýa que será gran señor, pero no tenía que hazer amistad, que tanbién que era él gran señor en su rreyno.

Después desta rrespuesta entra con la suya fray Uiciente, lleuando en la mano derecha una crus y en la esquierda el bribario. Y le dize al dicho Atagualpa Ynga que tanbién es enbajador y mensage de otro señor, muy grande, amigo de Dios, y que fuese su amigo y que adorase la crus y creýse el euangelio de Dios y que no adorase en nada, que todo lo demás era cosa de burla. Responde Atagualpa Ynga y dize que no tiene que adorar a nadie cino al sol, que nunca muere ni sus guacas y dioses, tanbién tienen en su ley, aquello guardaua.

Y preguntó el dicho Ynga a fray Uisente quién se lo auía dicho. Responde fray Uisente que le auía dicho euangelio, el libro. Y dixo Atagualpa: “Dámelo a mí el libro para que me lo diga.” Y ancí se la dio y lo tomó en las manos, comensó a oxear las ojas del dicho libro. Y dize el dicho Ynga: “¿Qué, cómo no me lo dize? ¡Ni me habla a mí el dicho libro!” Hablando con grande magestad, asentado en su trono, y lo echó el dicho libro de las manos el dicho Ynga Ataguálpa.

Cómo fray Uisente dio boses y dixo: “¡Aquí, caualleros, con estos yndios gentiles son contra nuestra fe!” Y don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro de la suya dieron boses y dixo: “¡Salgan, caualleros, contra estos ynfieles que son contra nuestra cristiandad y de nuestro enperador y rrey demos en ellos!”

Y ací luego comensaron los caualleros y despararon sus alcabuses y dieron la escaramusa y los dichos soldados a matar yndios como hormiga. Y de espanto de arcabuses y rruydo de cascabeles y de las armas y de uer primer hombre jamás uisto, de estar llieno de yndios la plasa de Caxamarca, se derribó las paredes del serco de la plasa de Caxamarca y se mataron entre ellos. De apretarse y pizalle y tronpesalle los cauallos, murieron mucha gente de yndios que no se puede contar.

De la uanda de los españoles murió cinco personas de su boluntad, por ningún yndio se atreuió de espanto asonbrado. Dizen que tanbién estaua dentro de los yndios muerto los dichos cinco españoles; deue de andar tonteando como yndio, deue de tronpizalle los dichos caualleros.

Y ací cí le prendió don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro al dicho Atagualpa Ynga. De su trono le le [sic] llebó cin hirille y estaua preso con preciones y guarda de españoles junto del capitán don Francisco Pizarro. Quedó muy triste y desconsolado y desposeýdo de su magestad, asentado en el suelo, quitado su trono y rreyno.

De cómo ubo alboroto en eseste [sic] rreyno entre ermanos, el rrey capac apo Guascar Ynga lexítimo y su ermano príncipe, auqui, Ataguarpa Ynga. Después de la muerte de su padre Guayna Capac Ynga, este dicho alboroto y guerra duró treynta y seys años.

Desde niño el dicho Uascar fue muy soberbioso y mísero y mal ynclinado en daca las paxas. Mandaua matar a los dichos capitanes y ancí huýan dél. Después nunca les quizo faboreser ningún capitán ni soldado.

Ues aquí cómo pierde con la soberuia todo su rreyno. Cienpre que sea rrey o capitán, ci es soberbioso, auariento, perderá su rreyno y la uida como Uascar Ynga.

Y fue Dios seruido que en este tienpo enbiase su enbaxador y mensage el rrey enperador a don Francisco Pizarro y a don Diego de Almagro, capitanes. Tubo batalla el lexítimo de la parte del Cuzco, el uastardo de la parte de Quito. En esta batalla murieron muchos capitanes y soldados y se perdió muy mucha hazienda de los Yngas y de los tenplos que hasta oy quedaron escondidos en todo este rreyno. Y ancí fue conquistado y no se defendió.

Atagualpa Ynga dixo a don Francisco Pizarro que leyese un escrito. Dixo que no sauía y dixo que leýse un soldado y leyó. Dijo Atagualpa [...].

Cómo le prendieron y estado preso Atagualpa Ynga; estando preso, le rrobaron toda su hazienda don Francissco [sic] Pizarro y don Diego de Almagro y todo los demás soldados y españoles.

Y lo tomaron toda la rriquesa del templo del sol y de Curi Cancha y de Uana Cauri muchos millones de oro y plata que no se puede contar, porque sólo Curi Cancha toda las paredes y la qubirtura y suelo y las uentanas quajado de oro. Dizen que la persona que entra dentro con el rrayo de oro parese defunto en el color del oro. Y del Ynga Atagualpa y de todo sus capitanes y de señores prencipales deste rreyno y las dichas andas de oro y plata que pesaua más de ueynte mil marcos de oro fino el tablón de las dichas andas y ueynte mil marcos de plata fina, un millón y trecientos y ueynte y seys mil escudos de oro finícimo.

Acimismo les quitó sus serbicios hasta quitalle su muger lexítima, la coya [reina].

Y cómo se uido tan mal tratamiento y daño y rrobo tubo muy gran pena y tristeza en su corazón y lloró y no comió. Como uido llorar a la señora coya, lloró y de su parte ubo grandes llantos en la ciudad. De los yndios cantaua desta suerte:

Aray araui! Aray araui!Sapra aucacho, Coya atiuanchic, llazauanchic?Ma, Coya. Suclla uanoson.Amatac acuyraque cacachuncho!Paracinam uequi payllamanta urman.Cam, Coya, hinataccha.

[¡Aray arauil ¡Aray araui! ¿Podrá este enemigo malvado, reina, derrotarnos, darnos pesadumbre? ¡No, reina! Vamos a morir todas a una. ¡Que no nos alcance la desgracia! Las lágrimas caen como lluvia por sí solas. ¿Podrías tú, reina, ser tal?]

De cómo estando preso conuersaua Atagualpa Ynga con don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y con los demás españoles y jugaua con ellos en el juego de axedrés que ellos les llaman taptana . Y era muy pacible príncipe y ací se contentaua con los cristianos. Y daua su hazienda y no sauía con qué contentalles y rregalalles.

De cómo estando preso Atagualpa Ynga, todo sus bazallos y yndios y capitanes y señores grandes de su rreyno le desanpararon y no le serbieron.

De cómo procuró de rrescatar su uida Atagualpa Ynga con todo sus capitanes y dio a don Francisco Pizarro y a don Diego de Almagro y a todos los soldados mucho oro, que una casa señaló. Con su propia espada, le medió don Francisco Pizarro media pared que era de largo ocho brasas y de ancho quatro brasas. Hinchió de oro y lo tomó don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro. Con todo lo demás españoles lo partieron toda la rriquiesa. Despachó al enperador todos de España cada uno a sus deudos y parientes y amigos.

Cómo el Ynga Atagualpa estando preso enbió a sus enbajadores y capitanes, a los dichos capitanes mayores Challco Chima, Quis Quis yngas y otros capitanes, para que diese guerra y batalla a su ermano lexítimo Guascar Ynga.

Y ací le uenció y le prendió al cuerpo de Uascar Ynga. Y luego les maltrató y le dio a comer maýs, chuno [conserva de papas] podrido. Y por coca le dio hojas de chilca y por lipta le dio suciedad de los hombres y estiércol de carnero maxado y por chicha, orines de carnero y por fresada, estera y por muger, una piedra larga bestida como muger. En el citio llamado Andamarca le mataron los Cañaris, Chachapoyas, cantando “Poluya poloya, uuiya, uuiya.” Y mataron todos los auquiconas [príncipes] y nustas [princesas], yndias preñadas le abrían la barriga. Todo se hizo por consumir y acauar al dicho Uascar Ynga con toda su generación para que no ubiese lexítimo Yngas, porque auía preguntado los cristianos del lexítimo rrey Ynga y ací lo mandó matar.

