El ingrato (Salas y Quiroga)
(Música de Romagnesi.)
Ese ingrato que tanto quieres
imita al fin tu ligereza;
él te abandona, y tú prefieres
su veleidad a mi firmeza.
¡Ay! El que te hace así penar
no merece, no, tu ternura;
a mí, que adoro tu hermosura,
vuélveme a amar, vuélveme a amar.
Amable Rosa, ¿por qué lloras?
Ese cruel que te entristece,
al ver cuan firme tú le adoras,
de ti se ríe y se envanece.
¡Ah! Más valiera despreciar
al que tus penas ha causado;
yo nunca olvido lo pasado;
vuélveme a amar, vuélveme a amar.
Si largo tiempo en mi dolor
tu alevosía he repetido;
si fuiste ingrata con mi amor,
padeces ya... todo lo olvido.
Bella Rosa, vuelve a tomar
mi corazón y mi fortuna;
deja el rubor... amor nos una;
vuélveme a amar, vuélveme a amar.