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El estudiante de Salamanca/Parte tercera

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Cuadro dramático


 
Sarg. ¿Tenéis más que parar?
 
Franco. Paro los ojos.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Los ojos si, los ojos: que descreo
Del que los hizo para tal empleo.
 
 

Moreto. San Franco de Sena.


PERSONAS

   
DON FÉLIX DE MONTEMAR.
DON DIEGO DE PASTRANA.
Seis jugadores.
 
    En derredor de una mesa
hasta seis hombres están,
fija la vista en los naipes,
mientras juegan al parar;

   y en sus semblantes se pintan
el despecho y el afán:
Por perder desesperados,
avarientos por ganar.

   Reina profundo silencio,
sin que lo rompa jamás
otro ruido que el del oro,
o una voz para jurar.

   Pálida lámpara alumbra
con trémula claridad,
negras de humo las paredes
de aquella estancia infernal.

   Y el misterioso bramido
se escucha del huracán,
que azota los vidrios frágiles
con sus alas al pasar.


Escena I

 
JUGADOR 1.º El caballo aún no ha salido.
 
JUGADOR 2.º ¿Qué carta vino?
 
JUGADOR 1.º La sota.
 
JUGADOR 2.º Pues por poco se alborota.
 
JUGADOR 1.º Un caudal llevo perdido:
                 ¡Voto a Cristo!
  
JUGADOR 2.º No juréis,
                 que aún no estáis en la agonía.
  
JUGADOR 1.º No hay suerte como la mía.
 
JUGADOR 2.º ¿Y como cuánto perdéis?
 
 
JUGADOR 1.º Mil escudos y el dinero
                 que don Félix me entregó.
  
JUGADOR 2.º ¿Dónde anda?
  
JUGADOR 1.º ¡Qué sé yo!
                 No tardará.
  
JUGADOR 3.º Envido.
  
JUGADOR 1.º Quiero.


Escena II

 
     Galán de talle gentil,
la mano izquierda apoyada
en el pomo de la espada,
y el aspecto varonil:

    Alta el ala del sombrero
porque descubra la frente,
con airoso continente
entró luego un caballero.
 
 
JUGADOR 1.º (Al que entra.)
 
                 Don Félix, a buena hora
                 habéis llegado.
 
DON FÉLIX ¿Perdisteis?
 
JUGADOR 1.º El dinero que me disteis
                 y esta bolsa pecadora.
  
JUGADOR 2.º Don Félix de Montemar
                 debe perder. El amor
                 le negara su favor
                 cuando le viera ganar.
  
DON FÉLIX (Con desdén.)

                 Necesito ahora dinero
                 y estoy hastiado de amores.
                 (Al corro, con altivez.)
 
                 Dos mil ducados, señores,
                 por esta cadena quiero.
                 (Quítase una cadena que lleva al pecho.)
 
  
JUGADOR 3.º Alta ponéis la tarifa.
  
DON FÉLIX (Con altivez.)
 
                 La pongo en lo que merece.
                 Si otra duda se os ofrece,
                 decid.
                 (Al corro.)
 
Se vende y se rifa.
 
 
JUGADOR 4.º (Aparte.)
 
                 ¿Y hay quién sufra tal afrenta?
  
DON FÉLIX Entre cinco están hallados.
                 A cuatrocientos ducados
                 os toca, según mi cuenta.
                 Al as de oros. Allá va.
                 (Va echando cartas, que toman los jugadores en silencio.)
 
                 Uno, dos...
                 (Al perdidoso.)
 
                 Con vos no cuento.
 
 
JUGADOR 1.º Por el motivo lo siento.
 
 
JUGADOR 3.º ¡El as! ¡El as! Aquí está.
 
 
JUGADOR 1.º Ya ganó.
 
 
DON FÉLIX Suerte tenéis.
                 A un solo golpe de dados
                 tiro los dos mil ducados.
 
 
JUGADOR 3.º ¿En un golpe?
 
 
JUGADOR 1.º (A DON FÉLIX.)
 
                 Los perdéis.
 
 
DON FÉLIX Perdida tengo yo el alma,
                 y no me importa un ardite.
 
 
JUGADOR 3.º Tirad.
 
 
DON FÉLIX Al primer embite.
 
 
JUGADOR 3.º Tirad pronto.
 
 
DON FÉLIX Tened calma:
                 Que os juego más todavía,
                 y en cien onzas hago el trato,
                 y os lleváis este retrato
                 con marco de pedrería.
 
 
JUGADOR 3.º ¿En cien onzas?
 
 
DON FÉLIX ¿Qué dudáis?
 
 
JUGADOR 1.º (Tomando el retrato.)
 
                 ¡Hermosa mujer!
 