De cómo en tienpo de contradición entre dos ermanos Uascar Ynga, Atagualpa Ynga y de salir nuebo hombres nunca vista que fueron españoles se perdió muy mucha hazienda del sol y de la luna y de las estrellas y de los dioses, guaca bilcas, templos de Curi Cancha del Ynga y de los uírgenes, acllas, y de los pontífises y de los señores grandes y de los capitanes generales y de los yndios comunes, porque cada cosa estauan señalado en todo el rreyno, que no se puede contar tanta.

De cómo los yndios andauan perdidos de sus dioses y uacas y de sus rreys y de sus señores grandes y capitanes. En este tienpo de la conquista ni auía Dios de los cristianos ni rrey de España ni auía justicia. Ací dieron a hurtar y rrobar los españoles como Challco Chima, Quis Quis, Aua Panti, Rumi Naui y otros muchos capitanes y los yndios Cañaris y Chachapoyas, Uancas andauan rrobando y salteando y perdidos, hechos yanaconas.

Desde allí comensaron los yanaconas ser uellacos y ladrones.

Y ancí ubo muy mucha hambre y alboroto y se murió mucha gente y rrebuelta en todo el rreyno, daca oro y toma oro.

Murió Atagualpa en la ciudad de Caxamarca. De cómo auía pronunciado un auto y sentencia don Francisco Pizarro a cortalle la cauesa a Atagualpa Ynga. No quizo firmar don Diego de Almagro ni los demás la dicha sentencia porque le daua toda la rriquiesa de oro y plata y lo sentenció. Todos dixeron que lo despachase al enperador preso para que allá rrestituyese toda la rriquiesa deste rreyno.

Atagualpa Ynga fue degollad[o] y sentenciado y le mandó cortar la cauesa don Francisco Pizarro. Y le notifica con una lengua yndio Felipe, natural de Guanca Bilca. Este dicho lengua le enformó mal a don Francisco Pizarro y los demás. No le gustó la dicha sentencia, y no le dio a entender la justicia que pedía y merced Atagualpa Ynga, por tener ennamorado de la coya [reina], muger lexítima.

Y ací fue causa que le matasen y le cortasen la cauesa a Atagualpa Ynga y murió mártir cristianícimamente; en la ciudad de Caxamarca acabó su uida.

Cómo uino por mandado de don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y de sus generales dos españoles a prender los cuerpos de los dichos capitanes Chalco Chima, Quis Quis y lo prendió y hizo justicia en Xauxa. Les colgó de unos palos y murió Chalco Chima y los demás capitanes se huyeron: Quis Quis, Quizo Yupanqui y Rumi Naui, Aua Panti, Uanca Auqui, Colla Tupa.

De cómo toda las rriquiesas que tenía escondido lo descubrió, oro y plata, joyas y piedras preciosas, le enbió al enperador y rrey católico de España. Le enbió don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y los demás soldados toda la rriquesa y uaca y del sol todo quanto pudieron coxer. Y enbiaron cada uno de ellos a sus casas y a sus mugeres y hijos y parientes deste rreyno y de Castilla. Con la cudicia se enbarcaron muy muchos saserdotes y españoles y señoras, mercaderes para el Pirú. Todo fue Pirú y más Pirú, Yndias y más Yndias, oro y plata, oro, plata, deste rreyno.

De cómo por la rriguiesa [sic] enbió el enperador gouernadores y oydores, pricidentes y obispos y saserdotes y flayres y españoles y señoras: Toda era dezir Pirú y más Pirú. De los ciento y sesenta españoles y un negro congo, aumentó mucha gente de españoles y mercaderes y rrescatadores y mercachifles y muchos morenos. Agora multiplica, mucho más que yndio, mestizos, hijo de saserdotes. Oro y plata en el Pirú.

Ues aquí cómo le echa a perder al enperador con la soberbia, cómo pudo sentenciar un cauallero a su rrey. Y ci no le matara, toda la rriquiesa fuera del enperador, y si descubriera toda las minas.

El capitán Quizu Yupanqui Ynga murió en Lima. El capitán Luys de Áualos de Ayala y don Pedro Luxán y Rodrigo Niño, Gomes Arias y los demás capitanes y soldados de la uanda y seruicio comensaron la batalla. Y ynbistió como ualeroso capitán Luis de Áualos de Ayala contra el capitán Quizo Yupanqui Ynga, hijo de Topa Yupanqui, tío del autor, que uenía doze capitanes con mil yndios.

Comensó de su parte el capitán Quizo Yupanqui, que corría como un game y que de puro ligero traspasaua por deuajo de los cauallos. Peleando, saltó por un asecya de agua de Lati en la ciudad de Lima y cayó. Luego le lanseó y le mató el dicho capitán Luys de Áualos de Ayala, padre del ermano del autor llamado padre Martín de Ayala, clérigo de misa, el qual murió en el dicho hospital de la ciudad de Guamanga, el qual está rretratado el dicho padre. Como dicho es, Quizo Yupanqui murió; rresualando junto al asecya, acabó su uida. Y los demás capitanes yndios echaron a huyr cada uno por su camino a sus pueblos y no quicieron aguardar.

Y ancí después comensaron a poblarse. El primer nombre lo tiene Lima y ací se llama de Los Reys de Lima. En el mes de los rreys magos Baltazar, Melchos, Gaspar, se ganó esta ciudad. Y ací fue ordenado por Dios que auía de ser la ciudad de su Magestad del rrey y de su bizorrey, consejo de este rreyno y cauesera mayor. Allí se conquistó el Ynga que no se auía defendido en nenguna ciudad. Y fue milagro de Dios y de los tres magos rreys santos.

Y ancí es Ceuilla [Sevilla] y corte rreal como Castilla y corte de todo el mundo, que Dios lo tiene apoderrado, y patrón el señor Santiago Mayor. Y este rreyno es patrón el señor Santiago Mayor, apóstol de Jesucristo.

Cómo los españoles se derramaron por todas las partes de la tierra deste rreyno de dos en dos y algunos, cada uno haziendo gente yanaconas, yndios, buscando cada uno sus benturas. Y buscauan sus rremedios, haziendo muy grandes males y daños a los yndios, pidiéndoles oro y plata, quitándoles sus bestidos y comidas, los quales se espantaron por uer gente nueua nunca uista. Y ací se escondía y se huyýan de los cristianos en todo el rreyno.

Cómo los primeros conquistadores trayýan otro traxe por temor del frío, coleto y bonetes colorados, unos calsones chupados y cin cuello como clérigo y trayýa mangas largas, la rropilla, el capote corto. Acimismo las dichas mugeres, como usaron los antigos yndios, unas camegetas largas, manta corta. Y después uan apuliendo y delgasando la tierra en mucho más en este rreyno,

Cómo los primeros españoles fueron chapetones, acimismo los dichos yndios no se entendían el uno ni al otro, pediendo agua, traýan leña, deziendo “anda, puto”, trayýan cobre y calauasas. Porque anda es cobre, puto, calauasas. Y algunos yndios se hacían ladinos, los yanaconas dezían: “Obeja chincando, pacat tuta buscando, mana tarinchos, uira cocha.” Como los mestisos del Cuzco y de Xacxauana y de Cochacalla dicía: “Ya, señor sara paruayando, capón asando, todo comiendo, mi madre pariua, yo agora mirando chapín de la mula.” Y ancí los unos como los otro pasaron grandes trauajos, los yndios como los cristianos, y en los Collas decían: “Anda, puto.” Decía los yndios: “Putu sapi hiley haccha puto sapi hila.”

