El lobo y la oveja
Apariencia
Cruzando montes y trepando cerros, Aquí mato, allí robo, Andaba cierto Lobo, Hasta que dio en las manos de los perros. Mordido y arrastrado Fue de sus enemigos cruelmente; Quedó con vida milagrosamente, Mas inválido, al fin, y derrotado. Iba el tiempo curando su dolencia; El hambre al mismo tiempo le afligía; Pero como cazar aún no podía, Con las yerbas hacía penitencia. Una Oveja pasaba, y él la dice: «Amiga, ven acá, llega al momento; Enfermo estoy y muero de sediento: Socorre con el agua a este infelice.» «¿Agua quieres que yo vaya a llevarte? Le responde la Oveja recelosa; Dime pues una cosa: ¿Sin duda que será para enjuagarte, Limpiar bien el garguero, Abrir el apetito, Y tragarme después como a un pollito? Anda, que te conozco, marrullero.» Así dijo, y se fue; si no, la mata. ¡Cuánto importa saber con quién se trata!