 
JUGADOR 4.º No es caro:
 
 
DON FÉLIX ¿Queréis pararlas?
 
 
JUGADOR 3.º Las paro.
                 Más ganaré.
 
 
DON FÉLIX Si ganáis
                 (Se registra todo.)
 
                 no tengo otra joya aquí.
 
 
JUGADOR 1.º (Mirando el retrato.)
 
                 Si esta imagen respira...
 
 
DON FÉLIX A estar aquí la jugara
                 a ella, al retrato y a mí.
 
 
JUGADOR 3.º Vengan los dados.
 
 
DON FÉLIX Tirad.
 
 
JUGADOR 2.º Por don Félix, cien ducados.
 
 
JUGADOR 4.º En contra van apostados.
 
 
JUGADOR 5.º Cincuenta más. Esperad,
                 no tiréis.
 
 
JUGADOR 2.º Van los cincuenta.
 
 
JUGADOR 1.º Yo, sin blanca, a Dios le ruego
                 por don Félix.
 
 
JUGADOR 5.º Hecho el juego.
 
 
JUGADOR 3.º ¿Tiro?
 
 
DON FÉLIX Tirad con sesenta
                 de a caballo.


(Todos se agrupan con ansiedad alrededor de la mesa. El JUGADOR 3.º tira los dados.)

JUGADOR 4.º ¿Qué ha salido?
 
 
JUGADOR 2.º ¡Mil demonios, que a los dos
            nos lleven!
 
 
DON FÉLIX (Con calma al 1.º)
 
            ¡Bien, vive Dios!
            Vuestros ruegos me han valido.
            Encomendadme otra vez,
            don Juan, al diablo; no sea
            que si os oye Dios, me vea
            cautivo y esclavo en Fez.
 
 
JUGADOR 3.º Don Félix, habéis perdido
                sólo el marco, no el retrato,
                que entrar la dama en el trato
                vuestra intención no habrá sido.
 
 
DON FÉLIX ¿Cuánto dierais por la dama?
 
 
JUGADOR 3.º Yo, la vida.
 
 
DON FÉLIX No la quiero.
           Mirad si me dais dinero,
           y os la lleváis.
 
 
JUGADOR 3.º ¡Buena fama
             lograréis entre las bellas
             cuando descubran altivas,
             que vos las hacéis cautivas,
             para en seguida vendellas!
 
 
DON FÉLIX Eso a vos no importa nada.
              ¿Queréis la dama? Os la vendo.
 
 
JUGADOR 3.º Yo de pinturas no entiendo.
 
 
DON FÉLIX (Con cólera.)
 
            Vos habláis con demasiada
            altivez e irreverencia
            de una mujer... ¡y si no!...
 
 
JUGADOR 3.º De la pintura hablé yo.
 
 
TODOS Vamos, paz; no haya pendencia.
 
 
DON FÉLIX (Sosegado.)
 
            Sobre mi palabra os juego
            mil escudos.
 
 
JUGADOR 3.º Van tirados.
 
 
DON FÉLIX A otra suerte de esos dados;
           y al diablo les prenda fuego.
 


Escena III

 
     Pálido el rostro, cejijunto el ceño,
y torva la mirada, aunque afligida,
y en ella un firme y decidido empeño
de dar la muerte o de perder la vida,

    un hombre entró embozado hasta los ojos,
sobre las juntas cejas el sombrero:
Víbrale el rostro al corazón enojos,
el paso firme, el ánimo altanero.

    Encubierta fatídica figura.-
sed de sangre su espíritu secó,
emponzoñó su alma la amargura,
la venganza irritó su corazón.
 
    Junto a don Félix llega- y desatento
no habla a ninguno, ni aun la frente inclina;
y en pie delante de él y el ojo atento,
con iracundo rostro le examina.

    Miró también don Félix al sombrío
huésped que en él los ojos enclavó,
y con sarcasmo desdeñoso y frío
fijos en él los suyos, sonrió.
 
 
DON FÉLIX Buen hombre, ¿de qué tapiz
              se ha escapado, -el que se tapa-
              que entre el sombrero y la capa
              se os ve apenas la nariz?
 
 
DON DIEGO Bien, don Félix, cuadra en vos
              esa insolencia importuna.
 
 
DON FÉLIX (Al JUGADOR 3.º sin hacer caso de DON DIEGO.)
 
Perdisteis.
 
 
JUGADOR 3.º Sí. La fortuna
            se trocó: tiro y van dos.
            (Vuelve a tirar.)
 
 
 
DON FÉLIX Gané otra vez.
               (Al embozado.)
 
               No he entendido
               qué dijisteis, ni hice aprecio
               de si hablasteis blando o recio
               cuando me habéis respondido.
 