Cómo después de auer conquistado y de auer rrobado comensaron a quitar las mugeres y donzellas y desuirgar por fuersa. Y no queriendo, le matauan como a perros y castigaua cin temor de Dios ni de la justicia. Ni auía justicia.

Cómo los primeros españoles conquistó la tierra con sólo dos palabras que aprendió, decían “Ama mancha. Noca Ynga”, que no tenga miedo que él era Ynga. Decía a boses a los yndios y se huýan de ellos por temor. Y no conquistó con armas ni derramamiento de sangre ni trauajo. Y los Cañares y Chachapoyas y yanaconas [críados de los señores y de los reyes] se metieron sólo a fin de rrobar y hurtar. Con los dichos españoles no se metieron por seruir a su Magestad. Dizen que un español con la cudicia del oro y plata mandóse lleuarse en unas andas y ponerse orexas postisas y trage del Ynga. Entraua a cada pueblo, pidiendo oro, plata. Como uían Ynga barbado se espantauan y más se echaua a huyr los yndios, mucho más las mugeres en este rreyno.

Don Francisco y don Diego de Almagro y los demás cristianos le mandaron tapear al excelentísimo señor, capac apo Guaman Chaua, segunda persona del Ynga, que estaua bibo muy biejo y los demás señores grandes.

Le enserraron, pidiéndole oro y plata como enteresado y cudicioso en oro y plata. Estos dichos conquistadores le echó fuego y le quemó, acabó su uida. Acimismo mató a los dichos Yngas y a todos los señores grandes y capitanes generales y a los prencipales de cada prouincia deste rreyno con de uarias tormentos, pediéndole oro y plata y trayýa presos. Y lo castigaua muy cruelmente, preso con cadena de hierro y de cuero de baca torcido y cuellos del mismo baca. Dizen que usaua crillos de uaca y esposas del mismo cuero para tenellas preso a los dichos yndios deste rreyno.

Y ací muchos señores prencipales, con el miedo del tormento, dixeron que eran yndios pobres, porque no les tormentase y padeciese trauajo en este rreyno.

Cómo en tienpo de los Yngas abía salteadores llamados poma ranra y el capitán de ellos se llamaua Chuqui Aquilla Ynga. Andaua en las quebradas hondas y pedregales y peñas, barrancos llamado puma ranra, y salteaua por los caminos rreales estos dichos yndios cimarrones, estos dichos salteadores poma ranra. En tienpo de la conquista se hizieron yanaconas de los dichos españoles y salteauan mucho más mejor y rrobaua a los pobres yndios. Y después se quedaron y se uecitaron en las ciudades por yanaconas, adonde está al presente yanaconas de Quito, de Guanoco y de Lima, Guamanga, Cuzco, Ariquipa, Potocí, Chuquisaca. En las ciudades son yndios tributarios pecheros del rrey en este rreyno.

Mango Ynga se alsó por rrey Ynga porque les mandó los dichos capitanes y consejo deste rreyno, Quis Quis Ynga, Aua Panti, Amaro, Uanca Auqui, Illa Topa, Colla Topa, Curi Naui, Yuto Ynga, Yucra Uallpa. Estos dichos capitanes fueron Yngas Hanan Cuzco y Lurin Cuzco.

Calla Aymara: Chuqui Llanqui, Supa Guamani, Chuui Uamanchanbi Mallco, Apo Mallco Castilla Pari, Apo Mollo, Condor Chaua, Cullic Chaua, Cuci Chaqui, Uayanay, consejos. Le alsaron por fin y muerte de capac apo Guaman Chaua, segunda persona del Ynga, por ser muy antigo señor del rreyno. Porque le quemó y lo mató don Francisco Pizaro y don Diego de Almagro y los demás españoles, se alsó contra ellos por los malos tratamientos y burlas que se chocarreaua del Ynga y de los demás señores deste rreyno. A uista de ojos les tomauan sus mugeres y hijas y donzellas con sus malos opiniones y con poco temor de Dios y de la justicia y de que rreciuían otros muchos agrauios que le hacían a los yndios.

Y ancí se defendió y le sercó con gran suma de yndios que no se podía contar, cino que se entenderá cien mil millones de yndios a que abría llegado deste rreyno y todos se auían ajuntado.

Los dichos soldados cristianos pedía misericordia; hincado de rrodillas, llamaua a Dios con lágrimas a boses y a la uirgen María y a sus santos. Y dicían a gran bos: “Señor Santiago, uálgame, Santiago, Santa María, uálgame, Santa María, ayúdanos, Dios.” Esto decían con alta bos los caualleros a la escaramusa, deciendo “Santiago” los soldados en el medio hincados de rrodilla, deciendo “Santa María”, puesta las manos.

Encendió fuego a la casa del Ynga llamado Cuyus Mango, adonde los cristianos señaló por templo de Dios y puso en el techo y en el altar la santa cruz.

Primero los yndios echaron fuego a las dichas moradas de los cristianos y lo quemaron, estando sercado los cristianos toda la morada hasta el galpón y palacio que fue del Ynga, el dicho Cuyus Mango, adonde está de presente la yglecia mayor de la ciudad del Cuzco. Dizen que el fuego, pegando a la dicha casa, bolaua por lo alto y no se quería quemarse la dicha casa de nenguna manera, que ellos se espantaron cómo el fuego no quería llegar a la santa cruz, que fue milagro de Dios Nuestro Señor. En ese tienpo era señal de Dios questaua ya fixa la santa yglecia en el rreyno.

Luego en aquella ora hizo Dios otro milagro. Estando sercado todos los cristianos en la plasa del Cuzco, estando haziendo oración, hincado de rrodillas, dando boses y llamando a Dios y a la Uirgen María y a todos sus sanctos y sanctas ángeles y dezía: “Uálgame la Uirgen María, Madre de Dios”, hizo otro milagro muy grande, milagro de la Madre de Dios en este rreyno, que lo uieron a uista de ojos los yndios deste rreyno y lo declaran y dan fe de ello, como en aquel tienpo no auía nenguna señora en todo el rreyno ni jamás lo auían uisto ni conocido, cino primera señora le conoció a la Uirgen María.

Santa María de Peña de Francia, una señora muy hermosa, todo bestido de una bestidura muy blanca, más blanca que la nieue, y la cara muy rresplandeciente, más que el sol. De uelle se espantaron los yndios y dizen que le echaua tierra en los ojos a los yndios ynfieles. Cómo hizo Dios milagro para hazelle merced y su madre bendita a los españoles cristianos, por mejor dezir que más quizo hazer merced la Madre de Dios a los yndios porque fuesen cristianos y saluasen las ánimas de los yndios, rrogando a su Hijo precioso y a la Santícima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Sancto, un solo Dios.

Y ancí es muy justo que en todo uneuerso mundo le adore y le onrre a la Uirgen Santa María de Peña de Francia y mucho más en este rreyno los yndios y españoles por la tanta mersed que en aquel tienpo y nesecidad [sic] le hizo y por los milagros de la Madre de Dios de Nuestra Señora de Peña de Francia y de Copacauana en este rreyno.

Señor Santiago Mayor de Galicia, apóstol de Jesucristo, en esta ora que estaua asercado los cristianos, hizo otro milagro Dios, muy grande, en la ciudad del Cuzco.

Dizen que lo uieron a uista de ojos, que auajó el señor Sanctiago con un trueno muy grande. Como rrayo cayó del cielo a la fortalesa del Ynga llamado Sacsa Guaman, que es pucara del Ynga arriua de San Cristóbal. Y como cayó en tierra se espantaron los yndios y digeron que abía caýdo yllapa, trueno y rrayo del cielo, caccha , de los cristianos, fabor de cristianos. Y ancí auajó el señor Sanctiago a defender a los cristianos.

