El hombre ante Dios
Apariencia
Altiva voluntad y tedio inerte; inextinguible sed junto al disgusto; desprecio de la vida y fiero susto sólo al pensar en la terrible muerte: La obstinación en oprimir al fuerte, la terquedad en deprimir al justo, la eterna ingratitud de ceño adusto, con quien benigno procuró mi suerte... ¡Así soy! ¡así soy! Porque en mi alma algo devorador hay que destroza el bien que nace del afán que espira... ¡Quiero morir, o que me des la calma! ¡Que cuando lloro el corazón se goza, y cuando río el corazón suspira!