 
DON DIEGO A solas hablar querría.
 
 
DON FÉLIX Podéis, si os place, empezar,
              que por vos no he de dejar
              tan honrosa compañía.
              Y si Dios aquí os envía
              para hacer mi conversión,
              no despreciéis la ocasión
              de convertir tanta gente,
              mientras que yo humildemente
              aguardo mi absolución.
 
 
DON DIEGO (Desembozándose con ira.)
 
            Don Félix, ¿no conocéis
            a don Diego de Pastrana?
 
 
DON FÉLIX A vos no, mas sí a una hermana
          que imagino que tenéis.
 
 
DON DIEGO ¿Y no sabéis que murió?
 
 
DON FÉLIX Téngala Dios en su gloria.
 
 
DON DIEGO Pienso que sabéis su historia,
          y quién fue quien la mató.
 
 
DON FÉLIX (Con sarcasmo.)
 
            ¡Quizá alguna calentura!
 
 
DON DIEGO ¡Mentís vos!
 
 
DON FÉLIX Calma, don Diego,
          que si vos os morís luego,
          es tanta mi desventura,
          que aún me lo habrán de achacar,
          y es en vano ese despecho,
          si se murió, a lo hecho, pecho,
          ya no ha de resucitar.
 
 
DON DIEGO Os estoy mirando y dudo
               si habré de manchar mi espada
               con esa sangre malvada,
               o echaros al cuello un nudo
               con mis manos, y con mengua,
               en vez de desafiaros,
               el corazón arrancaros
               y patearos la lengua.
               Que un alma, una vida, es
               satisfacción muy ligera,
               y os diera mil si pudiera
               y os las quitara después.
               Juego a mi labio han de dar
               abiertas todas tus venas,
               que toda su sangre apenas
               basta mi sed a calmar.
               ¡Villano!
 
 
 
  
(Tira de la espada; TODOS los jugadores se interponen.)

   
TODOS Fuera de aquí
               a armar quimera.
 
 
DON FÉLIX (Con calma, levantándose.)
 
            Tened,
            don Diego, la espada, y ved
            que estoy yo muy sobre mí,
            y que me contengo mucho,
            no sé por qué, pues tan frío
            en mi colérico brío
            vuestras injurias escucho.
 
 
DON DIEGO (Con furor reconcentrado y con la espada desnuda.)
 
            Salid de aquí; que a fe mía,
            que estoy resulto a mataros,
            y no alcanzara a libraros
            la misma virgen María.
            Y es tan cierta mi intención,
            tan resuelta está mi alma,
            que hasta mi cólera calma
            mi firme resolución.
            Venid conmigo.
 
 
DON FÉLIX Allá voy;
            pero si os mato, don Diego,
            que no me venga otro luego
            a pedirme cuenta. Soy
            con vos al punto. Esperad
            cuente el dinero... uno... dos...
            (A DON DIEGO.)
 
            Son mis ganancias; por vos
            pierdo aquí una cantidad
            considerable de oro
            que iba a ganar... ¿y por qué?
            Diez... quince... por no sé qué
            cuento de amor...¡un tesoro
            perdido!... voy al momento.
            Es un puro disparate
            empeñarse en que yo os mate;
            lo digo, como lo siento.
 
 
DON DIEGO Remiso andáis y cobarde
              y hablador en demasía.
 
 
DON FÉLIX Don Diego, más sangre fría:
              para reñir nunca es tarde,
              y si aún fuera otro el asunto,
              yo os perdonara la prisa:
              pidierais vos una misa
              por la difunta, y al punto...
 
 
DON DIEGO ¡Mal caballero!
 
 
DON FÉLIX Don Diego,
              mi delito no es gran cosa.
              Era vuestra hermana hermosa:
              la vi, me amó, creció el fuego,
              se murió, no es culpa mía;
              y admiro vuestro candor,
              que no se mueren de amor
              las mujeres de hoy en día.
 
 
DON DIEGO ¿Estáis pronto?
 
 
DON FÉLIX Están contados.
              Vamos andando.
 
 
DON DIEGO ¿Os reís?
              (Con voz solemne.)
 
              Pensad que a morir venís.
  
(DON FÉLIX sale tras de él, embolsándose el dinero con indiferencia.)

   
              Son mil trescientos ducados.


Escena IV


 
Los jugadores.

   
JUGADOR 1.º Este don Diego Pastrana
                es un hombre decidido.
                Desde Flandes ha venido
                sólo a vengar a su hermana.
 
 
JUGADOR 2.º ¡Pues no ha hecho mal disparate!
                Me da el corazón su muerte.
 
 
JUGADOR 3.º ¿Quién sabe? Acaso la suerte...
 
 
JUGADOR 4.º Me alegraré que lo mate.