Dizen que bino encima de un cauallo blanco, que trayýa el dicho caballo pluma, suri , y mucho cascabel enxaesado y el sancto todo armado con su rrodela y su uandera y su manta colorado y su espada desnuda y que uenía con gran destruyción y muerto muy muchos yndios y desbarató todo el serco de los yndios a los cristianos que auía ordenado Mango Ynga y que lleuaua el santo mucho rruydo y de ello se espantaron los yndios.

Desto echó a huyr Mango Ynga y los demás capitanes y yndios y se fueron al pueblo de [Ollantay] Tanbo con sus capitanes y demás yndios los que pudieron.

Y desde entonses los yndios al rrayo les llama y le dize Sanctiago porque el sancto cayó en tierra como rrayo, yllapa, Santiago como los cristianos dauan boses, deziendo “Santiago.” Y ací lo oyeron los yndios ynfieles y lo uieron al santo caer en tierra como rrayo. Y ancí los yndios son testigos de uista del señor Sanctiago y se deue guardarse esta dicha fiesta del señor Santiago en este rreyno como pascua porque del milagro de Dios y del señor Santiago se ganó.

Cómo se desbarató Mango Ynga por el señor Sanctiago de los cristianos y cómo se espantó y se fue huyendo con sus capitanes y llebó muchos yndios al pueblo de Tanbo.

Allí edeficó muchas casas y corredores y ordenó muchas chacaras y mandó rretratarse el dicho Mango Ynga y a sus armas en una peña grandécimo para que fuese memoria.

Y como no pudo allí acistir en el dicho pueblo de [Ollantay] Tanbo, desde allí se rretiró más adentro a la montaña de Bilcabamba con los demás capitanes y llebó yndios y a su muger, la coya [reina]. Y dexó el rreyno y corona, masca paycha [borla real] y chanbi [porra de pelear] al señor enperador y rrey, nuestro señor don Carlos de la gloriosa memoria questá en el cielo y a su hijo don Phelipe el segundo questá en el cielo y a su hijo don Phelipe el tersero rrey nuestro señor.

El capitán Quis Quis leuantó otra ues después de Mango Ynga al Ynga Paullo Topa, hijo uastardo de Guayna Capac Ynga, y se defendió de los españoles. Aunque después comensó a seruir y ayudar no de todo corasón y en él auido suspecha cienpre hasta que murió. Y murió cristianícimamente en la ciudad del Cuzco y dejó a su hijo don Melchor Carlos Paullo Topa Ynga.

Este dicho capitán Quis Quis cienpre preciguía a los cristianos y por sus pecados porque no tubo pas con los cristianos. Y ancí le mató sus propios capitanes yndios que tenía en su uanda. Murió en el Cuzco y dexó a otros capitanes su cargo en este rreyno.

De cómo Mango Ynga fue haziendo camino a la montaña dentro de Bilcabamba, no estando seguro en el pueblo de [Ollantay] Tanbo con algunos capitanes Curi Paucar, Mana Cutana, Atoc, Rumi Songo. Y llebó yndios de deferentes castas y fue haziendo camino más adentro y llegó a un rrío grande y hizieron puente de crisnejas y pasaron a la otra uanda y llegó al ualle llamado Uilcapampa y se poblaron, ydeficó otro Cuzco ciudad, ydeficó su tenplo de Curi Cancha, aunque lo armó pobre y muy poca gente, yndios de deferentes castas y de ayllos de yndios en la ciudad de Bilcabamba y sensa chacaras y sementeras y ganados. Y quedó muy pobre en Bilcabanba.

De cómo Mango Ynga por su mandado sus capitanes salteaua en el camino de Aporima, camino rreal del Cuzco de Lima, a los españoles y a los yndios cristianos de la uanda del rrey que pasauan rreguas y ganados y mercaderes. Y lo mataua y le quitaua la hazienda y rropa y todo lo que lleuaua, lo rrobaua y lleuaua preso a los yndios cristianos. Y ancí desta manera estubieron muchos años, salteando en el dicho pueb[l]o de Bilcabamba con su muger y hijos el dicho Mango Ynga.

Cómo un mestiso llamado Diego Mendes entraua a la ciudad de Bilcabamba con su enbuste y mentira al Ynga. Mango Ynga abisaua este dicho mestiso al dicho Ynga quándo salía la rrecqua del rrey o de algún español rrico para que le saltease Mango Ynga en el camino rreal. Y ací cienpre salteaua y hazía muy grandes daños a los cristianos por aquel camino.

Y ancí una ues, estando borracho Mango Ynga y Diego Mendes mestiso, los dos muy borrachos, comensaron a jugar de porfía. Le mató y le dio de puñaladas y le dexó muerto al dicho Mango Ynga el dicho mestiso.

Y al dicho mestiso le mató los capitanes y dejó por eredero al Ynga Sayre Topa y a Cuci Uarcay, coya [reina], y murió en el Cuzco y quedó Tupa Amaro Ynga.

Damián de Uandera, uecitador general de los yndios deste rreyno, primera uecita general que se hizo por mandado del enperador y rrey de Castilla don Carlos:

Como estaua leuantado la tierra, ací los cristianos como los yndios andauan [... ]dos del encuentro de entre ermanos, Guarca Ynga, lexítimo, con su ermano Atagualpa Ynga, uastardo. Y después de la conquista y primer gente nunca uista y la destruyción de ellos y muerte del rrey Ynga y de los señores grandes como duque de Alua, conde, marqueses y caualleros y señores deste rreyno de los yndios y prencipales, curacas. Y como se perdió, se hizieron de yndios uajos y de mandoncillos caciques, no lo ciendo, y le uecitó.

De yndio tributario, mitayo, se hizo cacique prencipal y se llaman “don” y sus mugeres, “doña”. Por ser perdido la tierra y el mundo, lo propio de los españoles pulperos, mercachifles, jastres, zapateros, pasteleros, panaderos, se llaman “don” y “doña”. Los judíos y moros tienen “don”, mundo al rreués.

Desto los jueses no lo rremedia; por ser cohechados como los saserdotes y padres, se llaman dotores y lisenciados, bachelleres, maystros, no teniendo título ni derecho y no sauer letra. Algunos por chocarreal y burlarse le dize “lesenciasno”. Esto es dezir que ay mundo al rreués, pero la justicia deue ajustar y castigar.

Don Francisco Pizarro con el enterés de la conquista y del gouierno del rreyno y de la rrequiesa de oro y plata se alsó y le mató a don Diego de Almagro el viejo y se leuantó por gouernador deste rreyno don Francisco Pizarro. Don Diego de Almagro el moso mestizo mató a don Francisco Pizarro y se leuantó Don Diego de Almagro el moso por gouernador de la tierra. Gonzalo Pizarro y los demás conquistadores y oydores le mató a don Diego de Almagro el moso y se leuantó Gonzalo Pizarro y mató al birrey Blasco Nuñes en Quito.

Y se leuantó Gonzalo Pizarro por rrey y gouernador de la tierra y se pregonó desde su casa y se alsó contra la corona rreal. Y le conquistó y mató el prícidente y los oydores y capitanes, arzoobispos, obispos y perlados que enbió el enperador.

Y después se alsó Francisco Hernandes Girón contra la corona rreal y lo desbarataron los señores deste rreyno, dándole primer batalla don Martín Guaman Malque de Ayala, segunda persona del Ynga, excelentícimo señor deste rreyno, y apo Uasco, prencipal de la prouincia de Andaguaylas, Changa, en Gunca Co[c]ha, junto a Ora Yaoma. Y dallí le prendió apo Alanya y Chuqui Llanqui, yndios Uancas, y le hizieron justicia en Lima. Y después Carreño y los de Quito se quicieron leuantar y se hizo justicia en el Cuzco.

Don Francisco Pizarro le mató a don Diego de Almagro, el uiejo capitán general y conquistador deste rreyno.

En el año de mil y quinientos y quarenta y uno, papa Paulo tres de su pontificado ueynte y tres, enperador don Carlos cinco y de su enperio ueynte y tres y de su rreynado ueynte y quatro, tubieron contradición don Francisco Pizarro con don Diego de Almagro, los dos capitanes, por el gouierno deste rreyno. Y ací le mató y se alsó; tubo la batalla en Yauri Pampa, más auajo de San Sebastián de la ciudad del Cuzco. Y le ayudó Gonzalo Pizarro su ermano. Le dio parte y tubo otra batalla en Quito. Y le prendió en la batalla y le mató y le cortó la cauesa y hizo justicia por quedar solo en el gouierno.

Y no tubieron contradición con los yndios ningún capitán, cino entre ellos por la cudicia de los yndios y del oro y plata y señorear solo apsolutamente, cin que nadie se le meta en este rreyno, cin mandacto del señor enperador, cino sólo a su boluntad se leuantó y alsó el estandarte rreal deste rreyno. Cin consederación de [sic] fue enbiado por enbaxador del señor enperador, con la soberbia hizo todo los daños y atreuimientos de matar al rrey del Pirú, Atagualpa Ynga, y sentenciar, ciendo un cauallero pobre.

De ello perdió su Magestad mucha hazienda de la muerte de los Yngas y de señores grandes deste rreyno. Están perdidos toda la rriquiesa, oro y plata y minas deste rreyno.

Don Diego de Almagro el moso mestizo mató a don Francisco Pizarro en el año de mil y quinientos quareynta y uno, papa Paulo tres de su pontificado ueynte y tres, enperador don Carlos cinco y de su enperio ueynte y tres y de su rreynado ueynte quatro. Tubieron la batalla con los oydores en Uarina Pampa en el Collau. Ubo grandes muertes y batalla. Duró esta dicha batalla desde por la mañana hasta la oración de la noche y murió mucha gente. Fue destruyda de la uanda de los oydores y de don Francisco Pizarro.

La batalla de don Diego de Almagro el moso en Chupas Pampa, Uaraco Urco, con Uaca de Castro del egército de don Diego de Almagro: Tubo ochocientos soldados, quarenta de a cauallo, cien arcabuseros, trecientos piqueros y quatro piesas de artellería. Fue el capitán Candía de la artellería. Luego en el mismo encuentro le mató don Diego de Almagro al dicho capitán Candía, porque al desparar los echaua toda las piesas por alto y por los lados y ancí le dio una lansada. Y de la uanda del rrey, ochocientos soldados y sesenta de a cauallo, docientos arcabuseros, y piqueros fueron setecientos. Y se dieron la batalla.

En este tienpo seruió a su Magestad en esta batalla don Martín de Ayala, el excelentícimo señor, padre del autor, y don Juan Tingo, segunda persona, Cauina ynga. De la uanda de su Magestad dio rrecaudo y de comer y ancí se echaron a huyr; de la uanda de don Diego de Almago saquearon.

Tubo otro encuentro en Quito en el ualle llamado Hambato, adonde mataua yndios dilenqüentes el dicho Ynga. Allí dieron batalla don Diego de Almagro el moso con los oydores y Gonzalo Pizarro. Le prendió y le mató a don Diego de Almagro el moso Gonzalo Pizarro.

Este dicho don Diego de Almagro el moso no se alsó contra la corona rreal y con enterés de yndios ni de oro ni plata ni querer señorear, cino por uengarse de la muerte de su padre. Como cristiano y cauallero y honrrado murió. Ni su padre no se alsó con ningún ynterés, cino por defenderse de sus enemigos, que como desde primero le tenía en odio y demistad y procurado la muerte de sus enemigos.

[En es]te tienpo gouernó Baca de Castro. Por el mes de marzo de [mill] quinientos quarenta y dos años, defendió la corona rreal y [serb]ió de pricidente de la rreal audiencia. Baca de Castro [tu]bo batalla con don Diego de Almagro y con los demás con[quis]tadores tiranos que se alsaron [...] en tienpo del enperador Carlos.

El primer uirrey Blasco Nuñes de Uela, año de mil quinientos y quarenta y quatro, papa Paulo tres de su pontificado onze, enperador don Carlos cinco de su enperio ueynte y says y de su rreynado ueynte y ciete. Lo susedido a Blasco Nuñes de Uela, uirrey, que en conpañía de don Francisco Tello auía partido para el Pirú.

A dies días de henero [llegó] a Nombre de Dios y pasó a Panamá y estubo ueynte días. Y le enformó los oydores que como con la nueua ley rreciuían mal los conquistadores, que ellos auían seruido a su Magestad en la batalla de Uaca de Castro con don Diego de Almagro, del biejo como del moso, quatro oydores.

Y el uirrey juntó quinientos hombres, maystre canpo Alonso de Toro, y a don Pedro de Portocarrero por capitán de gente de a cauallo y de enfantería, Migel Juan Beles de Gueuara.

Diego Senteno, en nombre de la uilla de Plata, fue de los rreys con rrecaudo del uirrey. Senteno halló al capitán Almendras con su gente. Diego Senteno le abisó a Gonzalo Pizarro.

Prenden al lesenciado Uaca de Castro, don Pedro Luys de Cabrera, al capitán Hernando Mexía, su ermano, al capitán Lorenso de Aldana. Metió en una naue de armada y fue desterrado a Nicaraua, a Panamá. Nombró capitán a don Alonso Montemayor, Diego Áluares Cueto, su cuñado, con seyci[e]ntos hombres.

Pariciendo al virrey Blasco Nuñes, mandó matar a sus pages al fator Gelín Xuares [Illán Suárez de Carvajal], conquistador.

Prenden al uirrey; desposeýdo de su oficio, pricidente al lecinciado Sepeda, [hicieron llamar] al capitán Martín de Robles para la preción firmada de sus nombres. Prendió cin quitalle las armas y lo lleuaron a una esleta junto a Lima con su guarda para que no lo matase sus parientes del dicho fator. Rehuymiento de lesenciado Juan Áluares a Blasco Nuñes Uela, uirrey.

El dicho Blasco Nuñes de Uela en Quito fue uencido en la batalla de Gonzalo Pizarro. Y, después de muerto, le cortaron la cauesa.

Cilua, Diego Senteno fueron tanbién uencidos, desuaratados del capitán Caruajal y se fueron huyendo.


Carta y auisos de Gonzalo Pizarro, escrita al señor rrey enperador don Carlos, pensando que le abía de enbialle rrecaudo para gouernar la tierra y ser señor en ella y en el rreyno con esta color.

Y ací enbió muchos abizos y enformó por donde enbió el señor rrey enperador primer uirrey a Blasco Nuñes de Uela y más oydores y nueua ley.

Y la carta de Gonzalo Pizarro dize:

S[acra] R[eal] M[agestad]: QVE EN esta buestra prouincia y rreyno del Pirú abido grandes rrebueltas y daños entre los conquistadores, abiéndose acauado mi ermano don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y los demás conquistadores. Y no se acauará ni uendrá a concierto ni estará en pas ci Vuestra Magestad no lo rremedia, y rrecreserá grandícimos daños y trauajos como auido. Y cada uno tienen su pretencior y haze lo que quiere y nostá en sugeto y otras cosas auido, como en muchas cartas y abisos le e abizado para que se prouea rremedio antes que no rrecresca más en este rreyno.

Con tanto, beso los rreales pies y manos su umilde bazallo, Gonzalo Pizarro (rúbrica)

Del Pirú. Beso los rreales pies y manos de Vuestra S[acra] M[agestad] su umilde bazallo,Gonzalo Pizaro. ENPERADOR DON CARLOS ENBÍA SV CARTA I PERDÓN A GONZAlo Pizarro y a los demás conquistadores y lo lleua la carta el dotor Pedro de la Casca. Carta y perdón que enbió a Gonzalo Pizarro y a los demás conquistadores, año de mil y quinientos y cincuenta y quatro, papa Paulo tres de su pontificado treze, enperador don Carlos cinco de su enperio ueynte y ocho y de su rreynado ueynte y nueue:

Pedro de la Gasca, nombrado pricidente de su Magestad, y lleue cartas de su Magestad y enbía con ellas su carta. Y lo llebó Pedro Fernandes Panyagua. Dize desta manera la carta de su Magestad:

Carlos, por la gracia de Dios, enperador de rromanos, rrey de las Espanias, de Germania :

Gonzalo Pizarro: Por buestra letra y abisos de deuersas tenemos entendido los rrumores y leuantamientos en esas prouincias del Pirú sucididas después auer llegado Blasco Nuñes Uela, nuestro uirrey, en esas partes y los oydores de la rreal audiencia que con él fueron por rrazón de querer poner en xecución la nueua ley y hordenansas por nos hechas. No queríades azeptallo y de ello auíades leuantado bos y los demás. Y de ello os perdonamos. Y que lo dexes y cumpláys y xecutéys cin delación bos y los demás.

Carlos (rúbrica)

El Dotor Gasca entró a gouernar por pricidente de la rreal audiencia en el año de mill y quinientos cinqüenta [y cin]co. Defendió la corona rreal y seruió a su Magestad y hizo jus[ticia] a los traydores y entabló la tierra como fiel y cauallero des[te rreyno de su Magestad.]

EL RECIBEMIENTO SOLENE QVE HIZO GONZALO PIZARO al capitán Caruajal en la ciudad de los rreys de Lima con los demás prencipales de la dicha ciudad.

Capitán Caruajal fue rreciuida en el año de mil y quinientos y quareynta y ciete, papa Paulo tres de su pontificado catorse, enperador don Carlos cinco y de su enperio dies y nueue y de su rreynado treynta, suseso del dotor Pedro de la Casca:

Pedro Fernandes Paniagua, a quien el dotor de la Casca enbió el año pasado con cartas a Gonzalo Pizarro con quexas que tenía del Caruajal.

Escriuió a su gouernador a Quito a sus capitanes.

En este tienpo llegó de Charcas el capitán Caruajal con mil y quinientos soldados, trecientos arcabuseros y quatrocientos mil escudos. Fue rrecibido en la ciudad de los rrey con mucha solenidad. Sale a rrecibir Gonzalo Pizarro con toda la gente prencipal de la dicha ciudad.

Luego llegó nueua del Puerto Uiejo cómo se auía uisto quatro nauíos, cómo uiendo la tierra, bolbió y pasó adelante. Y dixo que era mala señal.

Y saltó a Trugillo dotor Caruajal, Cepeda, capitán de arcabusero Juan de Acosta, Juan Ueles de Gueuara, Juan de la Torre, capitanes de la enfantería de piqueros hizo Hernando Bachicau, Martín de Robles, Martín de Almendras. Y confirmó en el oficio de maystre de canpo de todo exército a Francisco de Caruajal con cien arcabuseros que abía traýdo de Charca. A los capitanes de a cauallo, a cada uno cinqüenta mil ducados, a los de enfantería, un ueynte y cinco mil. Fue criado por arfeles general de estandarte Antonio Altamirano, ciudadano y rregidor del Cuzco, con ochenta caualleros.

Y sacaron en canpañas sus uanderas; dotor Sepeda en su uandera puso una ymagen de Nuestra Señora, el dotor Caruajal, una ymagen del señor Sanctiago, el capitán Caruajal, la misma que auía lleuado contra el uirrey Blasco Nuñes Uela, el capitán Gueuara figoró unos corasones con unos montes y unas letras que decía “Pizarro”, el capitán Bachicau, una G rrebuelta en una pe, P, que desía “Gonzalo Pizarro”, con una corona de rrey arriba. El estandarte rreal serbía las armas rreales enpereales.

Gonzalo Pizarro entendía en dar socorro a los soldados que no estauan asentado de la enfantería, mil hombres armados.

Al capitán Lorenso de Aldana en su nombre de todo el rreyno a enformar al enperador se auía uenido con el pricidente contra ellos.

[A] el dotor de la Casca sentencia Gonsalo Pizarro que le corte la cauesa, y [que] a Lorenso de Aldana y a Hinojosa con los demás capitanes fueesen [sic] desquartesados. Queriendo [Gonzalo] que firmasen los abogados, aconsexaron no pronunciase tal sentencia. Luego le dixeron que el pricidente era saserdote, como tal, ecento de su juridición. Con estas rrasones se suspendió.

Capitán Aldana salió los nauíos de la costa. Salió Juan del [sic] Acosta, corrió con cien arcabuseros de a cauallo.

En lugar del dotor [Carvajal], al capitán Juan de Acosta con docientos y ochenta llegó a la barranca de Trugillo. Dotor Caruajal con trecientos arcabuseros y llebó el capitán Juan del [sic] Acosta.

Capitán Sayauedra, tiniente de Guanoco, tubo cartas de Lorenso de Aldana que le persuadía se rredugese al seruicio enpereal. Salió en busca de Gonzalo Pizarro, que tanbién lo abía llamado. Desto salió secretamente, se fueron [a] Gonzalo Pizarro tres capitanes.

Sayauedra enbió un capitán en su alcanse [hacia] Gonzalo Pizarro, con trecientos hombres [para que] quemase todo Guanoco a los yndios. Y los yndios estauan de armas. Y señoreaua en seruicio del enperador el capitán Sayauedra y de la uanda de los yndios, el capitán general, segunda persona del Ynga, capac apo [poderoso señor] don Martín Guaman Malque de Ayala, Allauca Uanoco, Yaro Bilca, el excelentícimo señor destos rreynos, y otros capitanes yndios defendió la ciudad de Guanoco.

Y dallí se fueron [Saavedra] con quatro caualleros; se juntó en la ciudad de Caxamarca con Mora.

Después de Ynajosa, fue Antonio de Robles al Cuzco y hizo mucha gente. Alonso Peres de Ysquiuel, Luys de Herrera [Rivera], Francisco Negal [Negral], Diego Áluares, Pedro Ortís de Sárati [Zárate] en esta horden caminó hasta llegar al Cuzco.

El ardil [ardid] de Diego Senteno [Centeno] de quitar cillas y freno de los cauallos de los contrarios y comensó a echar fuera de la ciudad con yndios, enbinción del baleroso.

Hizo cortar la cauesa a Gerónimo Mexía, yerno del Conde La Gomera.

En los Reys pareciendo que Gonzalo Pizarro que Antonio Altamirano, su alferes general, andaua con treuesa en su [n]egocio y de su sospecha le hizo dar garrote una noche y otro día lo mandó ahorcar públicamente. Y dio el estandarte a don Antonio de Reuera [Rivera].

Y juntó todos los ciudadanos y hombres prencipales, a quien le agradició que se auían puesto en tanta guerra y peligro sólo por defendella del marqués don Francisco Pizarro, su ermano, la honrra y trauajo de la conquista deste rreyno.

Y ancí Gonzalo Pizarro ordenó el capitán Juan de Acosta se partiese la buelta del Cuzco por el camino de la cierra con trecientos hombres, maystre de canpo Páez de Sotomayor, y por capi[tá]n de a cauallos Martín de Olmos y de arcabuseros y piqueros, don Gomeel [Diego de Gumiel] y Martín de Almendras. Dio el estandarte enpereal y Martín de Alarcón contra Diego Senteno al Cuzco.

La armada de Lorenso de Aldana pareció dos leguas del puerto.

Ausentáronse Gabriel Uerdumes [Bermúdez] y Gomes de Roxas, su sobrino, y otros hombres prencipales. Y en otra parte se huyeron y picaron la espuela, yua deziendo: “Biba, biba, enperador”, y “Muera y muera el tirano de Gonzalo Pizarro”.

Perdón se publicó del enperador y se alsó el estandarte rreal de su Magestad. [A] Mendosa y Seluera, acimismo a fray Pedro de la Merced y Gonzalo Núñez [Muñoz] dixo. “Demos”, rresponde Pizarro; dixo ci se biniese a juntar trecientos hombres.

Bays [Páez] de Sotomayor, Martín de Olmos y Martín de Alarcón, alferes general, y Hernando de Aluarado, Alonso Regil [Rengel], Antonio de Áuila.

Marcha al Cuzco Juan de Acosta; llegó a Ariquipa con cien hombres a Gonzalo Pizarro. Trecientos y cinqüenta de Diego Senteno estaua en el Collao.

Y capitán Mendoza alsa estandarte y Diego Senteno en seruicio del enperador.

[El presidente] desenbarcó en el puerto de Tumbes y dejó un nauío en ella, por capitán don Pedro de Reuera. Y Alonso de Ynojosa marcha hasta ajuntarse con otra armada [en Cajamarca]. [Centeno] se junta [con Mendoza y la gente] de Charcas y Cuzco, Ariquipa. Y traýa un clérigo de misa.

Diego Senteno tenía mil hombres y docientos de a cauallo y ciento y cinqüenta arcabuseros, por maystre de canpo Luys de Reuera, alferes general Diego Áluares, sargento mayor Luys García. Del egército de Gonzalo Pizarro, maystre de canpo Francisco de Caruajal, trecientos arcabuseros, ochenta caualleros, quinientos piqueros.

De la primera artellería ciento y cinqüeenta [sic] hombres, dos capitanes de fuerte, de la segunda artellería rrompió del todo. Comensaron a huyr; Gonzalo Pizarro cayó en tierra.

De la parte de Diego Senteno, cien hombres con treynta que hizo justicia; un frayle de la Merced de misa. Murió el mayse [sic] de canpo Luys de Reuera, Diego Lopes de Súñiga, Pantoxa, Sanogal.

De la parte de Gonzalo Pizarro murió ciento y ueynte. Y Caruajal, con algunos de a cauallo, se fueron y escaparon en la gran batalla que fue mayor en este rreyno entre cristianos, que no con los yndios.

De Diego Senteno en seruicio de su Magestad y de Gonzalo Pizarro deí traydor contra la corona rreal fue esta batalla de la prouincia del Collao, por donde fue desbaratado y se huyó Gonzalo Pizarro con los demás capitanes y soldados y Caruajal se fueron.

REHVIMIENTO DE GONZALO PIZARO I LE CIGVIó el dotor Pedro de la Casca contra ellos como pricidente.

El pricidente dotor Pedro de la Casca le hizo huyr a Gonzalo Pizarro.

Y [Gonzalo Pizarro] tornó al Cuzco con quatrocientos soldados. Yua haziendo más gente y maltratando a los yndios.

Y ancí este dicho dotor de la Casca, pricidente, exército que hizo. Y tornó otra armada al pricidente. El mariscal Aluarado fue declarado por maystre de canpo, el dotor [Benito] Caruajal alferes general, don Pedro de Uillauisencio sargento mayor, capitanes de a cauallo el capitán Luys de Áualos de Ayala, don Pedro de Cabrera, Gomes de Aluarado, Juan de Sayauedra, Diego de Mora, Alonso de Mendoza y otros capitanes de enfantería don Baltazar de Castilla, Fernán Megía de Gusmán, Francisco Mosquera, Gomes de Solís y otros capitanes de la artellería Gabriel de Roxas.

Para estar serca de la persona del pricidente, nombraron al arzoobispo de la ciudad de los rreys y al obispo del Cuzco y de Quito y a fray Tomás de San Martín, probincial de Sancto Domingo, y [al provincial] de la horde[n] de Nuestra Señora de las Mercedes y guardián de San Francisco, y otros muchos rreligiosos.

Luego el pricidente mandó hazer última rreciña donde halló setecientos arcabuseros, quinientos piqueros y quatrocientos de a cauallo, que en el ualle en la qüenta que se hizo de los capitanes y soldados llegaron en Xauxa mil y quinientos hombres.

Y ancí a los dichos sus contrarios enemigos Gonzalo Pizarro le seguieron.

RESPONDE EL DOTOR P[EDR]O DE LA CASCA AL ENBAjador de Gonzalo Pizarro que uino un clérigo de misa.

El dotor Pedro de la Casca, pricidente, en el año de mil y quinientos y quarenta y ocho, papa Paulo tres de su pontificado quinze, enperador don Carlos cinco de su enperio treynta y de su rreynado treynta y uno:

El dotor de la Casca tornó a la dicha armada, encuentró en el ualle de Xacxauana, adonde enbió un clérigo de misa de la parte de Gonzalo Pizarro que deshiciese la batalla. Y rresponde el pricidente que no a lugar.

El dicho pricidente está con nouecientos hombres de a pie, quinientos de a cauallo y otros quinientos arcabuseros y seys piesas de artellería. Se armaron en Xacxauana Pampa, says leguas del Cuzco.

“Con buen ánimo”, dixo Gonzalo Pizarro, “que todos se uan, que tanbién me yré. Quizá me perdonará.” El capitán Acosta dixo: “Deemos en ellos y moramos como buenos soldados.” [Dize Gonzalo:] “Quiere Dios que moramos como cristianos que como paganos.”

Rendió al sargento mayor y dio un estoque a don Pedro de Uillauisencio y préndele a Gonzalo Pizarro y a los demás capitanes. Y [le] tubo preso [a Gonzale Pizarro] Diego de Senteno. El Caruajal escapó [a]donde le prendieron de dentro de canauerales. En el Cuzco prenden al capitán Acosta.

Saquearon y hallaron mucho oro y plata y cauallos.

El día seguiente sentenció a cortar la cauesa al dotor Ciancas, Aluarado y a Gonzalo Pizarro. Y lleuaron la cauesa a Los Reys de Lima y lo pucieron en una xaula de hierro en unas uentanas. Guartezado Caruajal, ahorcado nueue de sus capitanes, acauando, se bolbieron todos a sus ciudades.

FRAN[CIS]CO HERNANDES Girón se alsó contra la corona rreal y mató al capitán Alonso Palomino y a Morales en el Cuzco.

Francisco Hernandes Girón se alsó en el año de mil quinientos y cinqüenta y tres años, papa Julio tres de su pontificado quatro, enperador don Carlos cinco y de su enperio treynta y cinco y de su rreynado treynta y seys, leuantamiento contra la corona rreal en este rreyno.

Se levantó Francisco Hernandes Girón con setenta soldados. Entró en la ciudad del Cuzco a la casa del corregidor deziendo: “¡Biba el rrey, libertad, libertad!” Diziendo estas palabras, dixo que no se leuantase de la mesa, so pena de la muerte: “Aquí sólo buscamos al corregidor.” Mató al capitán Juan Alonso Palomino y a Morales, uecino de la dicha ciudad. El dicho corregidor tubo lugar de meterse a otra sala, adonda auía unas señoras desposadas y hizo gente.

Y porque tenía noticia de dos becinos grandes seruidores de su Magestad, luego mandó cortar la cauesa a don Baltazar de Castilla, hijo del Conde de Gemera, y al adelantado Juan de Cáseres con suspecha de la uanda del enperador y rrey nuestro señor.

En Pucara, Hatun Colla fue la batalla y encuentro de Francisco Hernandes Girón con los señores oydores de su Magestad. Y hizo destruyción los señores y Francisco Hernandes se huyó y rretiró hacia Yana Uara por la cierra. Y llegó junto al Cuzco trecientos soldados y benía haciendo grandes destruciones y rrobo a los yndios. Y bino haziendo más soldados; unos entrauan y otros se huyan a la uanda de su Magestad.

Francisco Hernandes Girón enuentó en el ualle de Pachacama para dar una batalla famosa de noche, y quiso saltealle a la uanda de los señores oydores de su Magestad. Desta manera mandó lleuar boys [bueyes] mansos una manada y atalle en los cuernos dos candelas a cada uno de ellos y estubiese el estandarte y el pífano trompeta con ellos. Y pensando que eran el contrario, auían de acudir a matalle y ellos por detrás le auía de dalle. Y ací fue Dios seruido que dos soldados se echó a huyr a la uanda de su Magestad, y a[c]í se dejó esta batalla y se bolbió a Chuquinca otra ues.

FRAN[CIS]CO HERNANDES Girón dio la batalla de Chuquinga contra mariscal. Fue uencido mariscal con mil soldados de su Magestad, Francisco Hernandes con trecientos soldados.

Francisco Hernandes Girón entró al pueblo de Chaluanca y dallí auajó al pueblo de Chuquinca y comensó a entablarse en una fortalesa de los yndios antigos de Auca Runa que tenía una puerta prencipal y detrás su puerta falsa.

Y allí se ensayó y alsó su estandarte rreal en la prouincia de los yndios Aymarays y Quichiuas. Y tenía trecientos soldados y tres uanderas y cien arcabuseros, el qual uino contra Francisco Hernandes. El mariscal don Alonso de Aluarado, de la parte del enperador mil soldados, quatrocientos de a cauallo, trecientos arcabuseros y trecientos piqueros, y los quales comensó a dar la batalla, mariscal contra Francisco Hernandes. Se rretiraua y huyýa a la fortalesa; le engañaua. Arremetieron todos a ellos pensando que era poca gente.

Estando en esto, sale por la puerta falsa cien arcabuseros; por detrás le dieron a los soldados del enperador.

Dizen que un solo arcabusero mató cien hombres. Y murió mucha gente de la parte del enperador, y de la parte de Francisco Hernandes murió cinqüenta. Y echó a huyr el mariscal y los demás capitanes y soldados hacia los llanos y fue en ciguimiento Francisco Hernandes.

De camino hizo muy mucho daño a los ganados.

De los dichos prencipales yndios capitanes, el excelentícimo señor capac apo don Martín de Ayala, segunda persona del Ynga, bizorrey destos rreynos Allauca Guanoco, nieto de capac apo Guaman Chaua, Yaro Uilca, el qual está en la prouincia de los Andamarcas, Lucanas y Soras y apo Guasco, Hanan Changa, y don Juan Guaman Uachaca, Lurin Changa, señor y principal, dieron la batalla a Francisco Hernandes en el citio de Uachi Uapiti, Uana Cocha.

BATALLA Q[VE] HIZO EN seruicio de su Magestad el excelentícimo señor capac apo don Martín de Ayala, padre del autor, Chinchaysuyo, y apo Uasco, apo Guaman Uachaca, Hanan, Lurin Chanca, con cien soldados y Francisco Hernandes, trecientos soldados. Fue uencido y se huyó.

Don Martín Guaman Malque de Ayala, capac apo, segunda persona del Ynga y su bizorrey destos rreynos, el excelentícimo señor, duque deste rreyno, y don León Apo Uasco, Hanan Changa, y don Juan Guaman Uachaca, Lurin Changa del pueblo de Andaguaylas y de su prouincia, dieron la batalla con sus personas en seruicio de su Magestad con Francisco Hernandes Girón, traydor.

Y de la uanda de los señores prencipales tenía cien soldados yndios y de la uanda de Francisco Hernandes, quatrocientos, trecientos españoles y cien yanaconas [criados] mestisos y molatos. Dieron la batalla junto a Uata Cocha, Ura Yauma, Uanca Cocha, en el alto de Uacha Uapite.

Y murió de los traydores los soldados ducientos hombres y los demás echaron a huyr cada uno por su camino.

El dicho Francisco Hernandes se fue cin armas muy pobre con seys capitanes y no llebó más gente y fue por el camino rreal del Ynga. Fue a Quilcata, Ura Pampa, Yauar Pampa, Caracha, Chocllo Cocha, Asto Puti. Y llegó a Uanca Bilca y dallí se fue a Bilcabamba, dallí a la estancia de los Chongos, da donde le prendieron muy pobrécimo, desnudo, cin armas.

Y por testigo de la batalla de los prencipales en seruicio de su Magestad, hasta agora está sus señales y güesos de los dichos cauallos. Y fue huyendo y diciendo que los dichos principales y a sus yndios le a de matalle y en sus pueblos auían de senbrar sal y criarse uenados y sorras y leones para memoria que no auía tenido guerra ni batalla, cino con el rrey enperador por los yndios y tributo. Y ací se fue por Uata Cocha y llegó a Xauxa cin pólbora ni pelota.

Y ací le prendió como a muger los yndios Guancas.

APO ALANIA, CHVQ[VE] LLANqui , Hanan Uanca, Guacra Guaman, Lurin Guanca, Cucichac, Xauxa, prendió a Francisco Hernandes con sus seys soldados capitanes que halló cin arma y muy pobre.

FIN DE LA CONQVISTA: Apo Alanya, Chuqui Llanqui, Hanan Guanca, Apa Guaccra Paucar, Lurin Guanca, Cucichac, Xauxa, prendió a Francisco Hernandes Girón con los dichos sus seys capitanes que le halló muy pobre cin armas ni pólbora ni peloto, questauan en una chosa, chuclla, de llama miche [pastor de llamas]. Y le prendió como a muger. Se entregó a las manos de los yndios Guancas del ualle de Xauxa. Y dallí les lleuaron a la ciudad de los Reys de Lima. Llegado, fue sentenciado a cortar la cauesa de Francisco Hernandes y a los demás, ahorcados y quartezados. Y se hizo justicia en ellos y lo pucieron las dichas cauesas con los demás traydores y se executó en ellos.

Y ancí se acabó la rrebelación contra la corona rreal.

Desde el encuentro de los dos ermanos Uascar y Ataguarpa treynta y dos años, y luego desde la conquista deste rreyno y todo el alsamiento contra la corona rreal de los traydores don Francisco Pizarro, don Diego Almagro el biejo como el moso, y Gonzalo Pizarro, Caruajal y Francisco Hernandes Girón y los demás con ellos, y conquistarse entre ellos y entablar y hasta auer buena justicia, auía durado ueynte y quatro años este dessociego y pistelencia y alboroto. De querer de pobre hazerse señor no quizo Dios. Y desde el descubrimiento a ciento y cinqüenta años y desde la conquesta a ciento y doze años desde que se cuenta desde 1613 del nacimiento del Señor.

Que toda las cosas son de Dios y del rrey nuestro señor, que Dios le guarde, y los dichos tienpos y años lo sabe Dios, aunque se dize la astrología como los astrólogos lo escriuieron, como lo escriuió los apóstoles de Jesucristo, como el apóstol primer dotor Deudorito, muy antigo dotor de la yglecia, obispo, y otros hombres sabios que fueron alumbrados con la gracia del Espíritu Sancto, para que Dios nos muestre sus secretos que hizo en el cielo, en la tierra, en el ynfierno, lo del cielo para poblarnos, lo del mundo para alaualle y dalle gracias por ellas, lo del ynfierno para castigar a los malos y le temamos del castigo y mala tierra que crió Dios.